lunes, mayo 29, 2006

There are some bad people on the right

Cecilia Pando de Mercado: Vientre receptor de 7 guascazos militares/Nueva santa patrona del ejército argentino/Personaje escapado de una novela cruza entre Hugo Wast y Martha Lynch/Portavoz oficial de los módicos conspiradores del subsuelo de la Libreria Marista/Responsable, con cada aparición suya, de que las acciones de K suban en mi ranking político personal.

sábado, mayo 27, 2006

¿Sabe tu novia que escuchamos a Diego Vawe?

Sobre el 25 pasado se ha escrito mucho. Tienen los diarios, tienen TP, tienen los blogs... Yo me quedo con lo escrito à propos de la fecha por Panchito Vawe.
El espíritu de Luca, y yo me alejo más del cielo.

lunes, mayo 22, 2006

Alfred Hitchcock presenta...


"Rodar películas para mí quiere decir en primer lugar y ante todo contar una historia. Esta historia puede ser inverosímil pero no debe ser jamás banal. Es preferible que sea dramática y humana. El drama es una vida de la que se han eliminado los momentos aburridos. Luego, entra en juego la técnica, y aquí soy enemigo del virtuosismo. Hay que sumar la técnica a la acción. No se trata de colocar la cámara en un ángulo que provoque el entusiasmo del operador. La única cuestión que me planteo es la de saber si el emplazamiento de la cámara en tal o cual sitio dará su fuerza máxima a la escena. La belleza de las imágenes, la belleza de los movimientos, el ritmo, los efectos, todo debe someterse y sacrificarse a la acción."
Alfred Hitchcock en El cine según Hitchcock de François Truffaut.

Desempolvando viejos mails antiestalinistas

El Comando N. A. le hace una verónica a la falta de inspiración y desentierra viejos mails de nuestra época pre-blogger (circa 2003). Léase como un petit homenaje a Cabrera Infante, Reynaldo Arenas y tantos otros.

viernes, mayo 19, 2006

Arte, arte, arte (Marta Minujín)

Hay todo un tema que recorre el siglo XX y es el de la disolución de los fundamentos del arte. En un primer momento arte era sinónimo de belleza y pericia técnica. Después llegaron las vanguardias y denunciaron la fosilización del espíritu y su entrega al público burgués que lo consumía como objeto decorativo y de status. Las vanguardias proclamaron la muerte del arte y el nacimiento del artista como único señor de su obra. Esto devino en el desprecio del público, Duchamp poniendo un mingitorio en el museo y declarando que era arte porque él lo decía, sencillamente.
Luego llegó la muerte de las vanguardias y el arte se convirtió en un gesto, sólo eso. Los objetos despreciados por la alta cultura se convirtieron en obras de arte y fueron aclamados en los museos y galerías. Sopas Campbell valuadas en millones de dólares, el batimovil expuesto en el Museo de Arte de Nueva York, las peliculas clase B ensalzadas como obras subversivas. El relativismo ofrece una aparente libertad al destruir los prejuicios elitistas de la vieja cultura letrada, pero al mismo tiempo licúa las diferencias y hace desaparecer cualquier intento de establecer una jerarquía entre lo feo y lo bello. Si no hay criterios diferenciadores entonces Moby Dick tiene tanto mérito como el Pato Donald, Rimbaud se sienta a la mesa con División Miami y Salinger comparte habitación Robocop. Y está bien en un punto que eso pase, porque elimina los prejuicios de clase y descubre en los productos de la industria del entretenimiento valores que antes era despreciados por las elites. El problema es que la industria cultural tiene de su lado al mercado (en Hollywood puede laburar David Lynch pero las decisiones realmente importantes no las tomarán nunca los David Lynch), mientras que la cultura "letrada" es rezagada a las tiendas de usados o los cineclubes para ancianos ociosos. El engaño del posmodernismo relativista es que no dice que la fuerza del capital está del lado de División Miami o de Britney Spears y no de Faulkner o Jim Jarmusch. "Todo merece el mismo respeto" dice el relativismo, pero calla que las fuerzas materiales del mercado trabajan para elmercado y no para la "alta cultura" y que por lo tanto a millones de personas sólo le llegan ciertos productos (los que son considerados rentables) y desconocen tantos otros que serían tan valorables como los productos de la industria cultural.
En ese sentido, cada vez más, el gusto por el arte se va convirtiendo en privilegio para pocos, en una resistencia, en un refugio ante el mundanal ruido. Destino horrible por demás, ya que el gran arte nunca fue resistencia y refugio sino osadía, rupturismo, escándalo, conmoción. Visitar hoy una librería, por ejemplo, es una experiencia penosa porque uno ve cara a cara quiénes son los consumidores de gran arte: señoras viejas seguramente profesoras de letras retiradas, psicoanalistas veteranos con ganas de estar a la moda, tímidas estudiantes de letras buscando los libros de sus profesores, treintañeros desesperados por que terminaron el Código Da Vinci y Tolkien y no conocen más títulos que esos, todo esto entre gigantografías de Andahazi y Pacho O'Donnell y libros de fotos para turistas y el nuevo de Aira que sale 60 mangos y la nueva saga pelotudista de dragones e imbéciles estudiantes de magia. Solo queda el Parque Rivadavia, mi patria adoptiva, mi única universidad, donde junto a viejas revistas porno y vinilos Zappa uno puede conseguir el Satiricón de Petronio o Los Siete Pilares de la Sabiduría de T.E. Lawrence o los versos eróticos de Verlaine a cinco pesos. Siempre y cuando no le preguntes al nazi gordo por la Dialéctica del Iluminismo de Adorno y te saque carpiendo con sus perros SS.

