miércoles, octubre 04, 2006

MonteKristo

So this is where he came to hide
When he ran from you
In a private detectives overcoat
And dirty dead mans shoes

Elvis Costello,
Man out of time.

Un poco de la prensa de ayer, de hoy, de mañana:

"Estamos pasando por uno de los peores momentos de nuestras vidas". Así comienza la carta abierta que la familia de Jorge Julio López difundió esta noche para dar su versión sobre la desaparición...

Mañana por la tarde la Plaza San Martín será escenario de marchas contrapuestas. Por un lado habrá un homenaje a los muertos por acciones de la guerrilla, y, por otro, una agrupación de izquierda se concentrará a sólo una cuadra para repudiar ese acto...

Terminen lo que nosotros no supimos ni pudimos terminar.” Dice el texto firmado por Reynaldo Benito Bignone y publicado en la página de Internet de “Argentinos para la Memoria Completa”, que convoca al acto de reivindicación del terrorismo de Estado...

Lo mismo sucedió más tarde con la serie de amenazas de tono parecido que fueron recibiendo otros funcionarios de la gobernación y hasta la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto...

El Ministerio de Seguridad bonaerense no pudo identificar aún el cuerpo calcinado y con un balazo en el abdomen que se encontró el pasado 20 de septiembre en la ciudad de Punta Lara, en el marco de la investigación por la desaparición de López...

No sé, Montecristo no la veo más. Así como Resistiré fue la novela de los almost-thirty de la peor época de la crisis, con sus empresarios corruptos y sus chicos de barrio peleando contra fuerzas oscuras e inmanejables, la lectura de Montecristo como discurso para las masas del revival setentista (oh, el zeitgeist otra vez!) me parece demasiado cómoda y apropiada para análisis de intelectuales a la violeta. No es que desconfíe de la capacidad de la televisión para deglutir y apropiarse de los relatos que circulan por el imaginario, algo de eso hay, claro. Pero la idea de cuatro tipos reunidos en un departamento de Las Heras una tarde de verano, tirando ideas para proponerle a Villarruel, y luego de largas horas de sequía mental (las cervezas en la mesita ratona, los ceniceros llenos, los celulares silentes, ese momento nefasto en que nos enfrentamos a la Gran Verdad de lo inútil de los esfuerzos) mirando de casualidad a Carlotto en la tele y bang! se les hizo la luz y ¿por qué no una novela sobre "el pasado"? por qué no una novela que engarce a las 10 de la noche esas imágenes de los últimos años: Bendini subido al banquito, la ESMA ciudad abierta, la doxa inofensiva del relato trágico, la tragedia convertida en historia de amor... Y la máquina empieza a funcionar y en unos meses el canal de la familia, el canal de Tinelli, de Neustadt, de Susana (¿cómo era ese gran subtítulo? "De Perón a Susana, de Montoneros a la CIA") pone en el aire el relato novelesco de las consecuencias de la dictadura. Ganancias dobles, en prestigio moral, en anunciantes.
Pero falta el pathos. Aun para los que creemos en la sinceridad de la política de derechos humanos, aun para los que pensamos que es un imperativo ético y una política adecuada, aun para los que pensamos que los hombres infames habían tenido ya demasiados años de tranquilidad y libertad, aun así el pathos del pasado es algo que no se puede revivir a riesgo de convertirlo en doxa para señoras gordas sensibleras.
Y no es que la historia se repita como farsa después de ser tragedia, cómo dicen ahora algunos noventistas saqueando las palabras de ese alemán ha quien habían enterrado demasiado pronto, es justamente lo contrario, la historia nunca se repite, siempre es diferente: son los intérpretes de la historia quienes a falta de herramientas mejores presumen de su repetición para ahorrarse el trabajo de inventar nuevas formas de comprenderla. Marx y los noventistas estaban equivocados. Pero Marx lo decía en joda, cosa que pocos comprendieron. Todo lo que comienza como tragedia termina en telenovela. No quiero creer eso, realmente.

4 comentarios:

Nicolás Mavrakis dijo...

En un post reciente sobre la misma cuestión Valdés destacaba un elemento sutil que quita cuidadosamente toda reivindicación setentista - fijate cómo opera el massmedia sobre la versión para la industria cultural de la historia política reciente -: no hay desaparecidos en esa serie de tv que hayan formado parte de agentes externos a las estructuras estatales burguesas. No se trata de familiares de guerrilleros, subversivos o revolucionarios desaparecidos. Sí se trata de familiares de jueces, sindicalistas, obreros desaparecidos. Es decir, no hay reivindicación de nada perjudicial para el Sistema. Más bien todo lo contrario: por eso es una serie kirchnerista: porque pone el guiño a la izquierda pero gira - siempre -, si se quiere ver de esta manera, a la derecha.

Suarez dijo...

Ese subtítulo podría haberlo escrito Viñas, más que Larraquy y Caballero. Y para Telefé: de la conquista del pueblo (ignorante) al coqueteo con el ABC1 (más ignorante).

mariano dijo...

ese de viñas "de sarmiento a dios" es insuperable.

Unknown dijo...

Es un buen paso haber dejado MonteKristo, ya habrá tiempo para ocuparse del pathos, la tragedia y otro tipo de aflicciones ontológicas. ¿Lleva bien la abstinencia?