El himen es la membrana delgada que rodea la abertura de la vagina. Tiene distintas formas y tamaños, varía mucho de una mujer a otra. Debe permitir el correcto sangrado menstrual. Cuando no tiene una perforación correcta, que permita la salida de la sangre, puede requerir de una pequeña cirugía. Ese sangrado es un regalo silencioso que la mitad de la humanidad le ofrece cada mes a la otra mitad como un compromiso vital y maravilloso para la supervivencia de la especie. Hasta ahí todo bien.
Además, aunque no es lo más común, el himen se puede dañar cuando las mujeres hacen determinadas actividades físicas como deportes o equitación. Y muchas chicas ni siquiera se dan cuenta. También es posible, gracias a las múltiples opciones que brindan esos nuevos sacerdotes de la modernidad que son los cirujanos estéticos, reparar lo irreparable. Reconstruir el himen sólo requiere de una inversión. Recurso al que apelan cada vez más mujeres deseosas de comprar un pasaje a quien sabe qué lugar. Es obvio que la delicada telita ya no asegura fidelidad.
Reynaldo Sietecase, periodista político argentino.
10 comentarios:
Reynaldo Sietecase piensa reconstruir su virginidad ficticia cuantas veces quiera y se burla además de quien se la crea despuès. Buena metáfora para el periodismo.
vergüenza!
lo voy a cagar a trompadas
no sabemos quien esta mas solo: si reinaldo o usted lic.
Si uno se abstrae de que es sietecase -como me sucedió al leerlo, pensando que lo habías escrito vos, cuando recién al final está el nombre del autor y el link- el efecto es maravilloso.
Y no lo digo, estrictamente, en un sentido perverso, je.
me faltó agregar que el título es el que-más que descolocar- relocaliza, luego.
Me lo creí,me lo creí ....
A caso usted pensó alguna vez que la telita garantizaba algo??
Justo ayer lo leí en el sitio de 7 y lo repito:
Alejandro Fabbri (periodista deportivo de tyc) usó una analogía similar diciendo que la credibilidad era como la virginidad. Lo único que él la dijo en el 2004 (en Perú durante la Copa América) en medio de una discusión con Horacio Pagani acerca de la credibilidad del diario Clarín (en Mar de Fondo)
falta que me digan que papa noel no existe y me cagaron completo
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