martes, mayo 16, 2006

29

Creo que fue Joni Mitchell quien dijo "nunca confíes en alguien de más de treinta años". Bueno, a partir de hoy tienen sólo un año para confiar en mí. Después, ya veremos.

El último de Morrissey tema x tema

Anticipando mi aniversario ayer me hice con el nuevo disco de Morrissey, Ringleader of the Tormentors. Aquí va una pequeña reseña tema por tema:

I- I will see you in far-off places: "It´s so easy for us to sit together/it's so hard for our hearts to combine" Acordes introductorios que remiten a una música lejanamente árabe y dan paso a una canción de clima opresivo que versa sobre los tópicos morressianos preferidos: la imposibilidad del amor, la cercanía de la muerte, la felicidad condenada de antemano. Morrissey se pregunta como en un mantra "why? why?" Un tema que no anticipa el tono general del disco.
II- Dear God please help me: El corazón, el núcleo del disco. El tema más comentando y reseñado del disco en todos los reportajes que le hicieron a Mozz. Ennio Morricone vio luz y entró. Su orquesta suena impecable pero me animo a decir que semejante canción quedaría igual de bien con una guitarra acústica de acompañamiento. Paseos por Roma, tentaciones imposibles de rechazar, angustia religiosa, invocaciones a la iluminación Divina. "Then he motion to me/ with his hand on my knee/ Dear God did this kind of thing happen to you?". Pero Roma siempre redime y bajo el sol latino hasta los peores tormentos pueden devenir luminosos auto descubrimientos: "And now I am walking through Rome/ and there is no room to move/ but the heart feels free".
III- You have killed me: El tema difusión del disco y uno de los más cercanos a los temas del "primer" Morrissey. No desentonaría en Viva Hate o en Your Arsenal. Nuevamente Roma presente: "Pasolini is me/ Accattone you'll be" (...) "Visconti is me/ Magnani you'll never be". L
Las típicas guitarras de Alan Whyte y Boz Boorer (Fatty) acometen desde atrás creando la cortina levemente "rockera" de los temas de Morrissey. Imposible no corear "You Have Killed me" en cada estribillo.
IV- The youngest was the most loved: Otro tema de guitarras. Esta vez se les suma un coro de niños que aportan esa atmósfera delicadamente satánica y perversa que es una constante en las canciones de Morrissey desde los Smiths (recordar el corito de Bigmouth Strikes Again). El estribillo que canta "there is no such/ thing in life as normal" se inscribe en la larga lista de frases-manifiestos que defienden lo freak, lo desviado, lo raro como un pin que llevar orgulloso en la solapa del saco (de tweed preferentemente).
V- In the future when all's well: La ironía wity de Morrissey canta aquí las virtudes del optimismo mal entendido. "Every day I play/ a sad game called/ in the future when all's well". Falsetes al por mayor y altas dosis de fragilidad emocional encubiertas por la gran sonrisa del "todo está bien".
VI- The Father who must be killed: Otro tema recurrente en la obra de Mozz: la perversidad de las relaciones familiares, el asesinato como reproducción de la vida doméstica. Son varios los temas de los Smiths y de su etapa solista que abrevan en esta temática. "So the step-child ran with the knife to his/sleeping frame and slams it in his arms his/ legs his face his neck, and says:/ 'there's a law against me now'".
