La piedra inicial en el manso estanque, y sus réplicas posteriores pueden leerlas acá, acá y también acá.
Ah, sí, sí. Fue divertido. ¿Quién se resiste a asomar la cabeza por entre el gentío que rodea a un tipo estrolado en la vía pública, mientras las ambulancias se acercan con sus zumbidos y los policías desganados mandan mensajitos de texto y dicen "dejen espacio, dejen espacio para la ambulancia"? Nadie se resiste a echar una mirada en esas circunstacias que alteran, aunque sea módicamente, el orden de un mundo hasta entonces tranquilo, o que uno suponía tranquilo. El accidente que altera el fluir del tránsito, el herido en la vereda, el escandalete que irrumpe en el mundillo cultural, los feos retratos que dibuja.
En dos líneas, para los que todavía no lo saben, la cosa fue así: un grupo de escritores argentinos viaja a España para darle manija a la edición de una antología de cuentos llamada La joven guardia. Allá se suma otro escritor argentino residente en España desde hace tiempo. Van juntos a museos, a comer, a las citas con el periodismo, hablan del mercado literario, se sacan fotos en algún viejo salón ornamentado pesadamente, posando reflexivamente. Bien. Días después los argentinos residentes en Argentina se enteran que el argentino residente en España los defenestra en una nota escrita para una prestigiosa revista. Hasta aquí todo bien, como piensa el hombre mientras cae desde un rascacielos. La parte de la "infidelidad" o de la "traición" es la que menos nos importa. Tal vez cualquiera hubiera hecho lo mismo en circunstancias similares. Pron podría, justificadamente, citar a Capote cuando las señoras de la alta sociedad neoyorquina le volvieron la espalda por la publicación de Plegarias atendidas: "¿qué esperaban? estaban hablando con un escritor".
Lo que me interesa de la nota de Pron y de sus réplicas es la idea de literatura que dibujan. El discurso de Pron es el discurso de un hombre que defiende la santidad, la pureza del oficio literario frente a la barbarie de unos mercaderes sedientos de embolsar unos billetes más.
“Alguien habría tenido que decirles que la literatura consiste en leer y en escribir libros y que ésa es una actividad virtualmente antieconómica porque descansa sobre la búsqueda de un sentido esquivo a un mundo en perpetua confusión y nadie quiere eso en su casa a la hora del almuerzo”.
La literatura, para Pron, es como la política para los viejos atenienses: algo que se hace en un radiante ágora, disociado de cualquier sucia necesidad material. Una profesión costosa y a la que se le entrega la vida, una labor dignísima cuya recompensa no se mide en monedas sino en la satisfacción interior del literato al lograr captar "el sentido esquivo" del mundo. No me preguntes sobre porcentajes, sobre subsidios, sobre becas, sobre agentes de prensa. Hablemos de aquel pasaje de Musil, o de aquel otro cuento de Cheever. Alimento para el alma, sí.
"Hay que quitarle a la literatura su aire sacramental y liberarla de sus tabúes sociales aclarando el secreto de su poder", citaba a Escarpit David Viñas al comienzo de Literatura argentina y realidad política. Porque lo que hay que decir, y esto excede la calidad literaria de los defenestrados por Pron y de Pron mismo, es que la literatura es un hecho social, que no puede escapar de esa materialidad fea y rústica que rige cualquier intercambio, cualquier obra, cualquier acción en el mundo. Lo que a Pron le espanta es ver que entre obra y autor existen una serie de mediaciones que nada tienen que ver con el lugar fáustico del sabio encerrado en su estudio, en conexión directa con la "inspiración". Vamos, que la gente debe ir al supermercado, pagar el alquiler, el jardín de los chicos, enfrentarse con el jefe, comprar una garcha en el kiosco para tener monedas para el colectivo. Un horror, un horror.
No sé si Terranova et al. son más "peseteros" que cualquier mortal que debe sobrevivir en medio de algo llamado "capitalismo", lo que sí sé es que la literatura nunca, pero nunca, consisitió sólo en "leer y escribir libros". Qué esa sólo es la ficción que se cuentan a sí mismos algunos, cuando ya están tranquilos, para olvidar la génesis social de sus obras, para negar la rosca, las operaciones, las alianzas y las luchas que los llevaron a ser "escritores". Indignarse por esas cosas no revela más que una candidez dificilmente perdonable.
