Ya conté una vez que una de mis lecturas preferidas, uno de mis rituales más sagrados, es sumergirme en el maravilloso mundo de los comentarios que dejan los lectores de La Nación en las noticias más hot del día. Digresión 1: ¿qué diría el "Vencedor de la Guerra del Paraguay" si viera su tribuna de doctrina convertida en vulgar blog, - oh, ilustre traductor de la Divina Comedia? Digresión 2: La sección Cartas de Lectores ya fue. Si quieren tomarle el pulso al derechaje nacional, vayan directo a los comments. No habrá viejas momificadas de doble apellido ni ex jerarcas de gobiernos dicatoriales pero por allí pasa el verdadero geist de la mayoría silenciosa (Reagan dixit).
El tema del súbito aumento del ABL ha puesto en situación dificil a estos lectores. De repente, los prohombres liberales que venían a disminuír el Estado y abolir los demoníacos impuestos apoyan el revalúo de las propiedades (privadas) y, además, usando el poco republicano e institucional camino del decreto ejecutivo. Esto no fue lo que votamos, Mauricio. Esto no era lo que esperábamos, Gaby. ¿Acaso no había otras prioridades? Digo, echar a patadas a los paraguayos que ocupan las camas de los hospitales que pagamos entre todos (entre nos); echar a los paraguayitos que ocupan los bancos de las escuelas que todos ayudamos a mantener con nuestro esfuerzo. Cosas así. Por lo menos, ya echamos a los usurpadores del Bauen, restituyendo la propiedad a sus legítimos dueños. Por algo se empieza...
Cada uno obtiene lo que se merece.
El tema del súbito aumento del ABL ha puesto en situación dificil a estos lectores. De repente, los prohombres liberales que venían a disminuír el Estado y abolir los demoníacos impuestos apoyan el revalúo de las propiedades (privadas) y, además, usando el poco republicano e institucional camino del decreto ejecutivo. Esto no fue lo que votamos, Mauricio. Esto no era lo que esperábamos, Gaby. ¿Acaso no había otras prioridades? Digo, echar a patadas a los paraguayos que ocupan las camas de los hospitales que pagamos entre todos (entre nos); echar a los paraguayitos que ocupan los bancos de las escuelas que todos ayudamos a mantener con nuestro esfuerzo. Cosas así. Por lo menos, ya echamos a los usurpadores del Bauen, restituyendo la propiedad a sus legítimos dueños. Por algo se empieza...
Cada uno obtiene lo que se merece.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario