viernes, septiembre 29, 2006

La sociología es un deporte de combate

Vía La Barbarie nos llega la noticia de que el gobierno estadounidense está considerando desarrollar encuestas en Irak con el fin de evaluar la efectividad de las operaciones militares y conocer la opinión de la población al respecto. Obviamente, se trata de una tarea riesgosa para los encuestadores que lleven a cabo el trabajo de campo: "if someone out there believes the client is the U.S. government, the persons doing the polling could get killed."
Nada demasiado diferente, por otro lado, de lo que pasa diariamente en el tercer cordón del conurbano bonaerense. Y esto último no es ironía sino un hecho objetivo.

Idea para una escala de Lickert a usarse en Bagdad: Usted considera que morir quemado por una bomba de fósforo blanco mientras hace sus compras en el mercado un domingo soleado es...
- Muy malo
- Malo
- Me es indiferente
- Bueno
- ¡Genial! ¡El napalm huele a Victoria!

Me tocó crecer viendo a mi alrededor paranoia y dolor

La titular de Asociación Madres de Plaza de Mayo descartó la versión del estrés psiquiátrico y sostuvo que "se trata de una maniobra. Es un tipo muy tipo muy inteligente, el haberse presentado a declarar puede ser parte de la maniobra. Las maniobras están muy preparadas a veces, muy organizadas", sostuvo.
De todas maneras, Bonafini manifestó que "todos queremos que(López) aparezca".

lunes, septiembre 25, 2006

Asociación no tan libre

Y he aquí que se levanta un más vasto rumor por el mundo, como una insurrección del alma...
Saint-John Perse

Los efectos mentales de una educación política poco rigurosa: asociar Rafael Bielsa con Saint-John Perse. En alguna madrugada de finales de los años noventa habré visto un reportaje a Bielsa donde confesaba su admiración por el poeta francés. O por ahí no fue en una madrugada de P&E de los noventas, sino en una subnota de Página 12, o una entrevista radial con Eliashev circa seis de la tarde (afuera hacía frío, probablemente, y yo malgastaba mis tardes de estudiante neurótico y desocupado vocacional). Como sea: datos acumulados en la memoria, datos sin importancia alguna, laterales, supérfluos, posiblemente inexactos. En una época le decían diletantismo, y era peyorativo. Anábasis - Bielsa. Diplomáticos, poetas, la larga épica nunca escrita de los cónsules que esconden manuscritos filigranados debajo de los pasaportes que esperan el sello, el salvoconducto, para escapar de las ciudades.
El Pelado Gorriarán y sus obituarios que actualizan esa historia tan presente (para muchos abrumadoramente presente, para muchos repentinamente presente) de los nombres menores y mayores de la generación de nuestros padres. Y entonces: Laica o Libre, Masetti, Trelew, Onganía, Córdoba, Santucho, Monte Chingolo, Managua, Somoza, Nosiglia, Página 12, Tablada. Los veranos agitados de mi infacia de fines de los 80. Mirando por televisión cada enero las imágenes de cuarteles de provincia asados bajo el sol, encuadrados por cámaras movedizas. Nadie podía lograr un puto plano decente...
Pero la crítica de las armas no dio paso, como profetizaba el imberbe K. M., a las armas de la crítica. ¿Cuánta cerveza habían tomado él y F. E. cuando escribieron aquello? ¿Estaban ciegos de alcohol cuando lo escribieron? ¿O estaban ciegos de pasión, de esa pasión que hoy ya nadie siente?
Otra vez: datos inútiles que no hacen a la cuestión principal. Demasiados, demasiados.

martes, septiembre 19, 2006

Caminando por el lado de la justicia

Uno más. Quedan cientos todavía por las calles. Qué el tiempo esté de nuestro lado, por una vez al menos.

