martes, febrero 07, 2006

Pensando en Neal


Hoy bajo el sol del centro, remontando las calles de cemento, me puse a pensar en Neal. Pensaba en imágenes: un auto cruzando las Rocallosas; una chica hundiendo los pies en el Pacífico (por primera vez); la sombra de un cowboy recortada contra la pared de un matadero; yo mismo imitando en el Sur la foto de arriba, con un amigo; el color de las montañas al amanecer; los camiones, las estaciones de servicio, los autos siempre hacia adelante; una frase vieja: la revolución de las mochilas, otra frase: ser revolucionario es ser virtuoso. Haikus escritos a la intemperie, Neal, el Finnegans Wake en diecisiete sílabas.

Mientras continuamente en la Eternidad
en la tenue luz de la radio de este poema

nos sentaremos tras sombras olvidadas
prestando atención al jazz perdido de todos los sábados.

Neal, ahora seremos héroes de verdad
en una guerra entre nuestras vergas y el
tiempo:

seamos los ángeles del deseo del mundo
y llevémonos el mundo a la cama

con nosotros antes de morir.

Allen Ginsberg, Sandwiches de realidad, Visor de Poesía, Madrid, 1978.

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