El que aquí escribe no es fiel a Deleuze ni tiene la verdad de su pensamiento. Con Nietzshe, Foucault yDeleuze, ni siquiera es posible esa tentativa. Este texto es una celebración de un encuentro, un acto de gratitud hacia un filosofo que ha permitido que los gitanos entremos a la filosofia. Nos dio la llave de la Filosofía a los gitanos, los rumanos, los pequeños judíos, los negros tatuados, los ezquizodramaturgos, los alcohólicos nominados, los tartamudos, el lumpenalumnado. Ha hecho de la fuga de ideas un método riguroso. La policía universitaria siempre lo ha despreciado. El modo de reproducción académico no es rizomatico. Hay otra gente a quien Deleuze le parece un circo anacrónico, y si, lo es. Estamos viejos pero no somos payasos. Deleuze define a los payasos como aquellas personas que se niegan al envejecimiento. Georges Simenon dijo alguna vez que con la edad se perdía la diferencia entre lo que es ver y lo que es recordar. Vemos a los viejos que velan el presente de los distraídos. Después vuelve atendiendo el requerimiento proustiano atentos al requerimiento de un nieto desatendido. Es la buena edad. Pero hay otros que mastican un resquemor temporal. Resentimiento y mala conciencia se pegan en sus interminables y monótonos relatos. El deleuzianismo ha sido parte de ese rumiar decadente. Ya sea con la revolución o con las pancartas de las intensidades maquínicas, los síntomas de la esclerosis se han manifestado en estas fidelidades demasiado prolongadas.
Nosotros sí estamos viejos, relativamente, claro, la vejez es relativa, la juventud también. Hay fases, mezclas, estados intermedios, especies transitivas,como los corales, cosas extrañas de la vida como los crustáceos, somos los mariscos de Deleuze.
El dice que en la juventud se pueden tener malos encuentros, lo dice a la manera de Spinoza, en elsentido de ocasiones en las que hay bruscas caídas denuestra fuerza vital y corremos riesgos de descomposición. Agrega que en la vejez uno se guarda y se protege porque los resortes ya no permiten buenos rebotes. Están algo vencidos. El jardín de las delicias esta diagramado con letreros que dicen cuidado con el perro. El perro del goce.
Deleuze fue un buen, un gran, encuentro de nuestra juventud, nos dio una llave, y claro, no es responsable de lo que hicimos en el diván filosófico. Ya es cosa nuestra. Pero nunca olvidaremos su generosidad. Por la gratitud, entonces no dejaremos que los ¨payasos¨ de la actualidad perturben sumerecido descanso.
Tomás Abraham, "Contra la pornopolítica" en La máquina Deleuze. Sudaméricana, Buenos Aires, 2006 (vía HP, muchas gracias por el regalo).
6 comentarios:
(nada que ver con este post)
Mariano: no es que sea muy observador, pero creo que a Real Visceralista la linkeaste dos veces.
¿Y eso a vos te cambia el mundo Molina?
Ya te mande lo de Debord Mariano.
En el libro del seminario nombran mucho, como a vos te gusta,a S.F. y Kakfa.
No, no me cambia nada, H, era sólo una observación en balde. Ojalá el mundo estuviera plagado de links a tu blog.
Hacheeeeeeeee....
esto es ciencia ficción ?
Ya me habìa dado cuenta, Molina. Lo que no quita que ud. efectivamente es muy observador.
H: gracias.
UCR: en efecto. hay otra clase de realidad que la ciencia ficciòn?
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