Los colores de hoy versan sobre dos ex candidatos a presidente de aquella ya lejana elección del 2003. Y dos futuros candidatos perdidos en la niebla opositora de la era K.
1- Lilita interrumpió su "situación existencial de pensamiento" (tal vez una de las más bizarras frases jamás utilizadas para decir "no tengo la menor idea de qué voy a hacer") para anunciar su desafiliación del partido político creado a su imagen y semejanza. El argumento para justificar su desafiliación es lograr una "equidistancia" que le permita liderar una "gran coalición cívica" que finalmente consiga derrotar a los feos, sucios y vulgares (tan vulgares!) ocupantes del gobierno nacional. O algo así, porque leyendo las declaraciones de Carrió uno no puede dejar de tener la impresión de alguién que ha optado definitivamente por ocupar el lugar de oráculo incuestionable y misterioso que emite directivas hacia sus cada vez más confudidos seguidores. Un lugar sacerdotal, digamos. Un lugar que se sitúa más allá del barro de la política realmente existente. Un lugar cómodo e inofensivo.
Vayamos por partes. Construír un partido político no es fácil: requiere dinero, infraestructura, líderes, cuadros directivos, militantes, adherentes y simpatizantes que se nucleen en torno a -al menos- algunas ideas y sentimientos básicos sobre lo que hubo, hay y/o habría que hacer desde el poder. Si bien el modelo de partido político moderno (weberiano, digamos) ya ha sido erosionado en todas partes del mundo por las fuerzas de los liderazgos mediáticos y la debilidad de las identidades políticas, algunas cosas se mantienen: un partido político debe tener recursos materiales y humanos para salir a pelear un lugar en el espacio público.
Las cosas se complican mucho más si se trata de un partido nuevo que cuenta como activo principal -o único casi- la figura carismática del líder. Y se complica hasta lo indecible si el líder es alguien que te anuncia por los diarios una mañana que ya no pertenece al partido que ella creó. Quiero decir, Leandro Alem pudo pegarse un tiro y la UCR seguir funcionando porque se había dotado de una estructura orgánica y territorial que excedía al líder.
En el caso del ARI es evidente que eso no existe. Es evidente que Carrió ocupa el lugar de líder oracular a quién no se le puede discutir nada porque ella "es" el ARI. De otra manera no se entiende las declaraciones de la secretaria general del partido ante la desafiliación de Carrió: "Es un gesto de generosidad y un testimonio de que la construcción puede ser diferente. El mensaje a la gente es que no habrá disputas por cargos". ¿Cómo no habrá disputas por cargos? ¿Qué otra cosa es un partido político sino una máquina de disputar cargos? ¿No es la lucha por el poder -a través de disputar y ganar cargos- lo que define a un partido político?
Lo más preocupante, en resumen, es la incapacidad de una fuerza política opositora que se plantea como alternativa republicana y en cinco años de existencia no ha logrado producir las más mínimas instancias de debate y democracia internas que le permitan no depender de los caprichos proféticos de su líder.
2- Vamos con López Murphy. Ah, sí! La última esperanza blanca del 2003. El hombre que proclama adustamente su melancolía -otra vez- por los buenos viejos tiempos republicanos perdidos. Porque la Argentina siempre fue un país muy republicano ¿no?. En esto coincide con Carrió: son, a su pesar, viejos mitristas llorando la época austera de las familias distinguidas porteñas ante el avance de los mercaderes roquistas. La diferencia es que mientras Carrió tiene su corte de creyentes incondicionales, López Murphy ve su futuro condicionado a lo que decida el voluble hijo de Franco Macri, y -todos lo sabemos- los simpatizantes de derecha no son tipos muy emocionales que digamos, son pragmáticos y emigrarán a la oferta más rentable en plaza.
Por eso López Murphy va convirtiéndose día a día en una caricatura de sí mismo: el adusto hombre de derechas pero honesto que no se manchará las manos apoyando a cualquier arribista desesperado por poder. Un hombre que se indigna por el clientelismo de Sobisch y el panquequeo de Lavagna y se presenta - nuevamente- como el último popperiano honesto de estas pampas.
Extraña convivencia, esa de la honestidad personal con una trayectoria pública marcada por la solidaridad alevosa con los violadores de derechos humanos (Ministerio de Defensa) y por la aplicación salvaje de la ideología económica neoliberal (Ministerio de Economía). Extraña combinación de virtudes privadas y vicios públicos. Lo que lleva, una vez más, a hacer la pregunta: ¿qué valor político tiene la honestidad personal?, o más brutalmente: ¿qué destino tienen las construcciones políticas fundadas exclusivamente en la virtud privada de los hombres?