Ah, sí, sí. Fue divertido. ¿Quién se resiste a asomar la cabeza por entre el gentío que rodea a un tipo estrolado en la vía pública, mientras las ambulancias se acercan con sus zumbidos y los policías desganados mandan mensajitos de texto y dicen "dejen espacio, dejen espacio para la ambulancia"? Nadie se resiste a echar una mirada en esas circunstacias que alteran, aunque sea módicamente, el orden de un mundo hasta entonces tranquilo, o que uno suponía tranquilo. El accidente que altera el fluir del tránsito, el herido en la vereda, el escandalete que irrumpe en el mundillo cultural, los feos retratos que dibuja.
En dos líneas, para los que todavía no lo saben, la cosa fue así: un grupo de escritores argentinos viaja a España para darle manija a la edición de una antología de cuentos llamada La joven guardia. Allá se suma otro escritor argentino residente en España desde hace tiempo. Van juntos a museos, a comer, a las citas con el periodismo, hablan del mercado literario, se sacan fotos en algún viejo salón ornamentado pesadamente, posando reflexivamente. Bien. Días después los argentinos residentes en Argentina se enteran que el argentino residente en España los defenestra en una nota escrita para una prestigiosa revista. Hasta aquí todo bien, como piensa el hombre mientras cae desde un rascacielos. La parte de la "infidelidad" o de la "traición" es la que menos nos importa. Tal vez cualquiera hubiera hecho lo mismo en circunstancias similares. Pron podría, justificadamente, citar a Capote cuando las señoras de la alta sociedad neoyorquina le volvieron la espalda por la publicación de Plegarias atendidas: "¿qué esperaban? estaban hablando con un escritor".
Lo que me interesa de la nota de Pron y de sus réplicas es la idea de literatura que dibujan. El discurso de Pron es el discurso de un hombre que defiende la santidad, la pureza del oficio literario frente a la barbarie de unos mercaderes sedientos de embolsar unos billetes más.
“Alguien habría tenido que decirles que la literatura consiste en leer y en escribir libros y que ésa es una actividad virtualmente antieconómica porque descansa sobre la búsqueda de un sentido esquivo a un mundo en perpetua confusión y nadie quiere eso en su casa a la hora del almuerzo”.
La literatura, para Pron, es como la política para los viejos atenienses: algo que se hace en un radiante ágora, disociado de cualquier sucia necesidad material. Una profesión costosa y a la que se le entrega la vida, una labor dignísima cuya recompensa no se mide en monedas sino en la satisfacción interior del literato al lograr captar "el sentido esquivo" del mundo. No me preguntes sobre porcentajes, sobre subsidios, sobre becas, sobre agentes de prensa. Hablemos de aquel pasaje de Musil, o de aquel otro cuento de Cheever. Alimento para el alma, sí.
"Hay que quitarle a la literatura su aire sacramental y liberarla de sus tabúes sociales aclarando el secreto de su poder", citaba a Escarpit David Viñas al comienzo de Literatura argentina y realidad política. Porque lo que hay que decir, y esto excede la calidad literaria de los defenestrados por Pron y de Pron mismo, es que la literatura es un hecho social, que no puede escapar de esa materialidad fea y rústica que rige cualquier intercambio, cualquier obra, cualquier acción en el mundo. Lo que a Pron le espanta es ver que entre obra y autor existen una serie de mediaciones que nada tienen que ver con el lugar fáustico del sabio encerrado en su estudio, en conexión directa con la "inspiración". Vamos, que la gente debe ir al supermercado, pagar el alquiler, el jardín de los chicos, enfrentarse con el jefe, comprar una garcha en el kiosco para tener monedas para el colectivo. Un horror, un horror.
No sé si Terranova et al. son más "peseteros" que cualquier mortal que debe sobrevivir en medio de algo llamado "capitalismo", lo que sí sé es que la literatura nunca, pero nunca, consisitió sólo en "leer y escribir libros". Qué esa sólo es la ficción que se cuentan a sí mismos algunos, cuando ya están tranquilos, para olvidar la génesis social de sus obras, para negar la rosca, las operaciones, las alianzas y las luchas que los llevaron a ser "escritores". Indignarse por esas cosas no revela más que una candidez dificilmente perdonable.
