domingo, junio 15, 2008

"La bolsa de nylon es nuestra flor silvestre"


1- Durante todo el camino desde San Juan a Jáchal (170 km. al norte) me acordé de esa observación de Martín. Las bolsas de nylon brillando como flores en el desierto. Y hacía allí íbamos: un contingente heterogéneo, una armada brancaleone de las políticas sociales, dos bombones de trabajo social, un psicólogo y un triste sociólogo sacado de improviso de la ciudad. Hicimos lo que pudimos.

2- Esta vez no me llevé el Facundo. La casa de Sarmiento y Doña Paula ya la conozco, aunque me hubiera gustado parar a sacarme una foto donde el hijoputa escribió en francés esa cita falsa, que nuestras maestras nos enseñaron que dice: las ideas no se matan. Pero las chicas no quisieron, y eso que les conté lo que decía Piglia al respecto. Bueno, tal vez no quisieron precisamente por eso...

3- Mientras esperamos el chivito al vino en uno de los dos restoranes de Jáchal se comenta: la única política social es la política económica. También se comenta (¿ellos? ¿yo?): sería más eficiente cargar un Hércules con nuestros viáticos y arrojar la plata desde el cielo. Debería ir o debería quedarme.

4- Después de trabajar todo el día en ranchitos con piso de tierra, llenando fichas, explicando cosas que ni yo entiendo, escuchando que con mil mangos se resolvería la vida de una familia, que con un contrapiso de material los pibes no visitarían cada quince días la salita por problemas bronquiales, que en la cosecha de la cebolla o de la aceituna se paga 7 pesos por cajón, etc, etc, después decía, llegar al hotel y prender la tele después de la ducha caliente, mirando C5N o TN y ver a los mongos esos en la ruta por las retenciones... sí, yo también en esos momentos pedí que la gendarmería repartiera un par de palazos, sí, lo reconozco, lo reconozco.

5- Y ni idea sobre lo que va a pasar. Ni idea sobre como se va a desarrollar el corto plazo, esa tierra de periodistas. Lo que sí sé es que el enfoque de "la participación comunitaria" se queda corto ante un contexto social dominado por el trabajo en negro, por la informalidad laboral, por un horizonte signado por la desprotección y por salarios bajísimos. Se podrá sembrar de CICs el país, pero mientras el sueldo de los jefes de hogar no pase el umbral de la pobreza el círculo reproductor de las carencias seguirá intacto. Ok, soy un materialista irredento. Pero es así.

6- Estamos de vuelta. Buenos Aires no se ve susceptible desde el aire, se ve, más bien, como la alfombra de cemento cuadriculado e infinito donde trascurren nuestras vidas. Una al lado de la otra, pero sin conocerse. Vuelvo al barrio del anonimato y para los que somos tímidos eso se siente bastante bien.

9 comentarios:

Ulschmidt dijo...

En toda esa desértica zona oeste, tan agreste y tan bella, es penoso ver todo ese plástico volando, si. En zonas más húmedas termina arrastrado a los ríos pero en el desierto puede perdurar y perdurar...

Lic. Baleno dijo...

Me quede con ganas de que contaras mas.

Ling dijo...

Desde acá, desde el cemento, imaginándose una "realidad" culposa casi -o seguramente- menos cruda que la que se vio en Jáchal, también se pedían palazos. Las tendencias -que no La Tendencia- violentas, odiosas, de culpa, angustiosas, también quedan en el cemento. Imaginar que uno de esos muchachos rudos, de verde, provenientes sin duda de parajes similares a aquellos donde las bolsas vuelan, hubiera dejado escapar un palazo parece un escape. Escape cobarde, sin duda, pero liberador al fin.

Feo cuando todo se pone violento.

Y para una, que es tímida, reconocer que es bueno tenerlo de vuelta en el barrio es difícil.

Cecilia Pavón dijo...

dicen que el mar está lleno de bolsas de plástico que se degradan lentamente y entran al estómago de las centollas alterando de a poco el código genético de las algas y otras especies. Eso sin contar las reservas de metano listas para explotar hacia el exterior cuando la temperatura del océano supero no sé cuántos pocos grados...

Martín dijo...

Mariano: hice en noviembre del año pasado exactamente ese viaje. Incluso, saqué una foto a esa especie de casa abandonada que adorna este post. Tengo fotos, y un registro un poco onírico de lo que viví, ya que fue el cierre de un año de laburo en esa provincia (definitivamente la provincia que mas amo). En el medio descubrí la leyenda del cacique Pismanta. 2007 fue mi año huarpe. Che, loco, te mandé un mail.

Martín dijo...

Mandé comentario y no prosperó...

Anónimo dijo...

lo curioso es que ya no hay curiosidad. en la teatralidad mediatica la pobreza es un decorado de golpe bajo, nada mas. despues, claro, los discursos. te das cuenta, cuando hablamos, de politica, lo solo que podemos estar.
es una lastima que la pobreza tambien sea esquizoide.

mariano dijo...

bueno, gracias y un abrazo para todos. paniagua, le mande mail, no sé si será correcta la dirección.

Anónimo dijo...

Deseos de palazos, asistencia a la plaza, insultos sarmientinos... se encuentra a pasitos de los dedos en V y de cantar la marcha.

Y tal vez tenga razón, mi amigo.

Tal vez, los demás, los que pensamos que la rural es el enemigo histórico (por fascista) y que el peronismo da náuseas (por fascistas), los que no logramos articular una puta oposición a ninguno de los dos frentes, estemos equivocados, esperando, falsamente, que llegue un día en que maduremos (uso la más ridícula de las figuras metafóricas, la de madurar, para acentuar lo idiota que me siento en esta tercera posición).

Tal vez haga bien, mi amigo.