Cómo me gusta robar títulos de libros. El de abajo está robado al gran Philip Roth (de la gran, gran novela Pastoral americana, de la cual alguna vez me gustaría escribir algo), éste a Raymond Williams. No importa. El robo, como la guerra y el amor, es uno de los motores de la Historia.
Leímos bastante sobre el tema del lock-out del “campo” en esto días. Nuevamente comprobamos que mucho de lo interesante que se escribe sobre política / sociedad hoy por hoy pasa por los blogs: Escriba, María Esperanza, Martín, Mendieta, Artemio, y siguen las firmas. En los medios “masivos” en cambio, prima la ramplonería del sentido común. Bastaba verlo a Ricardo Forster en A dos voces para comprobar cómo una sola voz se destaca entre la medianía de los lugares comunes, tanto oficialistas como opositores.
De todo eso, ahora cuando la marea parece en reflujo, algunos puntos.
1- El kirchnerismo debe convencerse de que ha perdido la batalla por la hegemonía de las clases medias. La victoria de Macri en Capital y los resultados de octubre ya lo habían mostrado: a pesar de Zaffaroni y Argibay en la Corte, a pesar de los juicios contra los militares, a pesar de los subsidios que mantienen artificialmente bajas las tarifas residenciales de los servicios públicos, a pesar de los restoranes llenos y los shoppings abiertos hasta las cuatro a.m. en navidad, la clase media irremediablemente ha virado a rumbos distintos al gobierno. Todos lo hemos escuchado en reuniones familiares o de amigos: se critica el estilo, se critica la “soberbia”, se critica el botox, se critican las formas. Crítica de la Argentina. Esta particular posición opositora de las clases medias – más estética que ética, más formal que política – es una constante sociológica de los últimos sesenta años. Ver, para más datos el muy buen libro del Yaya Sebreli – cuando era contornista y sartreano – Buenos Aires, vida cotidiana y alienación. En este sentido, la pregunta sobre los nuevos apoyos sociales que buscará el kirchnerismo está abierta. ¿Una radicalización que excite los clivajes sociales y conforme un nuevo mapeo amigo-enemigo? o ¿Un recostarse en el establishment del peronismo y el sindicalismo que mantenga las cosas más o menos como ahora? Ummmm, yo me tiro a la segunda opción, a pesar de mis deseos…
2- La utopía del campo. Desde los medios se construyó un nuevo sujeto: el farmer aquejado por las políticas confiscatorias del gobierno, el hombre que se levanta a las cuatro de la mañana a arar la tierra y es hostigado por los burócratas del gobierno central que sólo quieren recaudar a su costa. Sí, suena manual escolar norteamericano. Nada se dijo sobre las heterogeneidades de la producción rural, sobre la concentración bestial de las tierras, sobre la explotación de los peones rurales, sobre la demencial extensión de la frontera sojera. El campo, a diferencia de la ciudad, es siempre un terreno apacible, sin conflictos, lleno de gente amable que te ayuda cuando te quedás varado en la ruta, último refugio de la bondad y la gentileza. ¿Cómo era? Cultivar el suelo es servir a la patria. Sí, eso. Piquetero sos si cortás la ruta a la altura de Isidro Casanova, en Salsipuedes o en Armstrong sos otra cosa.
3- Estuvimos en el discurso de Cristina. Sí, laburamos a tres cuadras de ahí y no nos lo podíamos perder. En el corralito de Bolívar y Avenida de Mayo, nos juntamos los “sueltos”. Andaba por ahí Martín Caparrós – qué canchero que es Caparrós, dicho sea de paso -, el pintor Daniel Santoro y otros. Cristina tiene buena voz, seamos piadosos. Su registro vocal es digno de una emisión radiofónica de los años cuarenta. Parece que se quiebra, pero no. Parece que va a decir 5 por 1 no va a quedar ninguno, pero no. Parece que va decir “compañeros”, pero no. Lo que decíamos antes, es el permanente vaivén del kirchnerismo: llegamos hasta donde se preanuncia el clivaje, y nos quedamos ahí.
