lunes, abril 28, 2008

Clase media y Weltanschauung

No sé si alguien ayer perdió el tiempo mirando el programa de Majul. Yo sí, perdí unos valiosos - o no tanto - minutos de vida mirando la entrevista a la eterna entrevistada Elisa "esto se parece a Rumania" Carrió. Lo mismo de siempre, nada nuevo: analogías con Hitler, con Isabelita, con el Rodrigazo... Hasta el propio Luisito en un rapto de rara perspicacia le preguntó si no era demasiado. Carrió dijo que comparaba caracteres, y que los caracteres de los líderes políticos eran fundamentales para explicar los fenómenos históricos. "El carácter de De Gaulle salvó a Francia, el carácter de Churchill nos hizo ganar la Segunda Guerra Mundial". Juro que estoy citando. Digamos que esa es un tipo de explicación histórica que ha quedado desacreditada desde hace por lo menos unos cien años, cuando las ciencias sociales comenzaron a basar la historiografía en la longue durée de los procesos sociales y económicos - estructurales, para usar una palabra pasada de moda - que corren por debajo de las decisiones individuales.
El reduccionismo psicologista que expresa Carrió al explicar la llamada "crispación" social por cierta tendencia de Néstor y Cristina Kirchner a "humillar" al campo y a los sectores medios, encubre - con mala fe - tensiones más complejas que involucran no sólo la puja distributiva sino imaginarios culturales, tradiciones políticas y procesos sociales que no se quieren o no se pueden explicitar.
Quiero decir, esto excede las boutades de Carrió. Ese tipo de explicación ad hominem de la realidad es una marca de fábrica de la Weltanschauung de la clase media. Durante el menemismo era la corrupción, las fiestas en el Ski Ranch, la corbatas amarillas, los trajes Versacce, la farandulización. Llenaba de indignación que Xuxa fuera a la Quinta de Olivos o que las odaliscas le bailaran con el ojete en la cara a Menem. Era lo grasa del menemismo. Lo estructural de ese modelo de acumulación, de ese rediseño conservador a gran escala de la sociedad, de esa transferencia de ingresos a los sectores concentrados de la economía, quedaba para los papers de la Flacso o de la CTA. Y con De la Rúa, algo similar. Las causas visibles en los medios y en las conversaciones de a pie eran la siesta, la debilidad, la indecisión. Defectos que, por supuesto, no se ponían de manifiesto a la hora de decidir sin dilación el deficit cero o el recorte del 13% a las jubiliaciones y salarios públicos. Sin embargo, esa visión que adjudica los males públicos a los defectos personales permanece vigente en el imaginario de la clase media argentina.
La política es un asunto personal, de acuerdo. Los líderes se enfrentan y en esa batalla las virtudes, llamémoslas, "carismáticas" tienen su peso. Al momento de una elección presidencial el carácter, el rostro, los gestos, la atracción que se genere sobre el público, ocupan un lugar importante. Pero, a largo plazo, cuando de lo que se trata es de maniobrar las fuerzas históricas, de diseñar políticas públicas que favorezcan a ciertos sectores y perjudiquen a otros, de aliarse con ciertos grupos sociales, de reformar o trasformar (en el sentido que sea) las instituciones, las características individuales, psicológicas, íntimas de las personas pasan a ser una variable secundaria.
Digo, todo esto es sabido y no es cuestión de rasgarse las vestiduras. Pero conviene tenerlo en claro a la hora de enfrentarse con ciertos discursos y de elaborar otros que intenten ser un poco más complejos.

sábado, abril 26, 2008

Contracorriente

Entre Lost y La Isla de la Fantasía, me quedo con La Isla de la Fantasía.

viernes, abril 25, 2008

Up

Bueno, se fue el bombón keynesiano. Ayer a la noche estaba viendo Carretera perdida de David Lynch en canal 7 (un ultra diría que esos son los méritos del kirchnerismo que importan) y en un corte pasé a mi querido C5N. Ahí estaba Feinmann (¿cual de los dos?) anunciando que Lousteau había sido despedido. Otros canales decían más ajustadamente que había sido Lousteau quien había presentado su renuncia. En fin. Eso no importa nada.
El tema es la inflación. Una inflación fantasmal, intuitiva, gracias a la destrucción del INDEC. El tema es la reversión de la caída de la pobreza, el deterioro de los salarios, el aumento constante de los precios de la canasta básica. La "crisis del campo" debe pensarse dentro de una estrategia para combatir el alza de los precios en un contexto de aumento de los precios internacionales de los alimentos y de concentración de la producción agropecuaria. Pero esa "crisis del campo" es sólo un eslabón. Tal como dicen muchas voces que empiezan a escucharse, llegó el momento de implementar políticas que desmonopolicen los sectores formadores de precios y las cadenas de distribución de productos básicos. Lousteau se va sin haber implementado ninguna medida en este sentido, tal vez no quiso o no pudo, eso tampoco importa ahora. Queda Moreno, al que desde ciertos sectores de la clase media se le reprochan sus malos modales. Lo que hay que reprocharle a Moreno es su ineficacia para contener la inflación. Acuerdos de precios que duran dos semanas, subsidios cruzados que no llegan a los destinatarios, mercados hiperconcetrados a los que no se toca.
Durante esta semana de rumores se mencionó a Redrado y a Melconián. Sí, si te corre frío por la espalda estás en lo cierto. Como dice Homoeconomicus hoy, profundizar la actual estrategia antinflacionaria sólo conduce a un empeoramiento de la situación, y en el mediano plazo, a un posible retorno de los ortodoxos para "poner orden" si esto se dispara. Y entonces, me temo, ya no vamos a hablar de crecer al 5 en vez de al 8. ¿Queda claro?

