viernes, enero 30, 2009

Garcarino

Todo bien, pero ¿es necesario que Cristina anuncie personalmente cuánto va a costar el calefón Orbis o el lavarropas Sarasa? Lo pregunto de onda, porque de comunicación política no entiendo nada...

lunes, enero 26, 2009

Amigazo


Mi madre cuando nos retobábamos solía decir "no hay poronga que les venga bien". Sí, ya sé, no es lo que esperan del buen salvaje amiguitos, esperan un comentario de los diarios recién publicados de Susan Sontag, o un menage a trois entre Kirchner, Obama y el espectro de las Black Panthers Bonaerenses. Pero bueno, hoy estos señores me hartaron.
Ah, el amigazo está en la wiki, para las cincuentonas que se mojan con él.

PS: esto tal vez explica mejor la situación:
POLÉMICA POR LAS CARTAS DE PORTE. Buzzi dijo que la gratuidad de las cartas de porte dispuesta por el Gobierno son "una burla" para los productores y "un castigo" a la entidad que él conduce. "Decir que mejora la situación de los productores por el ahorro de siete millones de pesos en concepto de cartas de porte es una burla", señaló en un comunicado.

El dirigente agropecuario aseguró que "en realidad, lo que intentan con esta decisión es sancionar y perseguir a la Federación Agraria, que es una de las entidades habilitadas para comercializarlas, por haber enfrentado el modelo de concentración económica que lleva adelante este gobierno".

Las cartas de porte son documentos sin los cuales no se puede transportar granos en el país, y que tenían un valor aproximado de 10 pesos. La FAA tiene a cargo el 10 por ciento de las cerca de 12 millones de Cartas de Porte que se emiten en el país, lo que representa para la entidad gremial ingresos anuales por unos 2.400 millones de pesos, ya que percibe unos dos pesos por cada documento.

Esta situación podría traer aparejado el despido de cientos de trabajadores, según advirtieron desde esa entidad. Sólo en la provincia de Santa Fe, la Federación da trabajo a 200 personas para la emisión de las cartas de porte en las 70 bocas de expendio de ese distrito.

sábado, enero 24, 2009

La máquina de sueños

¿Cuánto falta para la película de Obama diriga por Spike Lee, con Denzel Washington y Rosario Dawson en los roles principales? ¿Qué hacemos con Morgan Freeman? ¿Y con Will Smith?

miércoles, enero 14, 2009

Lecturas de verano (II)

Al leer la Historia de la Revolución rusa de Trotsky uno no puede más que caer fascinado ante el estilo y la fuerza de esa escritura. Como toda gran obra política, seduce con una arrolladora pasión por la racionalidad de sus argumentos. Si algo hay que reconocerle a los trotskistas es que son fanáticos de la Razón. El trotskista, más que buscar convencer apelando al sentimentalismo o al odio por los efectos destructores del capitalismo, intenta siempre persuadir mostrando la lógica interna de las leyes históricas. Los trotskistas, aún en sus delirios (o precisamente por sus delirios) son una especie en extinción del Iluminismo. Una de las últimas.
Lo podemos ver hasta en las figuras un tanto patéticas del trotskismo argentino, como Altamira o el Chipi Castillo. Altamira, por ejemplo, se sienta en el living de Mauro Viale para hablar sobre la crisis financiera y empieza a tirar números y datos económicos sacados del Wall Street Journal o de Le Figaro. "-Esto no lo digo yo, Mauro, lo dice el Washington Post, que no es un periódico proletario, precisamente..." Esa estrategia de edificar los argumentos en base a los datos que el enemigo deja escapar, ese uso de las fuentes burguesas para restituirle a la realidad su "verdadero" sentido histórico es un procedimiento muy típico del trostkismo, que lo distingue de otras corrientes marxistas más dadas a exaltar a las "masas" o al "pueblo" sin racionalizar demasiado la cosa.
Como sea, la cuestión es que te lees el libraco de Trotsky y fantaseas por un rato como hubiera sido tu vida de haber caído en la poco original etapa estudiantil trosca. Claro que después te acordás del lunático parado en la vereda de Marcelo T. de Alvear con un megáfono a los gritos como un predicador evangelista, o de los carteles vivando la Gloriosa Lucha por la Liberación de los campesinos explotados de Uzbekistán, o de los discursos sobre la inminencia de la revolución mientras, afuera, Menem y De la Rúa eran votados una y otra vez. Y cerrás el libro y se te pasa.