Actitud Buenos Aires

Soñé que aviones Hércules de la Fuerza Aérea Telermaniana arrojaban (con pequeños paracaídas blancos) sobre las calles de Palermo cajas con anteojos de marco negro, sacos de corderoy y zapatillas marrones, además de kits de supervivencia con pequeñas dosis de comida hindú, mexicana y tailandesa.
A mi se me hace cuento que todavía exista Buenos Aires.

sábado, septiembre 16, 2006

Fragmentos hallados entre los escombros del orden democrático

La revolución francesa para los franceses, la unidad bismarckiana para los alemanes, la guerra civil para los americanos, la revolución campesina para los mexicanos, el peronismo para nosotros.
La burguesía es el hecho maldito del país peronista, dice Cooke una noche de amargura frente al culo bamboleante de una mulata del Habana Libre, y ya no importa nada que la frase haya invertido sus términos, porque en política la aritmética es maravillosa y los factores de la ecuación cambian de lugar constantemente como encantados por el hechizo de Mickey Mouse en Fantasía, que ciertamente, es una película casi de la época peronista.
Y qué importa todo eso. Qué importan los libros ya escritos, los círculos de lectura en departamentos art-nouveau de Esmeralda y Corrientes, los panfletos sesudamente redactados por linotipistas emigrados, los programas industrialistas pergueñados en piezas de pensión. Qué importa el cruce esforzado de Marx con Perón, de Juan XXIII con Hegel, de San Martín con Velazco Alvarado, de Roberto Arlt con... Qué importa todo eso, repito, una vez más, cuando el momento político es más parecido a una bota aplastando una cabeza, a unos pobres diablos arriados por un basural esperando el tiro como el conejo que espera el disparo para salir corriendo con todos los galgos, los galgos, atrás.
Nuestro Vietnam ya no es campo fértil para los laboriosos poetas criados al amparo del fulgor menemista. Merecían, es cierto, una época más dulce que la que les tocó en suerte. Intentaron, hay que reconocerles, enhebrar una poética de esos días de lamé dorado. Trataron, es justo decirlo, de ser mejores que sus padres: más bellos, más tolerantes, más amables. El ángel de la Historia (si es que hay una historia) tiene la vista clavada en las ruinas que deja a su paso y, sin embargo, sin embargo, se mueve siempre hacia adelante.
Qué va a quedar, nena, cuando las fiestas acallen su murmullo, qué va a quedar cuando las palabras dejen de nombrar el mundo, cuándo las metáforas no alcancen más: nosotros en la calle, a oscuras, volviendo a casa. El sol despegando el oro de las piedras. Los pequeños ruidos del mundo girando sobre su eje abollado. Cuando sea así, no tengas miedo. Cuándo sea así acordate, querida, que la Historia es sólo una puta sencilla.

(borradores, borradores, es todo lo que puedo escribir por ahora, sepan disculpar)

Días de radio (Yoísta)

Sí, sí, sí. La muy amable María Esperanza del blog la barbarie nos ha mencionado en el programa de Mario Wainfeld por radio Ciudad el último jueves. Hubiese estado bueno escucharlo en vivo y en directo. Por supuesto, seguiremos trabajando (bueno, ese es un verbo un tanto exagerado) para mejorar un poco con cada post. Aunque suene difícil de creer.

viernes, septiembre 15, 2006

Transiciones

Claudio Tiberio ha muerto. En realidad, seamos honestos, llevaba muerto años desde que Ernestina (que no ha muerto, o sí pero lo ignoramos) le dio una patada en el culo y lo arrojó de la redacción de la calle Piedras. Frigerio, la cara realpolitik del proyecto de Contorno, la última esperanza blanca de los años 50, el ideólogo de ese proyecto nacional (¿último?) que mezclaba la imaginería fordista de los siams ditella, los anteojos de marco de carey, las corbatas finitas y la modernización de una sociedad que recibía alborozada el psicoanálisis y la sociología funcionalista. Todavía lo lloran a él y al Flaco Frondizi las viudas de la burguesía nacional... Mauricio M, por ejemplo, silabea "frondizi" cada vez que tiene que nombrar un referente histórico. Mejor eso que nombrar a Roca o a Sarmiento, ¿no? Como sea, resultan extrañas las muertes de tipos que ya han quedado tan inmersos en el pasado, gente que uno suponía ya muerta junto con su momentum histórico: como si mañana nos enteráramos de la partida de José María Guido, o de Levingston o de Mariano Grondona..., bueno, aflojemos.
Supongo que en cierto punto la vida biológica acomete las tareas que la política no asume. Me pregunto por el MID, ¿qué será dentro de 5, 10 años? un club de veteranos de la primera guerra mundial, mirando las medallas industrialistas que supimos conseguir.