13 comentarios:
no sé. me dejás pensando. vos decís que no existen los escritores sin rosca?
por ahí "rosca" remite a algo demasiado específico, es una palabra tomada del mundo político. a lo que voy es que nunca hay "pura literatura", como tampoco hay "pura ciencia" o "pura deporte", etc, etc. son campos donde la gente se conoce, se pelea, se hace amigos, enemigos, ensaya estrategias diferentes para poder llevar a cabo sus proyectos. pienso en el científico que tiene que "rosquear" para publicar su paper sobre física en una revista científica, ponele. lo cual no desmerece la calidad de lo que el tipo esté haciendo. es solamente poner de manifiesto que las obras no se constituyen ascépticamente, que hay un trasfondo social en todo eso.
Lo que resulta chocante no es la rosca, sino la falta de estilo para rosquear
La de almacenero con la bic en la oreja sacando cuentas me mata
(si, estética ante todo)
Hay algo que es fundamental y todos ignoran. Cuando se habla de viajaron habria que aclarar que viajaron con un fondo del gobierno de Mauricio Macri, hombre de bien que tiene un sistema de reclutamiento de hombres para grupos de tarea en la ciudad, reabaja el presupuesto educativo, quita viandas y quita derechos. Asi nomas si anestesia, aclararlo y decirlo no es volverse un desequilibrado politico de izquierda es citar los hechos concretos para despues evaluar si algunos de los beneficiados tiene el derecho, asi de cruel, de emitir postulados politicos y juicios apresurados sobre terceros.
Vos estas confundiedo, gravemente y quizas porque no esta mal tentarse por el hecho de llegar a algun lugar o hacer un guiño cuando se pasa la barrera de los 30 y te despertas gritando por el sueño generacional perdido, el hecho de que el dinero es algo necesario por sobre el hecho de que un gobierno como el de macri tiene otras prioridades, que espanto voy a hablar de pobres por sobre la belleza, que el de pagarle a estos 5 gatos locos un viaje.
Magiamente en esta circunstancia concreta te olvidas de donde sale esa financiancion. Yo tambien necesito dinero, bastante te diria mantener una casa y una familia es un real quilombo, pero no por eso en funcion de lo que yo creo que es lo que el mundo necesita, mis letras mis decires o lo que sea, le voy a pedir un peso a este sicario y encima despues subirme al pony de la revolucion. Las pelotas.
Aparte el candor, que no esta cercano a la estupidez, es una de las matrices por las cuales la izquierda no es derecha. El cinismo, matriz de la cual estan construidas las letras que necesitan llenar la heladera que heroico que genial!, es la matriz en la cual esta construida no se si la derecha, pero en todo caso si es la base de una generacion que creyo que estaba siendo criada para la genialidad y en el camino se dio cuenta que en realidad no, en realidad estaban siendo criados para ser una mano de obra barata un poco mas evolucionada, con un poco mas de charme, con algun que otro lujo; pero tan solo eso papel concreto en la historia no iban a tener en todo caso son la bisagra de lo que esta por venir y en lugar de aceptar o dar batalla a pleno, en fin se enojan, escupen, lloran, gritan y tragicamente: escriben.
Por otra parte con todo el corazon y poniendo mucho ovario no me imagino a Walsh rosqueando su obra o a Bolaño pidiendole a Fresan de favor que le comente el libro, menos me imagino a Updike charlando con Cheever acerca de como sacarse de encima a los nuevos jovenes y no estoy segura de que Roth este conspirando contra Franzen para cortarles las piernas.
No.
Lo que sucede es que esta generacion, en este contexto politico actual, con su propia politica y los logros que se gano cree que todo es asi. Ese es el error creer que todo fue siempre asi, que no hay diferencia entre pasado y presente, que no es necesario que esa diferencia exista.
El candor, bajo los terminos que vos lo usas, es tuyo en todo caso al creer que estas contestandole con dureza a Pron y que de paso conoces el horror de la realidad del dinero.
Ni lo uno ni lo otro.
