El peronismo tiene algo con el cuerpo. No me interesan las interpretaciones freudianas que enlazan el liderazgo político con "el lugar del padre", pero evidentemente la historia del peronismo se solapa con la historia de los cuerpos de Perón y Eva Perón: desde el carisma fundacional de la pareja gobernante al derrotero macabro del cuerpo de Eva, desde ese cáncer que carcomió su cuerpo a la amputación de las manos de Perón en los 80s, llegando a las noticias de estos últimos días (la extracción de muestras de tejido para el ADN a pedido de la supuesta hija del General y, hoy, el traslado de sus restos a San Vicente), el peronismo gira interminablemente sobre la dimensión "corporal" de sus fundadores.
En el contexto de lealtades partidarias cada día más erosionadas, de identidades vaciadas por décadas de políticas (llevadas a cabo por, no tan paradojalmente, gobiernos justicialistas) que se ensañaron en desmontar las bases económicas y sociales que daban sentido a esas identidades, lo único que les queda a las superestructuras partidarias es un regreso a lo esencial: al cuerpo. De ahí la "Operación San Vicente" organizada por lo más retardatario del otrora Movimiento Nacional. Símbolos vaciados de sentido son sacados de sus criptas con la vana ilusión de revitalizar algo del poder que supieron detentar. Es una ley básica de la antropología: los objetos sagrados tienen un poder, un mana, que se trasmite a los sacerdotes que los manipulan. El problema viene cuando de esos objetos sagrados sólo queda la cáscara. Entonces el poder se rutiniza o se disuelve.
A diferencia de Ezeiza, dónde las distintas fracciones del peronismo pugnaban por apropiarse del Líder e imponer sus diversos sentidos del Movimiento, los hechos de hoy muestran más bien una lucha por espacios dentro de la superestructura sindical reconvertida en los años noventa.
A más de 60 años del 17 de octubre, a más de 30 años de la muerte de Perón, el traslado de sus restos a un mausoleo pueden bien servir como ceremonia de fin de ciclo. Es sabido: cuando los objetos sociales son depositados en una vitrina pasan a ser una pieza de museo.
4 comentarios:
no joda, yo no imagino a los mana cantando la marcha peronista en la quinta de san vicente.
Yo creo que la nueva versión de la marcha peronista debería cantarla Ricardo Arjona.
No estaría mal una versión del Coro Kennedy en próximo acto de Blumberg.
Lo del paternalismo no es freudiano. Se refiere mas bien a gente que no quiere (a veces por imposibilidad, aceptemoslo) hacerse cargo de su propio destino y prefiere lideres que prometan liberarlos de la necesidad del raciocinio. "No te preocupes, yo estoy de tu lado y te voy a cuidar y a defender de todos los otros, que son unos hijos de puta, y vos no vas a tener que hacer mas que seguir votandome". Es una relacion casi de fe religiosa. Y aun cuando el lider carismatico que diera inicio a un culto de este tipo tuviera buenas intenciones, la posibilidad de manejar un enorme capital politico que no cuestiona a sus dirigentes es demasiado tentadora. Siempre termina con un montos de mafiosos arriba y una multitud de zombis para empujar el juggernaut.
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