jueves, septiembre 14, 2006

Partes de inteligencia

A propósito del "affaire Juanjo", ¿no es un exceso llamar agentes secretos a los peters sellers de la SIDE? Tan sólo pasar por la puerta de la mentada "agencia" con sus puertas vidriadas que recuerdan a un telo de barrio, los sempiternos morochos de ray-bans que fuman en la vereda y las anacrónicas cámaras de seguridad que a esta altura ya no deben poder grabar ni a un elefante que pase por la calle 25 de Mayo, da una idea del recontraespionaje criollo. Arriesgo que adentro deben tener una cabina telefónica como la que usaba Don Adams para entrar a "Control" en el Agente 86.

Paisaje lunar

Mientras algunos escriben poemas subterráneos y otros afilan las armas para la gran batalla que se avecina en el horizonte de los tiempos, por este lado el espectro de Patrick Bateman (¿cuántas veces lo he nombrado estos últimos tiempos?) comienza a ceder su influjo. Deseo que sea al revés que en Lunar Park, lo deseo de verdad. Que el piscópata Bateman me deje un poco tranquilo, que todo adquiera una tonalidad más cheeveriana: susurrando a la mañana en el subte rumbo al trabajo (el sol ilumina las ventanas, la ropa de invierno colgada indecisa del brazo, las multitudes aún somnolientas) en voz muy baja aquello de: amor, valor, compasión; amor, valor, compasión. Y que todo sea real.

lunes, septiembre 11, 2006

viernes, septiembre 08, 2006

El titular lleva tu nombre (coda)

- Si te dicen que caí. Juan Marsé
- Primavera negra. Henry Miller
- La invención de la soledad. Paul Auster
- La decadencia de la civilización occidental. Oswald Spengler
- Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Haruki Murakami
- Todas las familias son psicóticas. Douglas Coupland

*****
- Saló, o los 120 días de Sodoma. Pier Paolo Pasolini (y el libelo homónimo del Divino Marqués)
- La noche americana. François Truffaut
- La ley del deseo, Pedro Almodóvar
- La patrulla infernal, Stanley Kubrick
- El amor es más frío que la muerte, Rainer Werner Fassbinder
- Una mujer bajo influencia, John Cassavettes

*****
- Their Satanic Majesties Request. The Rolling Stones
- Divididos por la felicidad. Sumo
- If you're feeling sinister. Belle and Sebastian
- Ritual de lo habitual. Jane's Addiction
- Blood on the Tracks. Bob Dylan
- Sandinista. The Clash

Listas, listas, listas

El "tema de los títulos" que traen a colación estos dos blogs, me impulsa, lógicamente, a aventurarme a armar mi propia lista. Las listas como objeto, como disciplina ordenadora de los gustos, ejercen una peculiar atracción: nos obligan a elegir y a descartar, a tomar un criterio arbitrario que reduzca el caos del mundo a una variable específica. Son, obviamente, absolutamente banales y falsas ya que el universo es innumerable (como decía un cieguito gorilón que dirigió la Biblioteca Nacional durante largos años en cierto ensayo, luego citado por un filósofo francés calvo que estuvo de moda en los años 80's en Buenos Aires).
Yendo al tema de los títulos, creo que la primera línea de un libro es su título. Así de importante es la cosa. Si en vez de Guerra y Paz tuviéramos, no sé, "La invasión de Napoleón a Rusia"; o en vez de Das Kapital algo como "Análisis del actual sistema industrial en Europa", mucho del encanto y poder de esos libros se hubiese perdido. El título promete, tienta y termina decepcionando o justificando su influjo. El título debe ser casi una micro historia. Anticipar el contenido del libro, pero dejando al mismo tiempo un suspenso y una intriga sobre el mismo.
Algunos que se me ocurren ahora y que van más allá de sus méritos literarios:

- Levantad, carpinteros, la viga del tejado, Jerome David Salinger (el mejor por lejos para mí)
- Maldición eterna a quien lea estas páginas, Manuel Puig
- Viaje al fin de la noche, Louis Ferdinand Céline
- Mientras agonizo, William Faulkner
- El huracán lleva tu nombre, Jaime Baily (gran, gran título. Tal vez le queda grande a Jimmy)
- Putas asesinas, Roberto Bolaño (Los detectives salvajes también, pero todo es bueno en ese libro)
- Retrato del artista adolescente, James Joyce
- Los siete pilares de la sabiduría, T. E. Lawrence
- La conjura de los necios, John Kennedy Toole
- Parecía un paraíso, John Cheever
- Habla, memoria, Vladimir Nabokov (también Risa en la oscuridad)
- Los diez días que conmovieron al mundo, John Reed
- París era una fiesta, Ernest Hemingway
- Bajo el volcán, Malcom Lowry
- Flores robadas en los jardines de Quilmes, Jorge Asís (la eventual traducción suena mejor: Stolen Flowers in Quilmes Gardens)
- El corazón es un cazador solitario, Carson McCullers
- Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, Philip K. Dick (y ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?)

A ver quién se anima a hacer algo similar con títulos de películas y/o discos. Podríamos empezar con: Érase una vez en América (Sergio Leone) y A Momentary Lapse of Reason (Pink Floyd).

jueves, septiembre 07, 2006

El Subcomandante la sabe lunga

"me enteré que el famoso cazador australiano de cocodrilos se mató por una raya como danielito mendoza. que vida de mierda."
(de un comment del susodicho en el CNA)

martes, septiembre 05, 2006

Bang Bang, Joe

La larga longevidad de los hijos de puta puede, quizá, volvérseles en contra. Ya lo sabemos, una justicia que llega veinte años tarde deja mucho que desear, pero aún así tendrán que pasar sus últimos años trajinando expedientes y elaborando sus patéticas defensas.

viernes, septiembre 01, 2006

Nasty People

Un minúsculo y módico wannabe de Patrick Bateman escribe una crónica en TP sobre la marcha del ingeniero. Claro que acá no hay drogas duras, ni desmembramientos de prostitutas, ni orgías blancas bajo los acordes de Huey Lewis & the News. Simplemente el consumo de un porrito y un paseo por Buenos Aires contados como si se tratara de Hunter S. Thompson, luego de meterse en las venas, no sé, ¿analgésico para cocodrilos? ¿pintura no-inflamable de Lear-Jets? ¿herbicida mata vincapervincas? No, papi, te fumaste un cañito apenas, no jodas.
Pero la "gente como uno" es así: los hijos de la burguesía, aburridos, se deslizan hacia el cinismo cómodo. Un cinismo de medio pelo que ni siquiera tiene las bolas suficientes para llegar a las últimas consecuencias. "Un porrito sí, merca no porque tengo miedo de que me sangre la nariz". Ni siquiera están tan alienados como para escribir algo tipo Menos que cero. Aspiran a una felicidad pequeñita con el barniz emocionante de algunas fiestas, algunas drogas y algunos polvos de vez en cuando. Repiten, con variaciones más o menos cool, los lugares comunes del discurso de derecha que crecieron escuchando de sus padres. Y conforme se van volviendo más viejos (por que sí, queridos, ustedes están envejeciendo mal) recalan en el conformismo, la brutalidad, y la ignorancia que caracterizan a sus progenitores.
Si todo no fuera tan triste, les juro que me doblaría de risa.