VII- Life is a pigsty: El tema más largo del disco y quizá el que tenía intenciones de ocupar el lugar de otros temas largos y desgarradores como "I know is over" (The Queen is Dead) o "Now my heart is full" (Vauxhall and I). Para mí un tema no del todo logrado, la base rítimica es demasiado monótona, nunca consigue despertar las emociones que transmitían aquellos dos temas mencionados. Ni la épica melancólica de Now my heart is full; ni el desbarranco existencial de I know is over. Una historia de dolor y redención final "even now, in the final hour of my life/ I'm falling in love again/ again".
VIII- I'll never be anybody's hero now: Una canción bellísima. La voz de Steven Patrick Morrissey suena como en ningún otro lugar del disco. Pérdida y desconsuelo. La decisión de apartarse del mundo ante la muerte del ser amado. "I'll never be anybody's lover now/ things I've heard and I've seen/ and I've felt and I've been/ tell me I'll never be/ anybody's lover now/ it begins in the heart/ and it hurts when it's true/ it only hurts/ because it's true".
IX- On the streets I ran: Otro tema de guitarras que recuerda a la época de The National Front Disco o de Dageham Dave. Una vuelta de Morrissey por los barrios de la working class y su reflexión acerca de que lo único importante es huir de ese infierno lo antes posible y como sea. "And all these streets can do/ is claim to know the real you/ and warn: if you don't leave/ you will kill, or be killed". Oh Manchester, Oh nueva Roma.
X- To me you are a work of art: Como deja entrever el título una clásica canción de amor, si es que hablando de Morrissey podemos conjugar tranquilamente las palabras "canción" y "amor". Una declaración desesperada, tal vez los periodistas estén en lo cierto cuando deslizan el rumor de que esta vez esa declaración tiene un referente real en la vida de Morrissey. Italia sigue siendo para los ingleses la tierra de la pasión y el sol, de las pieles bronceadas y los arrebatos amorosos. "To me you are/ a work of art/ and I'd give you my heart/ that's if I had one."
XI- I just want to see the boy happy: Un tema muy similar a You have killed me. "before I die I have one final dream/ for my own life I don't care anything/ I just want to/ see this boy happy/ why is this such a bad thing?".
XII- At last I am born: el tema que cierra el disco reincide con las orquestaciones y los coros de niños. La contracara de Dear God please help me, donde allí todo era angustia contenida aquí es celebración del renacer. La oscuridad ha llegado a su fin y, por cansancio, por hastío, por voluntad propia y felices encuentros con otros la luz se ha, finalmente, impuesto. ¿Despedida para siempre del cantante por excelencia de los tímidos y desesperados? ¿Deberemos de aquí en más esperar un Morrissey optimista que cante la belleza del mundo y reniegue de la introspección? "I once was a mess/ of guilt because of the flesh/ it's remarkable what you can learn/ once you are born, born, born."

En resumen, un disco cuyas dos palabras más repetidas son God y Kill. Canciones que oscilan entre la angustia y la redención. Un disco donde las palabras Roma y Carne están íntimanmente ligadas. Un disco donde Morrissey intenta mostrarnos algo nuevo de él, pero no puede evitar hacer los mismos chistes, los mismos juegos, los mismos gestos. Si lo amás lo vas a seguir amando, si lo odiás te va a caer peor. Está claro de que lado estoy yo.

lunes, mayo 15, 2006

So what?