jueves, abril 24, 2008

Almorzando desde Bucarest


"La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, asistió al programa de la conductora Mirtha Legrand, donde arremetió contra Néstor y Cristina Kirchner, a los que comparó una vez más con el dictador rumano Nicolae Ceaucescu y su esposa Elena que, tras su caída del poder, fueron fusilados por ochenta soldados en 1989. “Esto se parece muchísimo a la Rumania de hace dos décadas”, destacó Carrió, a quien le tocó compartir la mesa con el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, y la vicejefa de Gobierno porteño, Gabriela Michetti." Dice una nota hoy en Página 12.
Maravilloso, genial. Mi sueño de toda la vida se hizo realidad y no estaba enterado! Vivimos en un país del bloque socialista. De paso, linda mesa, eh.

martes, abril 22, 2008

Requiem por un supermercadista chino

Tengo algo así como un fixture para hacer las compras. Un poco aprovechando la abundancia de supermercados chinos en el barrio voy rotando día por día de local. Algo irracional, algo parecido a una cábala. Igualmente lo maravilloso de los supermercados consiste en su uniformidad, en su carácter de lugares seriados. Los chinos: el mismo gatito dorado que mueve la patita, como saludando a los clientes; las guirnaldas rojas que cruzan las góndolas; la disposición espacial de los productos; los paraguayos en la verdulería o limpiando los pisos; el chino jefe adelante controlando los movimientos. Es dificil saber en que super chino estás, ni siquiera los nombres ayudan mucho: Buena Suerte, Bendiciones, Fortuna. Belleza y Felicidad. Bueno, ese no es un supermercado chino.
Con todo, es una uniformidad más amigable que la de las grandes cadenas. Acá no hay música funcional, ni pasillos extensísimos que te sacan el aliento, ni objetos suntuarios que le quitan el lugar a los objetos realmente necesarios - no, no quiero un plasma de 14000 pesos, quiero apenas un nuevo repasador, y no lo encuentro. En los chinos, además, la música parece confluir con mis estados de ánimo: ya van una media docena de veces que escucho a Pablo Dacal mientras busco un Valderrobles tinto. Eso es raro. Que pasen a Dacal. O a Calamaro, pero siempre las canciones más tristes y tontas o más tristemente tontas de Calamaro. También, varias veces escuché temas de Tom Petty. Cuando pasen uno de Nick Cave voy a empezar a creer que hay algo más, algo indescriptiblemente más extraño que se me escapa.

martes, abril 15, 2008

I'll be your mirror


Ryan McGinley, 2005.

lunes, abril 07, 2008

Punto de fuga

Se termina Punto de vista. La historia primitiva de esa revista es, de alguna manera, parte de esos relatos familiares legados vía segunda mano. En el 78, año del mundial, año de quietud polar, un grupo de intelectuales y cuadros políticos del maoísmo argentino decidieron la fundación de la revista. Detrás de Piglia, Altamirano y Sarlo, estaban los cráneos de Vanguardia Comunista: Elías Semán, Rubén Kriskausky y Roberto Cristina, el hermano de mi madre, mi tío. Y entonces están esas historias familiares: Piglia en el departamento de mis viejos en Palomar, las reuniones, los que deambulaban como sonámbulos en la noche, cambiando de departamento en departamento, el perpetuo nomadismo de los clandestinos. Digamos que en esa alianza entre la "cultura" y la "política" - si es que en aquella época eran términos distinguibles - la parte más dura, durísima, se la llevaron los políticos. Pasado el Mundial, el secretariado de VC, en su totalidad, había desaparecido.
Y si esos fundadores quedaron, debido a la tormenta de la Historia, congelados eternamente en los años setenta, los que se mantuvieron vivos siguieron el derrotero de la intelectualidad de izquierda argentina: la culpa feroz de los exiliados internos, el sueño gramsciano-socialdemócrata alfonsinista, el retiro -cada vez más decidido y autoindulgente- a los claustros universitarios, a las cátedras y las querellas entre especialistas, la conversión -ya en la madurez - en una capa intelectual satisfecha, de buen pasar, tal vez más preocupada por la neurosis que por la política, por la forma estética que por el sustrato del combate, gente respetable, inofensiva, seria, madura.
Tal vez tenga razón Sarlo cuando dice que es preferible terminar ahora a convertirse en un autohomenaje que vive de las rentas del prestigio conseguido en el pasado. Tal vez ese final también indique el final de una generación intelectual que ya no puede dar nada más de sí.