martes, enero 13, 2009

Algo supuestamente divertido

Se me había ocurrido algo divertido sobre la supuesta candidatura del "Lole" al 2011. En serio, era divertido. Tanto que me reía solo mientras atravesaba el Parque Centenario a las 11 de la noche. Y hay que reirse solo mientras caminás a esa hora por el Parque... no es precisamente un entorno que imponga la carcajada fácil.
Pero después, no sé, me vino una cierta melancolía. Sólo el teclear "Lole" me deprime. Ese uso generalizado de los apodos, ese confianzudismo atroz, tan generalizado en los medios. Gente que ni conozco, que me cae pésimo, o que me cae indiferente, o que directamente no registro y sin embargo te ves impulsado a llamar por un diminutivo familiar. La gran familia de la sociedad del espectáculo, donde hasta el pinche más paupérrimo cree posible entablar un vínculo afectivo con los "de arriba" a través del uso de los sobrenombres, o de los nombres de pila. ¿Qué hará Felipe? ¿Y Lilita? ¿Y Cristina?
Y también me puse a pensar más en serio en Reutemann y la imagen más cercana que se me ocurre es la de un De la Rúa après la lettre. Otro hombre austero y prolijo. Otra esperanza rubia que nos rescate de la hybris política. Una vuelta a la normalidad. Un aterrizaje suave. Y sigan sumando todas las metáforas gastadas que se les ocurran. Y ya con eso lo supuestamente divertido que había pensado se desvaneció en el aire.

lunes, enero 12, 2009

Lecturas de verano


Uno de los libros más divertidos que leí recientemente es Viajes de un chef, de Anthony Bourdain. El libro fue escrito en base a las andanzas de Bourdain por el mundo para su programa No Reservations (que es, dicho sea de paso, una de las mejores cosas que se pueden encontrar en la tele actualmente). A diferencia de la tendencia televisiva-gastronómica onda "Marley" que supone que tomar contacto con las cocinas de lugares exóticos (exóticos para los visitantes, claro) consiste en engullir cucarachas fritas o larvas de babosas al vapor, Bourdain desecha la tentación del exotismo berreta para probar y criticar la comida que verdaderamente se come en cada región. Sus lugares preferidos son los mercados, los puestos callejeros de comida al paso, los bolichitos poco seductores para los turistas, los bares cualunques donde transcurre el ir y venir cotidiano de los "nativos", las comida casera preparada en cocinas de casas de familia, bien alejada de cualquier sofisticación for export. Y además, el libro está bien escrito. Tiene una sensibilidad y una ironía que hace pensar en Bourdain como una especie de Joey Ramone de la gastronomía: un poco inmaduro, un poco zarpado, apenas agresivo, pero con buen gusto. Y además, cuando se le suelta la cadena, le pega a la misma gente que nos gusta ridiculizar.

Contra la "cultura sana":
"En California no se puede fumar en ninguna parte. Lo dice Rob Reiner. Lo dicen los capullos célebres, que viven en condominios amurallados y utilizan expresiones como "clase obrera"... sin haberse sentado nunca en la vida en un bar para darse un chute y tomar una cerveza a primera hora de la tarde con alguno de esos animales. Para ellos, un bar es el lugar donde nosotros -currantes proles oprimidos, estúpidos y lumpen- somos víctimas de las compañías de tabaco que encarnan el mal y, con sus inteligentes anuncios, nos hacen caer en la trampa de matarnos a nosotros mismos y a nuestros vecinos. Para mí, el bar es la última línea defensiva.
(...) Es sólo cuestión de tiempo que un nazi bienintencionado irrumpa en tu cuarto y te arranque de la mano ese cigarrillo que fumas después de haber mantenido relaciones sexuales."
(La traducción gallega, Dios, es de lesa humanidad).