Yo lo voy a confesar. Ya no me importa nada: veo "Montecristo".
(esperaban otra cosa ¿no?)

sábado, mayo 13, 2006

Roberto

El otro día conseguí, por fin, Llamadas telefónicas del entrañable Roberto Bolaño. Siento una gran empatía por la literatura y la figura de Bolaño, algo extraño, una sensación de encontrarme en cada libro suyo con una personalidad querible y misteriosa. No me gustan por lo general las biografías de los escritores y soy partidario de la separación de texto y vida, de no interesarme demasiado por las peripecias íntimas de quienes están detrás de los libros que amo. Digamos: no me resulta demasiado relevante la condición filo nazi de Céline o el alcoholismo de Hemingway o la esquizofrenia de Virginia Woolf. Infinitamente más importante me parece Viaje al fin de la noche o La vida feliz de Francis Macomber o Las olas.
Pero con Bolaño las cosas son diferentes. Pienso en él en lugares inverosímiles como un largo viaje en colectivo o la cola de un banco o temprano a la mañana al salir de casa. Pienso en la soledad de Bolaño cuidador nocturno de un camping de Barcelona o en su tedio al atender un puesto de artesanías en Girona, o en sus madrugadas insomnes escribiendo y fumando (ambas cosas sin parar nunca). La vida triste de los escritores. El enamoramiento letal por personajes inventados. La indiferencia del mundo. El borde tan peligroso de las cosas.
En momentos de desesperación me encuentro invocando a Bolaño como a un totem hierático, como a un tío desaparecido (¿Roberto, dónde estás?), un amigo amable y desconocido. Su fascinación por los escritores es tanbién la mía, sus dudas ante algo tan inútil y despreciado como el oficio de escribir ficciones son también las mías. Juego con encuentros imposibles.
Estamos caminando por la Costa Brava catalana y hablamos de la Segunda Guerra Mundial. Hablamos de soldados que desertan del frente ruso, de maniobras a la luz de la luna en campos nevados, de batallones perdidos para siempre. En un momento nos detenemos a mirar el mar que ruge abajo en la playa y nos quedamos en silencio por un largo rato. Después le pregunto dónde está el secreto del mundo y Bolaño, muy lentamente, exasperadamente lento, extiende el brazo y señala hacia el mar. Yo sigo el movimiento de su brazo y miro hacia donde apunta y sólo veo el mar y las estrellas azules, lejanas. Y nadie dice nada y me pregunto si el secreto del mundo está en el mar que se mueve o en el fondo del mar que permanece inmóvil o en las estrellas que se mueven pero parecen inmóviles. Y ninguno de los dos dice nunca más nada, pero nos quedamos mirando la noche interminable.

jueves, mayo 11, 2006

Las chicas de Sociales se masturban así*


"Chipi Castillo"
*es sólo un chiste, no queremos herir susceptibilidades políticas y/0 sexuales.

miércoles, mayo 10, 2006

Algún día reinvindicaremos a Rodrigo y a Juan

A casi 15 años de la publicación de Historia Argentina de Rodrigo Fresán y Nadar de noche de Juan Forn se imponen algunas reflexiones al respecto del estado de las cosas en la literatura argentina. Breves reflexiones, humildes y descentradas reflexiones para complementar lo que dicen el Pato Galmarini y el Gordo Gostanián en un blog vecino.
Hubo una vez una batalla sangrienta: las pesadas tropas de Babel chocaron en el campo con la caballería ligera de los Jóvenes Narradores. El estandarte de los primeros rezaba "Saer, Piglia, Puig", los otros enarbolaron banderas relucientes que decían "Cheever, Carver, Salinger". Unos querían explorar los límites del lenguaje, los otros querían "contar historias". Puán en Caballito y la redacción de Belgrano y Perú fueron los cuarteles generales. En esos 90's que muchos añoran como felices y otros desprecian como infames la gran batalla pareció resolverse a favor de los Jóvenes Narradores. Eran modernos, eran encantadores, te ganaban una trivia sobre cualquier tema de la cultura pop, saltaban de Kubrick a Carson McCullers, de los Clash a Calamaro, de Evita a El regreso de los muertos vivos, de Blade Runner a John Waters. Forn con su polera negra. Fresán con su campera de cuero y el puño cerrado en una lapicera. Gente con walkman, eso eran ellos. Los Babel parecían más aburridos, más herméticos, más teóricos, más tristes. La melancolía de los claustros se te pega a la piel.
Por un tiempo la guerra pareció terminada y los Jóvenes Narradores gozaron de la merecida paz. Luego no sé que pasó, digamos que los tiempos cambiaron, que cambiaron las modas, que el campo de batalla literario se achicó irreversiblemente. La Frivolidad pasó a ser una mala palabra y la Velocidad de las cosas dejó de ser una virtud. Los herederos de Babel limpiaron las armas y remendaron las banderas. "Aira" ocupaba ahora un lugar preponderante en ellas. Ahora que el campo de batalla se redujo a una quintita desmalezada los movimientos de tropas son más toscos: la seriedad se impone de nuevo, los juegos de palabras vuelven a relucir en su insípido esplendor, el neobarroquismo vuelve a embarrar la prosa, los taciturnos conejillos de indias creen ocupar el lugar del Aprendiz de brujo.
Los Jóvenes Narradores ya no son jóvenes y se han retirado a un exilio, dorado pero exilio al fin. Barcelona y Villa Gesell, lugares que algún día tendrán nuevos significados en la historia confusa de la literatura argentina.
No es una historia bélica, la guerra es sólo una de las tantas metáforas que se pueden utilizar, tal vez la más nítida y espectacular. Podría contarla en clave music hall o en versión western. El desenlace y el sentido profundo del drama serían los mismos.