1- Lilita interrumpió su "situación existencial de pensamiento" (tal vez una de las más bizarras frases jamás utilizadas para decir "no tengo la menor idea de qué voy a hacer") para anunciar su desafiliación del partido político creado a su imagen y semejanza. El argumento para justificar su desafiliación es lograr una "equidistancia" que le permita liderar una "gran coalición cívica" que finalmente consiga derrotar a los feos, sucios y vulgares (tan vulgares!) ocupantes del gobierno nacional. O algo así, porque leyendo las declaraciones de Carrió uno no puede dejar de tener la impresión de alguién que ha optado definitivamente por ocupar el lugar de oráculo incuestionable y misterioso que emite directivas hacia sus cada vez más confudidos seguidores. Un lugar sacerdotal, digamos. Un lugar que se sitúa más allá del barro de la política realmente existente. Un lugar cómodo e inofensivo.
Vayamos por partes. Construír un partido político no es fácil: requiere dinero, infraestructura, líderes, cuadros directivos, militantes, adherentes y simpatizantes que se nucleen en torno a -al menos- algunas ideas y sentimientos básicos sobre lo que hubo, hay y/o habría que hacer desde el poder. Si bien el modelo de partido político moderno (weberiano, digamos) ya ha sido erosionado en todas partes del mundo por las fuerzas de los liderazgos mediáticos y la debilidad de las identidades políticas, algunas cosas se mantienen: un partido político debe tener recursos materiales y humanos para salir a pelear un lugar en el espacio público.
Las cosas se complican mucho más si se trata de un partido nuevo que cuenta como activo principal -o único casi- la figura carismática del líder. Y se complica hasta lo indecible si el líder es alguien que te anuncia por los diarios una mañana que ya no pertenece al partido que ella creó. Quiero decir, Leandro Alem pudo pegarse un tiro y la UCR seguir funcionando porque se había dotado de una estructura orgánica y territorial que excedía al líder.
En el caso del ARI es evidente que eso no existe. Es evidente que Carrió ocupa el lugar de líder oracular a quién no se le puede discutir nada porque ella "es" el ARI. De otra manera no se entiende las declaraciones de la secretaria general del partido ante la desafiliación de Carrió: "Es un gesto de generosidad y un testimonio de que la construcción puede ser diferente. El mensaje a la gente es que no habrá disputas por cargos". ¿Cómo no habrá disputas por cargos? ¿Qué otra cosa es un partido político sino una máquina de disputar cargos? ¿No es la lucha por el poder -a través de disputar y ganar cargos- lo que define a un partido político?
Lo más preocupante, en resumen, es la incapacidad de una fuerza política opositora que se plantea como alternativa republicana y en cinco años de existencia no ha logrado producir las más mínimas instancias de debate y democracia internas que le permitan no depender de los caprichos proféticos de su líder.
2- Vamos con López Murphy. Ah, sí! La última esperanza blanca del 2003. El hombre que proclama adustamente su melancolía -otra vez- por los buenos viejos tiempos republicanos perdidos. Porque la Argentina siempre fue un país muy republicano ¿no?. En esto coincide con Carrió: son, a su pesar, viejos mitristas llorando la época austera de las familias distinguidas porteñas ante el avance de los mercaderes roquistas. La diferencia es que mientras Carrió tiene su corte de creyentes incondicionales, López Murphy ve su futuro condicionado a lo que decida el voluble hijo de Franco Macri, y -todos lo sabemos- los simpatizantes de derecha no son tipos muy emocionales que digamos, son pragmáticos y emigrarán a la oferta más rentable en plaza.
Por eso López Murphy va convirtiéndose día a día en una caricatura de sí mismo: el adusto hombre de derechas pero honesto que no se manchará las manos apoyando a cualquier arribista desesperado por poder. Un hombre que se indigna por el clientelismo de Sobisch y el panquequeo de Lavagna y se presenta - nuevamente- como el último popperiano honesto de estas pampas.
Extraña convivencia, esa de la honestidad personal con una trayectoria pública marcada por la solidaridad alevosa con los violadores de derechos humanos (Ministerio de Defensa) y por la aplicación salvaje de la ideología económica neoliberal (Ministerio de Economía). Extraña combinación de virtudes privadas y vicios públicos. Lo que lleva, una vez más, a hacer la pregunta: ¿qué valor político tiene la honestidad personal?, o más brutalmente: ¿qué destino tienen las construcciones políticas fundadas exclusivamente en la virtud privada de los hombres?