Contra los vegetarianos:
"Cada vez que preguntaba a alguien cómo y en qué momento preciso había decidido privarse de productos animales, la contestación siempre hacía suponer una tragedia personal o decepción, que nada tenía que ver con la comida. "Acababa de divorciarme", contestaba uno. "Me había quedado sin trabajo", contestaba otro. "Tuve un ataque al corazón", decía otro. "Rompí con mi...", "Cuando decidí marcharme de Los Ángeles, empecé a pensar en muchas cosas...". En cualquier caso (con mi irónica manera de pensar), se me ocurrió que algo los había amargado en el mundo que una vez los acogiera... Y que ahora buscaban con desesperación nuevas normas de vida, otra ortodoxia, algo en que creer."
(...) "Escondeos en vuestras preciosas casas y comed verduras, pensaba yo. Si os hace sentir mejor poned una calcomanía de Greenpeace o de la NAACP (Asociación para el Avance de la Gente de Color) en el parabrisas de vuestros Beemer (así podéis llevar a vuestros hijos a las escuelas exclusivas para blancos). Salvad la selva tropical -por todos los medios posibles-, de modo que podaís visitarla algún día en scooter, provistos de calzado cómodo, hecho con el trabajo forzado de niños de doce años. Salvad una ballena, mientras millones de seres humanos siguen siendo vendidos como esclavos, mueren de inanición, viven jodidos y mueren ejecutados, torturados, olvidados."

Contra el turismo global:
"Mi plan era celebrar el Año Nuevo en Apocalypse Now, un bar de marginados de nombre prometedor, a pocas calles del Continental. ¿Qué mejor lugar para estar cuando den las doce - pensé - que un siniestro bar de marginados en Saigón? Esperaba ex mercenarios adictos al opio, prostitutas agresivas con minifaldas plateadas, vietcongs "occidentales", americanos que en su tiempo habían desertado, granujas del mercado negro, mochileros australianos, ajados barones del caucho franceses con caras marcadas por la corrupción y los efectos de la malaria. Esperaba la plebe internacional, traficantes de armas, desertores y asesinos a sueldo. Tan alto apuntaban mis esperanzas. Pero desde el momento en que pongo un pie dentro, todas se vienen abajo al instante. ¡Apocalypse Now es un sitio cool! ¡Hay comida! Hay una multitud de turistas bien vestidos de origen americano, canadiense y taiwanés sentada en el comedor de la parte trasera entre macetas con palmeras y luces navideñas, cerca de un bufé con entradas calientes, ensaladas y lo que parece una torta Selva Negra. Venden remeras con el logo de la película. Proyectan fútbol en una pantalla colocada en un lugar elevado cerca de un pequeño escenario. Rubias bronceadas por el sol con acento del Medio Oeste y peinadas a lo Tammy Faye beben cócteles de colorines en una limpísima barra de fórmica."

