martes, abril 22, 2008

Requiem por un supermercadista chino

Tengo algo así como un fixture para hacer las compras. Un poco aprovechando la abundancia de supermercados chinos en el barrio voy rotando día por día de local. Algo irracional, algo parecido a una cábala. Igualmente lo maravilloso de los supermercados consiste en su uniformidad, en su carácter de lugares seriados. Los chinos: el mismo gatito dorado que mueve la patita, como saludando a los clientes; las guirnaldas rojas que cruzan las góndolas; la disposición espacial de los productos; los paraguayos en la verdulería o limpiando los pisos; el chino jefe adelante controlando los movimientos. Es dificil saber en que super chino estás, ni siquiera los nombres ayudan mucho: Buena Suerte, Bendiciones, Fortuna. Belleza y Felicidad. Bueno, ese no es un supermercado chino.
Con todo, es una uniformidad más amigable que la de las grandes cadenas. Acá no hay música funcional, ni pasillos extensísimos que te sacan el aliento, ni objetos suntuarios que le quitan el lugar a los objetos realmente necesarios - no, no quiero un plasma de 14000 pesos, quiero apenas un nuevo repasador, y no lo encuentro. En los chinos, además, la música parece confluir con mis estados de ánimo: ya van una media docena de veces que escucho a Pablo Dacal mientras busco un Valderrobles tinto. Eso es raro. Que pasen a Dacal. O a Calamaro, pero siempre las canciones más tristes y tontas o más tristemente tontas de Calamaro. También, varias veces escuché temas de Tom Petty. Cuando pasen uno de Nick Cave voy a empezar a creer que hay algo más, algo indescriptiblemente más extraño que se me escapa.

7 comentarios:

Horacio Gris dijo...

Me gustó mucho! muy buena descripción.

caca dijo...

Cuando no te ponen esa música pop hiperproducida que parece Aqua oriental. Llenás la canastita rápido para no escuchar más esa música imposible.

También como dato es que los carniceros son argentinos y los chinos además de la caja también se le animan al fiambre.

Gerardo Fernández dijo...

Si si si... Yo tamién recorro unos 8 super chinos que tengo cerca, básicamente por lo barato que tienen los vinos. En algunos hay una hermosa ´convergencia multinacional: Verdulería boliviana y Fiambrero peruano. Mucha salsa chonga.
Este año se ha profundizado nuevamente la brecha de precios entre los chinos y las cadenas grandes. Se había achicado, pero ahora volvió a agrandarse. El jabón ala, por ejemplo, en su presentación de 800 gramos está mas de un peso abajo que en carrefour, sin ir mas lejos.
Hay uno en Vidal, entre juramento y Echeverría, barrio de Belgrano, que cuenta además con una tetona en la caja que no se puede creer.

Anónimo dijo...

ambientes de la posmodernidad. un no lugar de consumo. mano de obra esclava. dinero, dinero, dinero...mañana en la feria del libro tambien habra misica ambiental...de alguna extraña manera estos ambientes se asemejan.

Henry dijo...

Y si hacemos una feria del libro ambulante en los supermercados chinos?

mariano dijo...

buena idea.

Anónimo dijo...

Una vez fui a la inauguracion del depto de un amigo en caballito y sobre rojas antes de cruzar la via hacia el norte hay un chino. Entramos a comprar cerveza. La música era como de videojuego. Fue la compra de cerveza mas rapida qeu hice. Me costo una sola vida.