13 comentarios:
Comparto tu opinión sobre la relación del ARI y el concepto de verdad absoluta personificada en Carrió. Con respecto a López Murphy, te recomiendo algunos de sus libros ("Razón o Demagogia", "La nueva Propuesta") para poder entender mejor sus ideas, su forma de entender el mundo y como la Argentina a mediano plazo puede posicionarse para mejorar su calidad de vida y desarrollo económico. Probablemente su forma de hacer política no logre llamar la atención del electorado, pero es uno de los pocos políticos honestos que aspira a que la Argentina se convierta en un Chile o una España. Los costos políticos del mediano o largo plazo son altamente contraprudecentes en nuestro país, que tiene elecciones cada dos años y que no permite entregarse a la construcción de un proyecto de país sin olvidar la construcción de poder.
Mariano
“son, a su pesar, viejos mitristas llorando la época austera de las familias distinguidas porteñas ante el avance de los mercaderes roquistas”.
Fabulosa caracterización.
Ya que estamos en lo preideologico, ¿los “cívicos” aceptaran aliarse con las turbas mazorqueras para detener a los mercaderes roquistas? :-D
Un abrazo
manolo
la veo difícil la hipótesis que planteás, manolo, creo que hay una alergia a las turbas mazorqueras muy fuerte en esa gente.
abrazo.
Mariano
Lo decía como ironía y paradoja.
Ironía, porque los mitristas terminaron aliándose a los roquistas, el PAN y U C Nacional.
Paradoja, porque los santos laicos de estos muchachos son mazorqueros de nacimiento.
Los recuerdos de Leandro, de cuatro años, de la mano de su hermana viendo colgar de la horca a su padre y a Cuitiño, lo persiguieron toda la vida.
La hermana estaba en ese momento embarazada de Hipólito.
Tema del cual los republicos, prefieren no mentar
Un abrazo
manolo
En uno de los afiches de Heller, "el banquero guevarista" (jajajajajajajajaja!!!) dice algo del estilo: "donde ser buen tipo se corresponde con ser buen candidato" (no soy muy impactante para los slogans). Bueno, ninguna de las dos cosas me consta, pero calculo que tiene que ver con la segunda parte de tu post: ¿es suficiente la "honestidad" (aplíquense las comillas necesarias)? ¿Es preferible un "roba pero hace"?
Habría que analizar porqué esos candidatos son los que los ponen más incómodos.
La inquina contra la gorda o el bull dog no se repite contra macri, o cualquier otro.
Será porque piensan que de última con Macri o Lavagna se puede arreglar?
Será porque este dúo tiene algo que a ustedes les falta, y que no se puede comprar con ATN, publicidad oficial o cargos?
La sola existencia del honesto es una espina clavada en el corazón del corrupto.
bueno, entonces si con macri "se puede arreglar" ¿por que el bulldog permanece a su lado? eso sería medio una contradicción ¿no?
por otro lado, la honestidad en política es más bien relativa: un tipo que defendió como ministro de defensa a capa y espada a los militares violadores de derechos humanos ¿es tan honesto? las virtudes privadas empalidecen ante los desastres públicos.
no se trata del mentado "roban pero hacen" sino de tomar conciencia de que la virtud individual no tiene nada que ver con la construcción de un proyecto político progresista. la diferencia entre privado/público sigue siendo válida.
"defendió como ministro de defensa a capa y espada a los militares violadores de derechos humanos"
No se a que te referís puntualmente.
Desde el indulto de Menem del 90,(al que K apoyó en su reelección del 95), el tema DDHH quedó como que ya se había hecho lo que se tenía que hacer, ya no quedaban milicos en actividad relacionados con las violaciones a los derechos humanos, y el tema estaba cerrado para casi toda la sociedad, incluyendo a la mayoría de los que hoy tiene cargos públicos.
bueno, me refiero al "honesto" lopez murphy durante su estrepitoso paso por el estrepitoso gobierno de De La Rúa. El "republicano" Murphy qye apañaba los intentos del finado gral. Brinzoni para declarar constitucionales las leyes de impunidad y los indultos, el "liberal" Murphy que se negaba a reconocer el genocidio y hablaba (¡ah, ese cliché de la derecha!) de "excesos".
pero, bueno, nada raro en el universo argentino donde los defensores de la libertad se sienten tan, tan, cómodos con los uniformes.
Algunas consideraciones y preguntas:
1. Si el lugar que elige Carrió es cómodo e inofensivo, ¿por qué las continuas invectivas lanzadas desde el oficialismo?
2. La UCR pudo seguir existiendo porque antes nació y se consolidó gracias a un liderazgo intransigente como el de Alem. Después necesitó otro tipo de liderazgo para acceder al Poder, pero eso es otra historia.