viernes, abril 04, 2008

El Campo y la Ciudad


Cómo me gusta robar títulos de libros. El de abajo está robado al gran Philip Roth (de la gran, gran novela Pastoral americana, de la cual alguna vez me gustaría escribir algo), éste a Raymond Williams. No importa. El robo, como la guerra y el amor, es uno de los motores de la Historia.
Leímos bastante sobre el tema del lock-out del “campo” en esto días. Nuevamente comprobamos que mucho de lo interesante que se escribe sobre política / sociedad hoy por hoy pasa por los blogs: Escriba, María Esperanza, Martín, Mendieta, Artemio, y siguen las firmas. En los medios “masivos” en cambio, prima la ramplonería del sentido común. Bastaba verlo a Ricardo Forster en A dos voces para comprobar cómo una sola voz se destaca entre la medianía de los lugares comunes, tanto oficialistas como opositores.
De todo eso, ahora cuando la marea parece en reflujo, algunos puntos.

1- El kirchnerismo debe convencerse de que ha perdido la batalla por la hegemonía de las clases medias. La victoria de Macri en Capital y los resultados de octubre ya lo habían mostrado: a pesar de Zaffaroni y Argibay en la Corte, a pesar de los juicios contra los militares, a pesar de los subsidios que mantienen artificialmente bajas las tarifas residenciales de los servicios públicos, a pesar de los restoranes llenos y los shoppings abiertos hasta las cuatro a.m. en navidad, la clase media irremediablemente ha virado a rumbos distintos al gobierno. Todos lo hemos escuchado en reuniones familiares o de amigos: se critica el estilo, se critica la “soberbia”, se critica el botox, se critican las formas. Crítica de la Argentina. Esta particular posición opositora de las clases medias – más estética que ética, más formal que política – es una constante sociológica de los últimos sesenta años. Ver, para más datos el muy buen libro del Yaya Sebreli – cuando era contornista y sartreano – Buenos Aires, vida cotidiana y alienación. En este sentido, la pregunta sobre los nuevos apoyos sociales que buscará el kirchnerismo está abierta. ¿Una radicalización que excite los clivajes sociales y conforme un nuevo mapeo amigo-enemigo? o ¿Un recostarse en el establishment del peronismo y el sindicalismo que mantenga las cosas más o menos como ahora? Ummmm, yo me tiro a la segunda opción, a pesar de mis deseos…
2- La utopía del campo. Desde los medios se construyó un nuevo sujeto: el farmer aquejado por las políticas confiscatorias del gobierno, el hombre que se levanta a las cuatro de la mañana a arar la tierra y es hostigado por los burócratas del gobierno central que sólo quieren recaudar a su costa. Sí, suena manual escolar norteamericano. Nada se dijo sobre las heterogeneidades de la producción rural, sobre la concentración bestial de las tierras, sobre la explotación de los peones rurales, sobre la demencial extensión de la frontera sojera. El campo, a diferencia de la ciudad, es siempre un terreno apacible, sin conflictos, lleno de gente amable que te ayuda cuando te quedás varado en la ruta, último refugio de la bondad y la gentileza. ¿Cómo era? Cultivar el suelo es servir a la patria. Sí, eso. Piquetero sos si cortás la ruta a la altura de Isidro Casanova, en Salsipuedes o en Armstrong sos otra cosa.
3- Estuvimos en el discurso de Cristina. Sí, laburamos a tres cuadras de ahí y no nos lo podíamos perder. En el corralito de Bolívar y Avenida de Mayo, nos juntamos los “sueltos”. Andaba por ahí Martín Caparrós – qué canchero que es Caparrós, dicho sea de paso -, el pintor Daniel Santoro y otros. Cristina tiene buena voz, seamos piadosos. Su registro vocal es digno de una emisión radiofónica de los años cuarenta. Parece que se quiebra, pero no. Parece que va a decir 5 por 1 no va a quedar ninguno, pero no. Parece que va decir “compañeros”, pero no. Lo que decíamos antes, es el permanente vaivén del kirchnerismo: llegamos hasta donde se preanuncia el clivaje, y nos quedamos ahí.
4- La Federación Agraria debería estar presente en un proyecto progresista/populista. Haberla convertido en adversario es un error estratégico del gobierno. Tal vez esa sea una de las mayores llamadas de atención que deja este conflicto. ¿Qué llevó a los pequeños productores agropecuarios a formar un bloque con la Sociedad Rural Argentina? Las medidas de compensaciones llegaron tarde, y aunque no soy un experto en el tema rural, haber cristalizado ese bloque opositor me parece que le resta fuerza a cualquier política de transformación agropecuaria que se quiera encarar desde el Estado.
5- Está claro que lo que buscan los sectores más concentrados del campo es un cambio de modelo económico. Miguens lo dijo claro, vamos por el librecambio. Cómo desaprovechar la formidable coyuntura externa, prohibiendo las exportaciones de carne y leche y encareciendo la venta de los granos. Van por eso. Quieren cobrarte el sachet en euros. En este sentido, y cuando la inflación de la canasta alimentaria es a mi juicio el issue number one de la agenda pública, las retenciones no sólo son justas, sino que son imprescindibles.

Después la seguimos.