Hay que tener estómago para leer La Nación por las mañanas, antes de comer un bocado, y encontrarse con estas simpáticas historias:
El texto dice así: "Adolfo Caballero y Ana Fontán Balestra de Caballero solicitan por este medio a familiares y amigos no ser invitados a futuras recepciones de casamientos, considerándolos cumplidos con la simple participación de los mismos. Desde ya, agradecen una buena interpretación de este pedido, basado exclusivamente en la saturación de compromisos sociales".
Según el matrimonio, que vive en Palermo, la catarata de invitaciones comenzó hace más de dos años, y aseguran que, para colmo, se pusieron de moda las fiestas en quintas o salones que quedan lejos, en las afueras de Buenos Aires.
"Eso es lindo y divertido para los más jóvenes que se quedan bailando hasta las 5; pero nosotros, a nuestra edad, viajar tanto para ir a cenar y volver... Al día siguiente estoy cansado, y casi no me puedo mover cuando voy al club a jugar al tenis", relata Adolfo.
Y cuenta que, además, entre la peluquería de su mujer por la mañana, vestirse y arreglarse desde una o dos horas antes de la misa, que suele empezar a las 20, y después viajar a la fiesta que es lejos, y volver...
7 comentarios:
El problema de no tener problemas. De alguna manera los envidio.
Y ahora a quien invitamos al casorio de Vawe con Nery Cardoso?
No, claro, un drama. ¿Para cuándo un informe en el programa de Graña? "El drama de los invitados a múltiples fiestas"...
Vawe diganos que usted no va a hacer eso. Prometale a su familia del Comando que no va a cometer semejante desatino. Somo una familia de alcurnia, no puede ensuciarnos de esa forma. Para negros, ya está usted, mejor, nupcias con cavenaghi.
Cavenaghi? No me joda, Henry. Yo ya le dije que los putos gordos no me gustan.
ahora sí que va a haber un tema de conversación en las fiestas de sociedad.
Muy buen hallazgo!!1
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