3. Me parece que el País está y ha estado plagado de líderes oraculares a quienes no se les puede discutir nada. ¿Alguién se imagina a Kirchner convocando a un plenario para debatir las candidaturas de Bielsa, Scioli o Filmus?
4. Mientras que algunos amigos se preocupan por “la incapacidad de una fuerza política opositora que se plantea como alternativa republicana y en cinco años de existencia no ha logrado producir las más mínimas instancias de debate y democracia internas que le permitan no depender de los caprichos proféticos de su líder”, la matriz de distribución del ingreso sigue intacta, los negocios de De Vido siguen viento en popa, se produce una reforma regresiva de Ganancias, nadie controla en boca de pozo la extracción de petróleo argentino que realiza Repsol y es cada vez más concentrada la explotación de la tierra. ¿No hay como cierta banalidad en el análisis de la actualidad?
HAL, por supuesto que el tipo de liderazgo peronista (fulanito conducción, p. ej.) no es un modelo democrático, eso es más que obvio. justamente por eso, creo que nos fijamos en Carrió, porque tiene otra formación y otro modelo ideal de país en mente. quiero decir, es medio ocioso achacarle verticalismo a un caudillejo del NOA, no es nada novedoso. en cambio Carrió y la gente que la acompaña, supongo, tenían pretenciones de cambiar esa "matriz" de poder (para usar una expresión cara a Lilita).
Lo que a mí me causa impresión es que Carrió repita ese mismo modelo personalista y carismático sabiendo (porque seguro que lo sabe) el destino que les espera a las construcciones colectivas basadas unicamente en el carisma del líder. No digo ser Zamora y hacer una asamblea para discutir la imprenta a la que le encargás los afiches, pero un poco de debate, un poco de discusión entre los cuadros dirigentes, un mínimo de democracia interna.
¿a vos no te chocó escucharle decir "tengo in péctore al candidato" o "me reservo un as en la manga y mientras me voy de vacaciones diez días"? ¿Y los dirigentes del ARI? Se quedan esperando la revelación de Lilita, que Jehová baje del cielo y le señale el candidato adecuado? No sé, HAL, lo de in péctore lo decía Menem y todos nos cagábamos de risa.
Y tenés razón en lo que decís en el punto 4: justamente por eso, me parece, que sería positivo la construcción de algo diferente. Justamente, para no seguir hablando banalidades y pasar a discutir el poder.
Mariano: el verticalismo no sólo es propio de los caudillos del NOA sino de casi todos lo líderes políticos vernáculos, desde Alfonsín hasta Kirchner. Lo que sigue sin quedarme claro es por qué ese hecho es imperdonable en Carrió pero no resulta definitivo para juzgar al Presidente, por ejemplo.
Por otra parte, la matriz de poder a la que refiere Lilita es una matriz corrupta que signa la manera de gobernar y hacer negocios en (con) este país. Supongamos que el liderazgo carismático y personalista de EC resulta contradictorio con su declamada intención de desmantelar aquella matriz, en ese caso tendríamos que convivir con la tensión y ver cómo se resuelve. El asunto es que no veo ninguna otra opción donde siquiera se presente esa contradicción.
Me pregunto, ¿es responsabilidad de Carrió que nos detengamos en el personalismo de su liderazgo y pasemos de largo frente a una matriz de distribución que sigue intacta o a los negocios de De Vido? Mmm…
Es que está bien que en un partido el liderazgo lleve adelante tal o cual acción sin que determinadas cosas se filtren. Porque que se filtre determinada información puede quebrar toda una estrategia en política.
El problema es si tal acción va en el sentido que DEBE ir. Es decir, si va en consonancia con los planteos del partido.
Hasta donde sé el ARI tiene Congresos que definen documentos y la linea a seguir.
Peor, mucho peor, no sólo en magnitud vigente sino en forma potencial ni el PJ ni el FPV tienen congresos, y mucho menos andá a preguntarle a Kirchner porqué lo puso a Scioli en provincia. Sin embargo en el ARI Raimundi salió del consenso.
Me parece que hay diferencias.
Y su coalición cívica, Página/12 filtró que podría incluir a miembros del ex grupo Talcahuano. Peronistas y progresistas, porque por distintos lugares leí que esa coalición era gorila. Eso se cae.
Los famosos Talcahuano, los primeros Kirchneristas y los primeros en ser abandonados. Y gente de tradición peronista, habrá que ver, si eso se concreta, los que acusan a Carrió de gorila no van a poder hablar tanto...
Francisco
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