martes, mayo 09, 2006

Triángulo de las Bermudas

Trabajo en la zona de Belgrano y Diagonal Sur. Pero no se preocupen por mi, amiguitos, que todavía no estoy ni en Perfil ni el Página 12. Mi desembarco en los medios masivos de comunicación no se ha producido todavía. Cuando llegue ese momento haré una fiesta grande y ruidosa a la que todos ustedes estarán invitados. Ya tengo contratados a los fantasmas de los Ramones para que la animen al más puro punk rock.

domingo, mayo 07, 2006

Comando, paredón y después

El super Comando ideológico se destapa y muestra las caras. Desde las profundidades de la ciudad una orga inorgánica retoma el espíritu subversivo de las generaciones muertas. Veánlos en sus buhardillas escribir textos infames y gloriosos destinados a que nada, nada, cambie. La penúltima vanguardia, la retaguardia del pensamiento progresista, la resaca de los días al pedo. Está todo dicho ya.

viernes, mayo 05, 2006

Sobre la UBA

Los recientes sucesos ocurridos a las puertas de la facultad de medicina de la UBA ponen de manifiesto cuán lejos están las divagaciones teóricas de la realidad concreta de la política universitaria. Quiero decir: jóvenes defensores de la democratización del gobierno universitario son golpeados por los sujetos sociales que ellos querrían incorporar al cogobierno. Me refiero, claro, a los no docentes. Desde un marxismo magnánimo los jóvenes militantes podrían decir: "ellos no saben lo que hacen" o "nos cagan a cadenazos pero nosotros defendemos sus objetivos intereses de clase" o "están presos de la falsa conciencia y la manipulación". En realidad, lo que pasó el otro día en medicina es una pequeña muestra de lo que sería la vida universitaria si la patota sindical de los no docentes lograra tener voz y voto en el gobierno de la UBA. No saben a qué le están abriendo las puertas.
La democratización real de la UBA pasa por desmantelar el feudalismo que la caracteriza. Hay que derribar las barreras entre cátedras y dentro de las mismas cátedras. Hay que terminar con la "propiedad privada" que los profesores titulares ejercen: terminar con sus mesnadas, con sus séquitos, con sus derechos patrimoniales (derecho de prima nocte incluído). Hay que permitir la proliferación de múltiples ofertas, que el conflicto sea teórico y no de intrigas personales como hoy en día. Usaría la palabra meritocracia pero no me animo. Restaurar los lazos sociales coartados por el número y la burocracia, luchar contra la despersonalización, contra los sistemas kafkianos, contra la invisibilidad. Que la universidad sea un lugar donde amar y pelear, donde enamorarse y conocer terrenos inexplorados. Un lugar de conocimiento apasionado. No una fábrica de graduados, no un claustro muerto.
Una aventura, en resumen .

miércoles, mayo 03, 2006

Siempre tendremos París

"El hombre no es ni el buen salvaje de Rousseau ni el pecador depravado de la Iglesia. Es violento cuando está oprimido, tierno cuando es libre."
Escrito en una lejana pared parisina en la lejana primavera sensentayochista.

