miércoles, enero 14, 2009

Lecturas de verano (II)

Al leer la Historia de la Revolución rusa de Trotsky uno no puede más que caer fascinado ante el estilo y la fuerza de esa escritura. Como toda gran obra política, seduce con una arrolladora pasión por la racionalidad de sus argumentos. Si algo hay que reconocerle a los trotskistas es que son fanáticos de la Razón. El trotskista, más que buscar convencer apelando al sentimentalismo o al odio por los efectos destructores del capitalismo, intenta siempre persuadir mostrando la lógica interna de las leyes históricas. Los trotskistas, aún en sus delirios (o precisamente por sus delirios) son una especie en extinción del Iluminismo. Una de las últimas.
Lo podemos ver hasta en las figuras un tanto patéticas del trotskismo argentino, como Altamira o el Chipi Castillo. Altamira, por ejemplo, se sienta en el living de Mauro Viale para hablar sobre la crisis financiera y empieza a tirar números y datos económicos sacados del Wall Street Journal o de Le Figaro. "-Esto no lo digo yo, Mauro, lo dice el Washington Post, que no es un periódico proletario, precisamente..." Esa estrategia de edificar los argumentos en base a los datos que el enemigo deja escapar, ese uso de las fuentes burguesas para restituirle a la realidad su "verdadero" sentido histórico es un procedimiento muy típico del trostkismo, que lo distingue de otras corrientes marxistas más dadas a exaltar a las "masas" o al "pueblo" sin racionalizar demasiado la cosa.
Como sea, la cuestión es que te lees el libraco de Trotsky y fantaseas por un rato como hubiera sido tu vida de haber caído en la poco original etapa estudiantil trosca. Claro que después te acordás del lunático parado en la vereda de Marcelo T. de Alvear con un megáfono a los gritos como un predicador evangelista, o de los carteles vivando la Gloriosa Lucha por la Liberación de los campesinos explotados de Uzbekistán, o de los discursos sobre la inminencia de la revolución mientras, afuera, Menem y De la Rúa eran votados una y otra vez. Y cerrás el libro y se te pasa.

10 comentarios:

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Si está de vacaciones, puede armar un buen fogón, estimado

http://yonoquierovolvermetantrosco.blogspot.com/2008/03/el-himno.html

Saludos !

Anónimo dijo...

Fíjese como les gustara la razón que hasta tienen un grupo que se llama Razón y Revolución:

http://razonyrevolucion.org/

El periódico que venden es muy bueno

Ling dijo...

El lunático que desafina por megáfono las canciones libertarias, los grititos alterados de las compañeras revolucionarias, el mate sucio pasando de mano en mano en las cursadas, mientras esperan que el profesor deslice alguna bestialidad burguesa...

Es muy bueno verlo desde el costado también.

PD: Me robó los títulos para mis posts veraniegos.

El Conurbano dijo...

el libro está bueno che, pero es cierto, al menos en la Argentina, no da ni ahí ser trosco.
Y a todo lo que dijeron, le agregaría un fenómeno de los últimos años: se mueven en un ambiente muy lumpen. la otra vez me invitaron a una charla que había en Sociales y pasé por el bar. Impresentable. sin palabras.
como antes los acusaban de nenes de mamá, creo que se pasaron para el otro lado.

mariano dijo...

tengo que pasar por ese bar.
ling, ¿me está diciendo que el lúnatico del megáfono sigue estando? museo de la revolución...

Anónimo dijo...

el trosco nacional: la razon hecha fuerza bruta, la argumentacion forzada de las aplicaciones particulares a contextos diversos.
por momentos el hecho politico en si, articulado en la version argenta inspira verguenza agena. sobre todo en la discursividad de una izquierda inmovil y demasiado comoda.

Silvio Astier dijo...

Caramba, hoy una amiga descubría http://yonoquierovolvermetantrosco.blogspot.com/ y ahora me paso por aquí y leo lo que leo.

Acá si que no se coje! (con j... perdón, vengo del blog de otro)

Anónimo dijo...

una circularidad kafkiana; algo brota de la insatisfaccion, pero los ojos ya estan muertos y en la casa del señor alguien pide misericordia.
desde el 83' hasta hoy, esperando por cosas maravillosas, probando lo que habia que probar, hemos sido bastantes cobardes.
alguien seguira jalando el gatillo en la ruleta rusa...
cuando cerras los ojos todo se pasa.

Anónimo dijo...

cuál hay con hablar como predicador evangelista? obama no habla como pastor evagelista? quién puede hablar a más de tres personas sin que dios esté presente? marx no era teólogo? cristo no fue el primer marxista? y además, no era negro?

El anónimo dijo...

El libro es excelente es una de mis lecturas de verano.

Altamira como periodista seria interesantisimo.

Pero cuando pasan a la praxis se desmoronan.