jueves, enero 08, 2009

Hay cadáveres

Sumisión de cuerpo

Furtivos, cuerpos entre arcadas, y bombazos tras insufladas llamas, efervescentes fangos, gritos pútridos, descolgando mezquitas, cúpulas, edificios, disputando cartones y sueños a ulcerosos perros; cuerpos desmesurados corporalmente exprimidos en el aire viejo, abiertos en carcajadas por estómago en el agua piedra, en la arena angustia, hocicos en humo y barro, amasijo de heces, carne, labio; solícitos cuerpos, generosos. Hediondas imposturas con apetencias de ave; visceralmente mestizos, entremezclando impúdicamente pelos, orejas, falanges, riñones, pijas, várices, tímidas intimidades. Rehuidos, corpóreamente diluidos en la sal arrinconada, en la sangre sin vertedero, las barandas agrias, las desmesuras cáusticas. Residuos minerales herrumbrados entre silicios y silencios, por miradas pudorosas rodeados; cuerpos clamorosos vómitos, desgranados chirles, desamparados muslos, deslucidos, fofos como ubres aplastadas, babosos, arrojados gargajos que acunan intestinos indecentes. Cuerpos estopados, jirones de ceniza, clítoris amputados, rastreras venas, congestión de fluidos intestinales, sangre, orines, mierda encastrada bajo las uñas. Cuerpos húmedos, corpóreamente ausentes, hurtados huesos que al nacer perecen, filibusteros entre efluvios; malolientes, esquivos, desarticuladamente inarmónicos, cuerpos expansionados en retumbe, acallados sin tumbas. Brincando entre águilas los cuerpos -melodías hollywoodenses, trajinadas explosiones, invocación jesuítica y shopping de fragmentación; McDonals olisqueando carne triturada a precios irrisorios, colibacilo rítmico, salsa ketchup, combos despatarrados, impávida hamburguesa. Cuerpos, -(la) que mira desdeñosamente el semen tibio chorreando entre sus fluviales piernas, -(la) que ha extraviado su vagina y su esperanza en tajos, -(la) que abandonó la cama por dos tomates podridos como sus viejas encías, -(el) que callado imaginó una garúa y un humeante asombro le partió el cuello, -(la) que gime sombras y sus ojos insumisos son becerros, -(el) que esquiva la charca de sangre y agua y sangre y sonríe en la portada del Post, -(el) que llora hechizando lágrimas, diluyendo la angustia y el dolor, -(el) dolor, que encierra su furia entre oraciones. Desnudos cuerpos virginalmente cubiertos, barbados desgarbados, fétidos sonrientes, grasientos pálidos, escarlatas desnutridos, profusos encorvados, acariciados tímidos, codiciados tuertos, cuerpos con hambre extra estrangulante gulante, retorcidos espigados, cuerpos hastiados de suspiros, esbeltos dislocados, cuerpos, verrugas sudorosas, raquíticos cálidos, cuerpos bostezanteshúmedos, cueros y arrebujadas tetas, turbios desgarrados. Cuerpos hemipléjicos, parapléjicos, perplejos: ejemplificadores. Tensados en recovecos de carne, escarbando bajo la fiebre álgidas sotavidas, incitando olvidos, horizontes cítricos, acogotadas mancuernas, esfínteres desolados de zonceras lacias.
Cuerpos así, cuerpos casi, cuerpos de ese modo, cuerpos quasimodo, cuerpos de moda, demudados, enmudecidos; descorporizados cuerpos sin corpiños, desdeñados, membranosamente incorporados, desmembrados sin tregua, retrocediendo aturrullados a lo púdico carnal, restallados en galopes, sin pañales. Aniñados, cuerpos que no saben (no) y no desean. ¿Han de esperar los cuerpos últimos, primitivos esqueletos difuntos, cadáveres, fenecidos finados, extintos fiambres, restos morales de cuerpos muertos? Moros cuerpos cetrinos, oscuros, olivos cuerpos fieles y árabes y musulmanes, y ateos cuerpos grises, creyentes. Mudos, apretujados de apetito, de hambre garrapata en curso inglés acelerado: -down! freedom and tanks (thanks), cool, and god bless our american troops, bodies. Cuerpos de allá, de más allá, de Alá, de acullá, de lejos, lejanos alejados, del otro lado. Cansinos cuerpos de oración, embadurnados en la voluptuosidad del amo, del uranio empobrecido, saturados por alarde omnipotente, hastiados de aspirinas en ojiva, flatulencia misilística; empachados, fatigados de hartura, de banderas vorazmente estrelladas, enhiestas, como vergas presumidas. Umbríos cuerpos destino de carbón, tobillos con aspiración petróleo yendo en procesión de pústulas, en marea de zanjón; desarrapados o adolescentes sin carozo, postulando el trasero iracundo como atisbo de la palabra; enjambres cuerpos dátiles, pulposa soledad multiplicada, despoblados cuerpos, despóticos de muerte, cribados, cuerpos cardos, ciego abdomen; carcelario cuerpo, cuerpolengua, panzacuerpo que no cesa, gañotecuerpo, cuerpotripa, lacerante hilera somáticamente deshilachada, cabeza abatida por los hombros, dedos abiertos aladamente altos, piernas amplias incitando al hurgueteo, al recorrido del guante esquivo, a los bifrontes testículos, sobacos embobados, pezones usureros, inmersas vulvas, tobillos ululantes: -clean, clean, medio litro de agua mineral, un paquete de flakes, and go, go, go! Mugrosos cuerpos, de mugrosidad chorreante hasta adentro, putrefacción rasposa en el gaznate

