sábado, octubre 30, 2010

Con unos amigos escribimos esto, a modo de humilde declaración:

http://estamosconcristina.blogspot.com

jueves, octubre 28, 2010

Más solos


Es muy difícil expresar lo que se siente en estas circunstancias. Generacionalmente, para los que oscilamos en torno a la frontera de los treinta años, el kirchnerismo y Néstor Kirchner representaron la posibilidad de ver con nuestros propios ojos que era posible torcer el rumbo que el país seguía desde, probablemente, el fracaso del proyecto alfonsinista.
Crecimos durante el menemismo y siempre tendremos -porque esos años iniciales dejan marca indeleble- algo de esa apatía y ese cinismo en nuestro inconsciente cultural. Nos incorporamos al mercado laboral cuando no existía un mercado laboral. Nuestra educación sentimental se dio entre las ruinas de un país asolado, y así, precarizados, desempleados, descreídos, con la piel curtida malamente, vimos llegar a Kirchner a la presidencia.

No lo conocía nadie. No lo votó nadie. Era el candidato de Duhalde, el que había llegado gracias a la defección de muchos otros: un presidente por descarte. Ayer alguien me decía: "fue lo excepcional en medio de la excepcionalidad". Es verdad. A veces se dan esas cosas. Kirchner corrió a la sociedad por izquierda, pero entendiendo por dónde estaban los huecos y por dónde las demandas sociales de un país destruido podían canalizarse. Eso que se dice tanto ahora, eso que ya suena a lugar común, la "vuelta de la política", implica la decodificación sensible y recia, un poco alocada pero nunca delirante de lo que una sociedad hecha mierda necesitaba en ese momento, aunque no lo supiera, aunque no lo supiera.

Nos hizo, en estos años, más difícil el ejercicio libre de nuestro cinismo generacional, y eso es algo que le vamos a agradecer para siempre. Tuvimos que volver, obligatoriamente, sobre esa certeza grabada a fuego en los 90: "todo es una mierda". Nos sorprendieron estos años reconociéndonos como oficialistas, aunque sea en una reunión para hicharle las pelotas a un interlocutor miserable. Toda una tarea para los que nos criamos en los años donde la política era algo que salía en revistas de la farándula. Kirchner nos sacó la verguenza y nos obligó a repensarnos como ciudadanos.

¿Qué carajo es la Anses? ¿Qué son las retenciones? ¿Qué significan las paritarias? Nosotros crecimos mirando a Chacho y Graciela en el estudio de Hora Clave, repitiendo "corrupción" como santo y seña del mal argentino. Ese era el horizonte videopolítico que configuraba nuestra perspectiva. Menem era un hijo de puta porque se cogía gatos y se hacía una pista en su casa de Anillaco. La pedagogía de Lanata y compañía nos enseñó a buscar el origen de la crisis nacional en las declaraciones juradas. El 2001 voló en mil pedazos todo eso. Kirchner, ese desconocido, que asumió la presidencia con una curita en la frente - y los simbolismos se los dejo a los que creen en esas cosas - reconstruyó desprolijamente y a toda velocidad un escenario nuevo. Empezamos a hablar de otras cosas, nos internamos por los caminos desconocidos del Estado.

Para cerrar, y ahora hablo en singular, siento que con su muerte se cierra un ciclo iniciado en 2001: el arco sentimental y político de mi (nuestra) entrada a la adultez. Es imposible saber cuán hondo es el vacío que deja. Es fácil, por el contrario, tener la certeza de que será muy dificil de llenar.

miércoles, octubre 27, 2010

lunes, octubre 25, 2010

the awful truth

Mientras tanto, en el mundo real - ese donde Clarín es, principalmente, un objeto que sirve para envolver huevos - pasan estas cosas.

jueves, octubre 21, 2010

Se llamaba Mariano Ferreyra, tenía 23 años y militaba en el Partido Obrero. Un trosko, según la jerga que muchos hemos usado para referirnos a estos partidarios con los que disentimos en tantas oportunidades. Nada de eso tiene sentido ahora. Lo mataron durante una emboscada mientras reclamaba por mejores condiciones de trabajo para los obreros ferroviarios. Lo mataron, todo parece indicarlo, miembros de una patota al servicio de la Unión Ferroviaria. Al momento de escribir estas líneas no hay ningún detenido por el hecho. Otra militante continúa internada con un balazo en la cabeza.
Me enteré de la noticia en la oficina y seguí los acontecimientos vía twitter y diarios online. Las expresiones "enfrentamiento" y "violencia sindical" que usaron los diarios no me sorprendieron, vienen a ratificar una vez más lo lejos que está el periodismo mainstream de preocuparse por la veracidad de los hechos y del respeto a las víctimas. Sí me sorprendió y me alarmó la reacción de mucha gente simpatizante del kirchnerismo que en twitter rozó el mal gusto, el revanchismo y la especulación sobre "la verdad oculta" que se escondía detrás del asesinato de Mariano. Escenas de una notable falta de capacidad para conectar con el sufrimiento del otro, para plantarse contra la violencia política. Y también el silencio sobre un hecho lamentable. Un silencio atronador.
Minutos después, escasos minutos después, se empezaba a hacer rodar una operación de prensa paranoica que ligaba a Duhalde como autor intelectual del asesinato por reunirse el día anterior con el secretario general de la Unión Ferroviaria. El victimario perfecto. La construcción de un relato cerradito, sin fisuras, para dejar tranquilas las conciencias. Los imagino a muchos googleando desesperados Pedrazza + Magnetto para lograr enhebrar la puntada final de una teoría conspirativa que los dejara, al fin, dormir por la noche.
Nada de eso fue cierto. La reunión con Duhalde se produjo en 2009. Magnetto no conoce a Pedrazza. Sin embargo, desde el programa 678 se intentó volver a instalar una versión falsa, pret a porter, sobre los sospechos de siempre.
Más triste aún, para los que tenemos algún tipo de cercanía con este gobierno, fue el silencio oficial sobre los acontecimientos. Llegué a casa cuando Cristina hablaba en Parque Norte sobre las bondades de las frutillas orgánicas. Una escena casi surrealista, una escena triste que hacía imposible no recordar a Fernando De la Rúa hablando de la pesca de la merluza mientras mataban gente. ¿Tanto costaba mandarle un abrazo a la familia de Mariano? ¿Era tan díficil ofrecer solidaridad con las víctimas? ¿Era imposible tomar medidas inmediatas para desplazar al jefe del operativo policial? Algo, algo, que no sea el silencio.
En fin, un día horrible. Se marcha mañana, desde la 16 en Plaza Congreso para pedir justicia por Mariano.