Reencuentro con Rainer

Rainer me llama el otro día a casa. Está en Bs.As. Está desarmando todo para irse lejos. Lejos, nuevamente. Habla de una beca en una Universidad del Medio Oeste. Pienso, al otro lado de la línea, en campus nevados, en camionetas con viejos farmers mascando tabaco, "¡gasolineras!" tengo ganas de gritar, tartas de arándano, rubias pecosas, psicópatas pajeándose con los zapatos de sus madres, cubiertos por una bandera nazi. Veámonos, Rainer, le digo. Veámonos, me dice.
Nada está librado al azar. Nada está fuera de un cierto orden misterioso y sugerente. Nos vemos cerca del Nazional. Avanzo por Bolivar y lo veo, más viejo, más cansado, sentado en las escaleras. Los tilos. La iglesia. Las chicas y los chicos. El florista tantas veces allanado por la policía. ¿Caminamos?, me dice. Caminemos.
Cuando le pregunto por qué se va, Rainer no me mira y prende un cigarrillo y me pregunta si me acuerdo de X. Le digo que no, no tengo registro de ningún X, aunque mi memoria para los nombres no es muy buena. X, dice, un pibe flaco y chiquito que estuvo un año en nuestra división. Nunca hablaba, no salía a los recreos, nadie le hablaba, usaba unas camisas muy raras a cuadros y una mochila toda rota. Se fue en tercer año sin despedirse de nadie. Intento recordar a X y creo reconocer una sombra pequeña, inclinada sobre el pupitre, al fondo del aula. Nunca hablé con él. ¿Te acordás lo que había escrito en el pupitre?, me pregunta Rainer. No, a tanto no llegan mis recuerdos, le respondo. Rainer pita el cigarrillo y dice "Auxilio". Eso: Auxilio. Escrito por todos lados, con birome, con marcador, con liquid paper, grabado a fuerza de punzón sobre la madera: Auxilio. Nada más.
Llegamos a Parque Lezama. Rainer me cuenta que su habitación del campus tiene una vista deplorable: los fondos de una lavandería, un estacionamiento, un pedazo de cielo. Hay una chica, dice. Siempre hay una chica, le respondo para joderlo. No, no siempre hay una chica. Hay una chica que sale a fumarse un cigarrillo todos los días a las 2 de la tarde y otro a las 5. Trabaja en la lavandería frente a mi ventana y en el cigarrillo de las 2 se la ve cansada. Se ata el pelo negro con una cola de caballo y juega con la nieve sucia acumulada en el playón. Ahí me da pena por ella. Pero en el cigarrillo de las 5 ella ya está cambiada y con el pelo suelto y el viento juega con su pelo levantándolo como si fuera una bandera pirata y ella lanza el humo del cigarrillo contra el cielo del atardecer y yo puedo, desde mi ventana, adivinar cada una de sus volutas, cada uno de sus soplos, cada una de sus exhalaciones. Y ese es mi mejor momento del día, el más esperado, porque ella fuma su último cigarrillo y seguramente está feliz de volverse a su casa. Y yo también estoy feliz por ella.
No digo nada por un rato. Nos sentamos sobre la balaustrada del parque y le recuerdo nuestra excursión a ese mismo lugar, años atrás, cuando teníamos 16 y estabámos enamorados de los personajes de sobre héroes y tumbas. "Alejandra", dice él. Sabato me dejó de gustar ni bien cumplí los 17, le digo. No se cómo nos podía gustar tanto ese tipo, vuelvo a decir. No nos gustaba, dice él, queríamos vivir una historia así y encontramos ese libro y creímos que nos hablaba a nosotros. Sabato nos importaba una mierda, dice, lo único que queríamos era que una chica se fijara en nosotros y pudiera leer mágicamente todo ese sufrimiento y nos dijera "ya está, ya pasó, nunca más vas a estar solo". Boludeces, dice Rainer, nadie lo hace. Nadie nunca puede entender a otro de esa manera. Y es bueno saberlo de una vez por todas.
Le pido un cigarrillo. Ya es tarde y el sol está bajando. Unos metros más allá un tipo discute con la novia. Obreros pasan con sus bolsitos al hombro. Los autos fluyen por el torrente sanguineo de Paseo Colón. Miro la barranca del Parque y lo miro a Rainer y Rainer me mira y le digo si se anima. Y Rainer salta la baranda sin decir nada y empieza a correr barranca abajo y yo me suelto atrás suyo y parece que nos caemos pero no, seguimos en pie y todo se acelera y veo su espalda alejándose de mí. Y tenemos 16 años otra vez.