Saad Al Din
(lamentablemente no pude encontrar más data sobre este poeta, de quien había leído y bajado este poema hace muchos años. Tal vez la ortografía no sea correcta. No importa. Es, ahora, sólo un nombre. Suena como un Aullido ginsberiano lanzado desde algún lugar maldecido por el presente)

viernes, enero 02, 2009

Es un mundo difícil

Estas épocas son díficiles. Estoy rogando que llegue el 6 de enero para no ver más arbolitos de navidad. Ponés la tele y todo es como en una especie de circuito cerrado para débiles mentales: los saluditos navideños, el primer bebé, los accidentados, la temperatura en "La Feliz". Encima ahora trasmiten en cadena nacional a unos idiotas montados en camionetas colorinches (¿qué pasó con los cortes de calles, Mauri?) que se dedican a algo llamado "rally". Hay pocas cosas en el universo que me interesen menos que las carreras de autos, los autos, los motores, las cilindradas y demás. ¿Querés carreras de autos? Andate al puente de la Facultad de Derecho y mirá pasar coches por la Figueroa Alcorta. ¿Cuál es la diferencia? Como dijo una vez el gran Alejandro Fabbri, las carreras de autos son marcas de cigarrillos que dan vueltas.

Así que ahí estamos, manejando la ansiedad, deseando unas vacaciones en Vietnam donde una china te masajee la espalda caminandote encima mientras das sorbitos a un trago con una ridícula sombrillita en el vaso. Pero no va a pasar claro. No todavía al menos.
¿Qué es lo que viene, amiguitos? ¿Se viene el apocalipisis, se viene la crisis del 30, mientras estamos acá sentados mirando el saldo de nuestra cuenta sueldo, el blow up del aguinaldo, la tranquilandia del verano? Por las dudas yo estoy releyendo la Historia de la Revolución rusa del gran León, y todo lo que dice parece tan desoladoramente viejo, tan desoladoramente perteneciente a un tiempo en que la brecha entre la voluntad y la realidad era más chica, tan desoladoramente moderno. ¿Por qué mierda, Dios, me hiciste tan escéptico? ¿Por qué no puedo creer en esas viejas historias?
Lo bueno de que ya estemos en el 2009 es que podemos, tenemos ya, el derecho a olvidar todas esas cosas que nos prometimos - compungidos - en la ola bajonenante de fin de año. Digamos la verdad: no se trata de ponerse metas, sino de hacer lo que se pueda lo mejor posible. Seamos sinceros, más que grandes hazañas aspiremos a módicas correcciones del recorrido.

Y otra cosa. 2009. Me aterra un poco ese número. Estamos ya terminando la década sin nombre. Tenemos nombre y rostro para los ochentistas, para los noventistas, ni que decir para los setentistas. ¿Qué con los 00? Uf, la puta que pasó rápido. Tenemos toda una mitología de los 90s, toda una galería de personajes, todo un canon literario que nos forma a esa década, pero los dosmil, los dosmil kirchneristas carecen de todo eso. El futuro saldará cuentas, sin dudas.