4- La Federación Agraria debería estar presente en un proyecto progresista/populista. Haberla convertido en adversario es un error estratégico del gobierno. Tal vez esa sea una de las mayores llamadas de atención que deja este conflicto. ¿Qué llevó a los pequeños productores agropecuarios a formar un bloque con la Sociedad Rural Argentina? Las medidas de compensaciones llegaron tarde, y aunque no soy un experto en el tema rural, haber cristalizado ese bloque opositor me parece que le resta fuerza a cualquier política de transformación agropecuaria que se quiera encarar desde el Estado.
5- Está claro que lo que buscan los sectores más concentrados del campo es un cambio de modelo económico. Miguens lo dijo claro, vamos por el librecambio. Cómo desaprovechar la formidable coyuntura externa, prohibiendo las exportaciones de carne y leche y encareciendo la venta de los granos. Van por eso. Quieren cobrarte el sachet en euros. En este sentido, y cuando la inflación de la canasta alimentaria es a mi juicio el issue number one de la agenda pública, las retenciones no sólo son justas, sino que son imprescindibles.
Leímos bastante sobre el tema del lock-out del “campo” en esto días. Nuevamente comprobamos que mucho de lo interesante que se escribe sobre política / sociedad hoy por hoy pasa por los blogs: Escriba, María Esperanza, Martín, Mendieta, Artemio, y siguen las firmas. En los medios “masivos” en cambio, prima la ramplonería del sentido común. Bastaba verlo a Ricardo Forster en A dos voces para comprobar cómo una sola voz se destaca entre la medianía de los lugares comunes, tanto oficialistas como opositores.
De todo eso, ahora cuando la marea parece en reflujo, algunos puntos.
1- El kirchnerismo debe convencerse de que ha perdido la batalla por la hegemonía de las clases medias. La victoria de Macri en Capital y los resultados de octubre ya lo habían mostrado: a pesar de Zaffaroni y Argibay en la Corte, a pesar de los juicios contra los militares, a pesar de los subsidios que mantienen artificialmente bajas las tarifas residenciales de los servicios públicos, a pesar de los restoranes llenos y los shoppings abiertos hasta las cuatro a.m. en navidad, la clase media irremediablemente ha virado a rumbos distintos al gobierno. Todos lo hemos escuchado en reuniones familiares o de amigos: se critica el estilo, se critica la “soberbia”, se critica el botox, se critican las formas. Crítica de la Argentina. Esta particular posición opositora de las clases medias – más estética que ética, más formal que política – es una constante sociológica de los últimos sesenta años. Ver, para más datos el muy buen libro del Yaya Sebreli – cuando era contornista y sartreano – Buenos Aires, vida cotidiana y alienación. En este sentido, la pregunta sobre los nuevos apoyos sociales que buscará el kirchnerismo está abierta. ¿Una radicalización que excite los clivajes sociales y conforme un nuevo mapeo amigo-enemigo? o ¿Un recostarse en el establishment del peronismo y el sindicalismo que mantenga las cosas más o menos como ahora? Ummmm, yo me tiro a la segunda opción, a pesar de mis deseos…
2- La utopía del campo. Desde los medios se construyó un nuevo sujeto: el farmer aquejado por las políticas confiscatorias del gobierno, el hombre que se levanta a las cuatro de la mañana a arar la tierra y es hostigado por los burócratas del gobierno central que sólo quieren recaudar a su costa. Sí, suena manual escolar norteamericano. Nada se dijo sobre las heterogeneidades de la producción rural, sobre la concentración bestial de las tierras, sobre la explotación de los peones rurales, sobre la demencial extensión de la frontera sojera. El campo, a diferencia de la ciudad, es siempre un terreno apacible, sin conflictos, lleno de gente amable que te ayuda cuando te quedás varado en la ruta, último refugio de la bondad y la gentileza. ¿Cómo era? Cultivar el suelo es servir a la patria. Sí, eso. Piquetero sos si cortás la ruta a la altura de Isidro Casanova, en Salsipuedes o en Armstrong sos otra cosa.
3- Estuvimos en el discurso de Cristina. Sí, laburamos a tres cuadras de ahí y no nos lo podíamos perder. En el corralito de Bolívar y Avenida de Mayo, nos juntamos los “sueltos”. Andaba por ahí Martín Caparrós – qué canchero que es Caparrós, dicho sea de paso -, el pintor Daniel Santoro y otros. Cristina tiene buena voz, seamos piadosos. Su registro vocal es digno de una emisión radiofónica de los años cuarenta. Parece que se quiebra, pero no. Parece que va a decir 5 por 1 no va a quedar ninguno, pero no. Parece que va decir “compañeros”, pero no. Lo que decíamos antes, es el permanente vaivén del kirchnerismo: llegamos hasta donde se preanuncia el clivaje, y nos quedamos ahí.
