domingo, julio 08, 2007

Escenas íntimas de la lucha de clases

"Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación, con completa independencia del dinero; y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como éste. Por otra parte los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce efectos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días; otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres, otros con ninguna. Es lo que se llama la 'ley del mercado'. En un sistema económico que prohíbe el despido libre, cada cual consigue, más o menos, encontrar su hueco. En un sistema sexual que prohíbe el adulterio, cada cual se las arregla, más o menos, para encontrar su compañero de cama. En un sistema económico perfectamente liberal, algunos acumulan considerables fortunas; otros se hunden en el paro y en la miseria. En un sistema sexual perfectamente liberal, algunos tienen una vida erótica variada y excitante; otros se ven reducidos a la masturbación y la soledad. El liberalismo económico es la ampliación del campo de batalla, su extensión a todas las edades de la vida y a todas las clases de la sociedad. A nivel económico Raphael Tisserand está en el campo de los vencedores; a nivel sexual, en el de los vencidos. Algunos ganan en ambos tableros; otros pierden en los dos. Las empresas se pelean por algunos jóvenes diplomados; las mujeres se pelean por algunos jóvenes; los hombres se pelean por algunas jóvenes; hay mucha confusión, mucha agitación."

M. Houellebecq, Ampliación del campo de batalla.

8 comentarios:

Ulschmidt dijo...

ja!! buena cita, por cierto. Aunque yo disiento: el sexo no es tan libre, el sexo siempre estuvo incorporado al sistema. Una mujer en un sistema machista que necesite asegurarse lugar social y sustento económico se cuidará bien de buscar un buen partido y serle fiel. El sexo liberal que el autor nos describe es para gente liberal en una sociedad liberal con liberal economía, igualdad de oportunidades laborales. Un sexo como para jóvenes universitarios urbanos con carrera propia en alguna cualquiera ciudad occidental del mundo. Es un nicho, pero no es todo el mundo - y en ese nicho algunas cosas tampoco son ciertas. Como que la gente tenga sexo con otra gente que no es cercana a su clase social por más que le resulte atractivo sexualmente. No suele ocurrir voluntariamente.

Ericus Leoruber dijo...

En su momento consideré los distintos sistemas macro para tratar con ambos mercados. Me alegrá saber que Michel también lo hizo, pero difiero en algo. Hoy por hoy en los estados capitalistas avanzados existen mecanismos estatales para asegurar un "trabajo/salario" decente a cualquier persona/"oprimido" que lo pida/"necesite", pero la realidad es que no hay mecanismos que aseguren un "polvo/mina" decente a cualquier persona/"parejo" que lo pida/"necesite". Y digo decente porque creo que acá también se cumple lo que dijo Lucas "la falta de garche involuntaria no existe".

mariano dijo...

de acuerdo parcialmente con los comentadores: sin duda el sexo puede ser visto desde la perspectiva de las estrategias amorosas para llevar a cabo la reproducción del sistema social. En las sociedades, digamos, premodernas o pre-postmodernas, la búsqueda de un compañero o compañero sentimental estaba regida por los imperativos de conformación de una familia que asegurase a sus miembros la "homogamia" social. Pensar, por ejemplo, en las complicadísimas estrategias casamenteras narradas en las novelas del siglo XIX -Jane Austen, p. ej.- dónde los diferentes valores en juego (riqueza, belleza, encanto, edad, etc) formaban una matemática compleja de emparejamiento.
En la postmodernidad ese panorama se complica por el creciente liberalismo que lleva a posponer la elección de la pareja definitiva y abre las puertas a una serie de "experiencias" no ligadas necesariamente con la conformación de la familia, sino con el deseo individual. Por eso, la ligazón entre economía y sexo se complejiza y ambas esferas se autonomizan. Aunque claro, es una autonomía relativa, la homogamia (búsqueda de parejas entre iguales sociales) continúa siendo implacable, y de esta manera, se continúa asegurando la reproducción de los distintos estratos sociales.

Anónimo dijo...

no era solo literatura?

mariano dijo...

y qué mierda es la literatura sino sexo, lucha de clases y determinantes sociológicos?
bué, perdón, la moda estructuralista ya fue, lo sé.

Anónimo dijo...

esto no sera una operacion de prensa, una mal intencion de su parte no?

Anónimo dijo...

No lei nada de lo escrito. Cometarios ¿para qué?....soledad, respuesta a toda duda, frenesí.
Que vaya una buena salvaje, que cure la desidia.....¿u otro buensalvaje? Lo menos doloroso. Compañía. Amor. Dinero para casa.
Olvida el cigarrillo, ese capitalismo que te fuma....
saludos

Anónimo dijo...

che anonimo si vas a escribir para lucirte anda al programa de osvaldito quiroga, sino dejate de joder