Y entonces algunas certezas, aparecidas de relumbrón en la noche, como deben aparecer todas las certezas. Buenos Aires de noche con frío y casi vacía, el día siguiente al diluvio que no fue. Mirar el hielo caer y desear con ansia estar afuera: una escena de la Biblia, de Magnolia, como en una canción de los Manic Street Preachers: came washing over me/can't speak, can't think, won't talk, won't talk.
Y era así, nomás: Ibant obscuri sola sub nocte per umbras.
Y algunas grandes verdades también: Buenos Aires es muy susceptible, pero su belleza no se compara con nada, y en su delirio y en su locura me dejo caer mansamente, rendido, para siempre.
5 comentarios:
Que lindo escribis, Mariano.
Coincido. La pena es que no se dedique a postear mas cosas de su autoría.
gracias por recordarme la belleza de esta ciudad.
soy muy vago, creo que ya lo saben todos. gracias, de todas maneras.
Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
»
Publicar un comentario