jueves, septiembre 06, 2007

Sobre el camino


Ayer, o anteayer, no sé, el escritor noventista Rodrigo Fresán rendía su barcelonés tributo a la novela de Kerouac. No teníamos presente la efeméride. Y eso que llevamos una foto de Kerouac en la billetera (una estampita, San Jean-Louis Lebris de Kerouac, patrono de los perdidos). 50 años de la publicación. Mucho tiempo, pero ese libro sigue tan incandescente como siempre, como cuando salió a la luz en la América paranoica de los cincuentas, y prendió la mecha de un movimiento que arrastró a miles de freaks a las rutas de un continente ya demasiado viejo, ya demasiado castigado, pero a través del cual todavía se podía huir. Kerouac: línea de fuga, armado de un mapa donde el movimiento perpetuo es la única garantía para no volverse loco. Una multitud de hijos queridos o bastardos: de Dylan al Che, de Morrison a Deleuze.
En el camino como un tratado sobre el camino. Los tiempos muertos en las estaciones de micros, las habitaciones de hotel, las incomodidades, los cambios abruptos de itineario, las ciudades que te reciben dormidas, el campo con su brutalidad, las conversaciones delirantes en autos que hierven de calor, los amigos perdidos, el sueño entrecortado, la ilusión de que al final hay algo distinto, de que hay un final. Viajar no tiene que ver con desplazarse, sino con ejercer una violencia sobre uno mismo para convertirse en alguien distinto. Estar en el camino es estar metido, soportando, mutando gracias a esa violencia. No siempre se logra. La mayor parte de las veces se trata sólo de darse una vuelta con la seguridad de tener el pasaje de regreso a casa en el bolsillo.
50 años. Una eternidad como la noche de los campos bajo la cual siguen corriendo destartalados chevys, no direction home. Y abrimos el libro, el único registro de esos viajes que llegó hasta nosotros:
"... y la estrella de la tarde dedicará sus mejores destellos a la pradera justo antes de que sea totalmente de noche, esa noche que es una bendición para la tierra, que oscurece los ríos, se traga las cumbres y envuelve la orilla del final, y nadie, nadie sabe lo que le va a pasar a nadie excepto que todos seguirán desamparados y haciéndose viejos..."

6 comentarios:

Anónimo dijo...

1- fresan es un "escritor"?
2- los libros tienen tiempo?
3- no es solo literatura?
3- los escrtitores nacionales que la juegan de beats no te producen cosquillas en el estomago?
4- "los detectives salvajes" fuga hacia adelante, (ejercicio: leer en el camino y luego los detectives..., hay una extraña solucion de continuidad) "en el camino" fuga hacia la fuga?
5- en el camino demuestra que se puede escribir sin corregir. en argentina, ¿se puede escribir?

mariano dijo...

estimado burroughs, lo hacía ya asentado en el paraíso de la mescalina y las drogas alucinógenas de todos los indígenas muertos, pero es una suerte que pueda escribir desde allá.
1- fresán es escritor, yo tengo algunos de sus libros, todavía me causan cierta gracia.
2- los libros tienen tiempo, claro. como cualquier otra cosa perecedera.
3- no sé.
3bis- no conozco muchos escritores beats argentinos. osvaldo baigorria podría ser el único, vivió mucho tiempo en canadá o alaska, algo así. que te guste el jazz y tomes drogas no te califica como beat, obviamente.
4- sí, hay un parentesco entre los "detectives salvajes" y "en el camino". bolaño era lector de los poetas beatniks, el lema del infrarrealismo era "dejénlo todo, láncense a los caminos".
5- yo creo que sí, espero que sí. es sólo una creencia.

Anónimo dijo...

vea estimado buen salvaje (algo que me resulta demasiado correto politicamente)no se ahga ilusiones, ahora las drogas son sinteticas y uno pierde, con ellas, cierta esponteneidad para reirse de si mismo y del mundo con aires cinicos. yo fumo oregano y aspiro naftalina. asi me desayuno escuchando a marilin manson y a victor hugo morales...ultimamente usted, que otrora nos deslumbraba con su desesperante nihilismo, esta creyendo demasiadas cosas.
es cierto que gente que escucha jazz y toma drogas hay mucha, pero, nmo escriben o eso vemos. asi que supongo que nuestro nombrado fresan se dedica al opio de los pueblos que me resulta el periodismo (aunque seria factible incluir esa frase en el repertorio clinico escolar: la educaciones el opio de los pueblos). como ve existen en mi cerebro residuos de viejas corridas nocturnas...
ahora vago por la vera del rio y eso le quedaria mejor al viejo melville. que se yo.
estamos algo convulsionados. 50 años es mucho tiempo y a la vez nada.
un libro es un efimero momento de certidumbre, peor vea como esa razon nos corroe (maldita sea) por dentro.

principio de incertidumbre dijo...

una gran efeméride...



Pero luego del comentario de W.B. mal me temo que no puedo acotar demasiado.

Eso sí, saludos.

principio de incertidumbre dijo...

ah, lo que más me gustó del post:

"Estar en el camino es estar metido, soportando, mutando gracias a esa violencia"

charly dijo...

sí, pienso en Dean Moriarty, ese padre al que todos buscamos,

gran libro!