Saludos y ojala te llegue el satori y te pegas un buen viaje.
hay que decir que quintín se coloca en posición similar a la de pron, cuando se pregunta: "¿por qué hay gente tan ambiciosa materialmente, tan interesada por el dinero en una ocupación que difícilmente llegue a satisfacer necesidades económicas modestas?". Poco pluralista el diario del sensacionalismo blanco, que tiene a dos almas blancas como columnista de la sección cultura.
emma: coincido con lo que decís, en ese sentido la nota de pron es demoledora.
helena: lo de macri es cierto, y no menos grave. por otro lado, tu retrato de esa generación es: mano de obra de las industrias simbólicas, con los mismos imperativos materiales que rigen cualquier mano de obra. eso es lo que quería decir: desacralizar la visión espiritual e idealista de la literatura. y sobre los héroes que nombrás, que también son los míos: te acordás de sensini y las penurias de di benedetto?
SL: la pregunta de quintín vale lo mismo para los miles que se anotan en psicología, en sociología, en letras... es una sorpresa mistificada ante la relación entre "humanidades" y dinero.
Santiago: Me sacaste las palabras de la boca.
Helena: Con tu criterio habría que eliminar todo el presupuesto de cultura y gastar esa plata en darles de comer a los chicos pobres.
A ver. Que tengamos héroes en común no me es conmovedor en este momento. Te señalo, con maldad desde ya, que intentas hacer un planteo ignorando de donde sale el dinero, que en este caso no es menor.
Yo también quiero plata, efectivo, cash. No quiero no llegar a fin de mes, no quiero tener que comprar menos libros, quiero comprarle cosas caras a mi novio, a mi madre y a mi perra. Y desde ya que a mi. Pero hay algo que no quiero tener y es verguenza de las cosas que hago en contraposición de las cosas que fui, porque si planteo un pasado es que siempre fui débil. Y esa es la manera en la que se defienden las obras, con fortaleza que es algo bastante mas caro que el dinero o un pasaje de avión.
Es demasiado mi candor y en todo caso te molesta Mariano que la gente aún tenga candor. Acaso los héroes que nombras, dejando otros de lado, no tienen candor.Yo creo que si, seria diferente si la palabra fuera inocencia. Nadie, quiero creer, es tan inocente como para esquivar el hecho de que vivimos en un mundo que demanda día a día más dinero.
Sinceramente más allá de todos los desacuerdos que siempre tuvimos me sorprende bastante que justo en este caso ignores algo que en otros casos jamás hubieses ignorado.
Me gustaria preguntarte si la rosca también la estas haciendo vos o pesa demasiado el lector que decanta en tu blog como para intentar anular un debate que puede ser realmente político contra gente que hasta donde se es nefasta.
Porque si la literatura es un hecho social también entonces es un hecho político y si es un hecho político se levanta sobre un hecho colectivo y los mismos están vinculados con dos vertientes: amor o desamor. Me parece que vos siendo un privilegiado de la educación publica no solo puede escribir esto mejor que yo, también puede encontrar mejores razones, sean falsas o no, para defender el uso de ese viaje, el dinero y la rosca. O sea: vos sabes manejar mejor ese tipo de lenguaje político y social. Acá decidís no hacerlo. Pero me sorprendo porque soy candorosa. o algo así.
Quizás estas trastornado por la muerte de ballard
(?)
Con respecto a lo que me preguntas Lalaetc si pero no. Hay cosas más urgentes, hay cosas más graves y hay maneras más elegantes y menos sucias de conseguir dinero y de hacer que la obra circule. Y antes de que vuelvas a pedir credencial de a quien se lee y a quien no, me parece que no tengo que repetirte que me clave con absolutamente todas las cosas que intenté leer de esta gente. Algunos rayan lo imposible y el único corrector que conocen es el word y con muchisima suerte.
Quizás por eso es que todo el tiempo cualquier debate sobre la literatura argentina actual se termina centrando sobre las personas, sus elecciones, pero no las estéticas o las políticas: las de neta y brutal supervivencia.
Y a mi poco me importa si sobreviven o no. A esta altura cada cual a su suerte, por eso no veo justificativo alguno en el hecho de la necesidad de dinero.