4- La Federación Agraria debería estar presente en un proyecto progresista/populista. Haberla convertido en adversario es un error estratégico del gobierno. Tal vez esa sea una de las mayores llamadas de atención que deja este conflicto. ¿Qué llevó a los pequeños productores agropecuarios a formar un bloque con la Sociedad Rural Argentina? Las medidas de compensaciones llegaron tarde, y aunque no soy un experto en el tema rural, haber cristalizado ese bloque opositor me parece que le resta fuerza a cualquier política de transformación agropecuaria que se quiera encarar desde el Estado.
5- Está claro que lo que buscan los sectores más concentrados del campo es un cambio de modelo económico. Miguens lo dijo claro, vamos por el librecambio. Cómo desaprovechar la formidable coyuntura externa, prohibiendo las exportaciones de carne y leche y encareciendo la venta de los granos. Van por eso. Quieren cobrarte el sachet en euros. En este sentido, y cuando la inflación de la canasta alimentaria es a mi juicio el issue number one de la agenda pública, las retenciones no sólo son justas, sino que son imprescindibles.
Después la seguimos.
6 comentarios:
Siempre podríamos bajar los impuestos al consumo de alimentos - IVA a la mitad para lácteos, carne aviar, porcina, ovina, aceites, etc... - lo cual sería compensado con una "razonable" retención de exportaciones, tal que no descalabre la agroindustria como la actual.
Un país que puede exportar alimentos para 400 millones no debería frenarse porque necesita alimentos muy baratos para 40 millones. Subsidiemos esto úlitmo pero soltemos la capacidad productiva para colmar lo otro, no como ahora, que se comprime el sector hasta que sólo produzca "barato" para el consumo local.
Ese es el real pensamiento del "campo". Y pese a las ilusiones kirchneristas, no varía mucho de la FAA a la SRA y a la gran mayoría, que son no afiliados a ninguna entidad.
Gran post analitico de verdad. Como todos los suyos. Firmo al pie.
Abrazo
Muy bueno salvo por esos bloggers chantas que nombrás.
Saludos
Así es.
El tema de la retenciones no es si está mal o bien, es cómo no se hizo antes, me parece.
La política de comunicación del gobierno fue horrorosa: teniendo infinitos argumentos no dijo nada, o dijo a destiempo y mal.
La estratégica, el error estratégico de dejar a la Federación Agraria, como los que pusieron el cuerpo para el librecambio de la Sociedad Rural, es preocupante.
Pero ahí me parece que está el error. La política del gobierno de brocha gorda (las retenciones móviles es buena), pero la de pincel fino deja que desear: me da la sensación que tomaron la medida sin tener en cuenta la heterogeneidad del univer del "campo". Y esa heterogeneidad salta ahora con la devolución de las retenciones a los productores de hasta 500 toneladas.
Lo de las clases medias, aunque sea recurrente en términos históricos, es preocupante: sin esas fracciones la historia nuestra demuestra que es dificil gobernar en un punto. Con ellas no alcanza, pero si las tenés definitivamente en la opsición, ahí si estás jodido.
Salu2
Las retenciones como elemento permanente me parecen horribles, aunque como elemnto temporario y excepcional se pueden justificar, si se usan direcatmente para subsidiar a los consumidores demenos recursos.
Pero lo peor esque causan adicción tiopo el paco.
Si los precios internacionales se derrumban, entramos en zona roja automáticamente, eso va a obligar a aflojar los subsidios y subir tarifas.
Y lo conflictos con los productores se van a hacer exponenciales(porque en vez de repartir abundancia, se va a pelear por la escasez), con la clase media descontenta, esto va a ser un quilombo.
Argentina es primera exportadora de aceite de soja; si sube la retención al grano de soja, baja el precio interno; ergo la aceitera compra soja mas barata; las retenciones del aceite de soja es del 20%; la Aceitera General Deheza es propiedad del senador nacional oficialista Roberto Urquía; además, remember... lo que viene lo que viene es el biodiesel...
que se yo
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