Así como dijimos el otro día que leer las entrevistas de Fontevecchia en Perfil era lo más parecido a asistir a una intensa sesión sadomasoquista, ahora debemos recomendar calurosamente la columna "Los mejores chimentos políticos (y de sociedad)" del mismo diario. Espacio donde uno puede acercarse (con temor y temblor) a los restos de naufragio de la galaxia menemista.
Una especie de viaje en el tiempo, que nos transporta a los lejanos y felices días de mediados de los noventas, donde la política (y la "sociedad", como bien apunta Perfil) convivían en armonía en aquellas míticas fiestas, asados, cócteles de embajadas y orgías varias que poblaban las páginas de las revistas neoliberales. Ah, qué épocas. Casi casi, les confieso, toca una fibra íntima de mi ser leer los nombres de personajes como Carlos Corach, Matilde Menéndez, Jorge Pereyra de Olazábal, Jorge Blanco Villegas, Alieto Guadagni y tantos otros ilustres representantes de un tiempo en que reinaba la sensatez y la racionalidad, donde las empresas privadas podían desarrollarse libremente, donde la modernidad por fin se instalaba en estas tristes provincias.
Una lectura obligatoria, en serio.
Una especie de viaje en el tiempo, que nos transporta a los lejanos y felices días de mediados de los noventas, donde la política (y la "sociedad", como bien apunta Perfil) convivían en armonía en aquellas míticas fiestas, asados, cócteles de embajadas y orgías varias que poblaban las páginas de las revistas neoliberales. Ah, qué épocas. Casi casi, les confieso, toca una fibra íntima de mi ser leer los nombres de personajes como Carlos Corach, Matilde Menéndez, Jorge Pereyra de Olazábal, Jorge Blanco Villegas, Alieto Guadagni y tantos otros ilustres representantes de un tiempo en que reinaba la sensatez y la racionalidad, donde las empresas privadas podían desarrollarse libremente, donde la modernidad por fin se instalaba en estas tristes provincias.
2 comentarios:
Noto cierto matiz de ironia en tu Escritura y no me gusta lo que decis de Fontevechia.
que años, que años. dios, la gente podia comprar autos sin que el estado interviniera, hasta cambiar la heladera podiamos. y las vacaciones: a punta del este nos rajabamos.
yoli, sos una viejita linda, ojala te dejen salir del geriatrico asi nos encerremos un fin de semana, y entre sexo y...sexo, hablamos bien de fontevechia y recordamos la fiesta menemista. eso si sin ironias que se noten.
Publicar un comentario