Helena: a mi me importa muy poco la suerte de estos escritores en el affaire pron, algunos de ellos me parecen pésimos, lo cual le otorga a su tour por españa un caracter aún más quimérico. ¿de qué estamos hablando? justamente, evitemos el personalismo, evitemos convertir a la joven guardia en una sinecdoque de la literatura argentina. cuando pron se pregunta "en qué momento se jodió la literatura argentina?" cualquiera sabe que eso es una afrenta para montones de buenos escritores que la luchan día a día.
en todo caso, repito, lo que quería discutir era una cierta visión "mistificada" de literatura, una visión propia de los triunfadores como pron que desde madrid ven a estos "mercanchifles" sudacas que no respetan las reglas del buen arte. eso era lo que me interesaba resaltar, y no la calidad de trubba, tomas y otros. de eso, me parece, sabés mi opinión.
y después, lo que me preguntás sobre la rosca: soy malísimo para esas cosas, demasiado tímido, demasiado, sí, "candoroso". si lo hubiera querido hacer, creeme, que durante dos años tuve la oportunidad. y acá estoy.
beso.
Helena: si tanto te cuesta escribir mi apellido hacé copy/paste y listo. Y la necesidad de dinero está, siempre, para todos, lo veas justificado o no. ¿Es sucio aceptar que el Estado pague un viaje que sirve para difundir (parte de) la literatura argentina en el exterior? ¿Qué sería lo elegante en este caso? Lo pienso y lo pienso y la verdad que no la veo.
La afrenta de Pron y la nuestra propia en todo caso es no respetar y escribir, recomendar y enamorarse aun más de muchos de esos escritores que por otra parte quiero creer son lo suficientemente lúcidos como para saber que escribiendo no llegan ni la fama ni el dinero ni las mujeres aunque esto último quizás si, pero entrariamos en calidad dudosa.
No quiero ser salvaje, menos ser buena, pero si queres tener plata claramente decidis hacer otra cosa o te nacionalizas americano y te chutas, momento "traducción anagrama", con bret eastos ellis y putas del east village. Claramete no vas a leer poemas a una parrilla.
Esa es la realidad que habria que revisar para poder hablar de escritores que lo dieron todo como Foster Wallace o Copi.
Ahora mas allá del recuerdo de los heroes en común, del cual solo se matiene imperturbable Bolaño, es un poco difícil entablar una charla, quizás un poco malévola de mi parte, si escribis una cosa y tenes que explicar que quisiste decir ¡otra!
¿Y si probas con 1, 2, 3, 4?
Ah, perdón me olvide de un asunto menor. No es que me cueste, es que simplemente no me gusta por eso te reabutice Lauralette porque me sonaba a digamos un amigo citadino y promiscuo del joven Werthe que me parece más interesante que tu lectura de la juventud mezclada con la guardia.
De todas maneras ahora que lo pienso seria mejor algo así como Laurálet.
Pensalo los nombres son de una contundencia impresionante. No es claro que remita al mio, no claro que no.
Y si es sucio, queres difundir tu obra pagate tu viaje o vende todo, sacate una ciudadania con trabajos sucios de años en estados unidos, haces un curso con Carol Oates te codeas con Safran Foer y con suerte cuando te pegues un tiro De Lillo dira unas palabras. No Bellow, no Roth. De Lillo desde el más allá.Y Euginides te llorara. O algo así.
Son adolescentes piden becas como niños brillantes de 20 años salidos de la universidad y nadie les aviso que los noventa les pagaron hasta el sueño de ser alguien y ahora se termino. El problema con la literatura argentina es que un montón de gente grande se comporta como en un pueblo de provincia, con modales de egresados de colegio catolico rural y larga ascendencia de la misma sangre. Horror sin coronas de por medio el horror por el horror mismo que al contrarion del amor si necesita un por que, para que, como y donde.
Ah pero me olvidaba que la joven guardia tiene como 40 años, pésimo gusto y deben creer que los diarios de Kafka son una página de internet. Ok. Es tarde.
Y bueno.
Hélène,
Muy buena tu prosa. Me cagué de risa. Muy certero lo que decís. Aunque no tendrías que demonizar tanto a esas becas de Macri. Es el Estado que nos toca. Lo que está mal es "matar" por un pasaje. Ojo, no sé si se ha llegado a tanto, me mantengo en la esfera blogger.
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