Este post es una queja. Sé que la gente que hace la revista El interpretador se esfuerza en hacerla cada mes más atractiva desde el punto de vista "multimedial" (diseño visual, audio, etc.), pero la idea de que cuando uno accede a la página deba descargarse 3 megas de un archivo de música obligatoriamente a riesgo de que la página se cuelgue es algo que me resulta bastante molesto. Más aún si uno no tiene banda ancha y un archivo de 3 megas implica sus buenos minutos de descarga. Era eso simplemente, muchas gracias.
PS: Muy buena la columna de Tatiana Goransky "Ser hétero está de moda", me hizo acordar a un cuento de Martin Amis donde el mundo se ha vuelto mayoritariamente gay y los heterosexuales son una minoría marginada.
viernes, marzo 31, 2006
jueves, marzo 30, 2006
Diane Keaton en Bs. As.
Uno de mis divertimentos cuando voy por la calle es encontrarle parecidos "célebres" a la gente común. Ayer, por ejemplo, la vi a Diane Keaton. No la Diane Keaton veterana de El Club de las divorciadas o de esa chotada reciente con Jack Nicholson hecha para el público femenino de más de 45 años. No, la Diane Keaton setentista que estaba buena. La de Looking for Mr. Goodbar o la de Annie Hall. O inclusive la comunista enamorada de Reds.
Ahí estaba Diane, tocando el portero eléctrico de un edificio en Acoyte y Aranguren. Pensar que era tan puta en Mr Goodbar, pensar que era tan histérica en Annie Hall y tan frágil en El Padrino. Se la veía mucho mejor que en las películas, si quieren que les diga la verdad.
Ahí estaba Diane, tocando el portero eléctrico de un edificio en Acoyte y Aranguren. Pensar que era tan puta en Mr Goodbar, pensar que era tan histérica en Annie Hall y tan frágil en El Padrino. Se la veía mucho mejor que en las películas, si quieren que les diga la verdad.
miércoles, marzo 29, 2006
Fútbol
Me siento muy identificado con lo que cuenta Mairal en el Remisero absoluto. Pocas desgracias como ser varón, niño y patadura. La experiencia de la soledad es demasiado fuerte, demasiado real, para que sea vivida por un niño. Y esos momentos, en el patio de la escuela, en que el "pan y queso" te iba relegando al último lugar, al lugar triste del descarte, fueron mi primer contacto con la soledad, con el sentimiento de saberme absolutamente fuera del mundo. Dentro del aula eramos pares, amigos. En el patio se daba subitamente toda una jerarquización: los buenos jugadores, los intermedios, los de "relleno" y, muy muy al final, los troncos. Siempre a la defensa, siempre a la defensiva. Que no se note que estoy, que no me la pasen dios mío, que no la mande a la mierda, concentrate gil, mirá la pelota y pegale para adelante, lejos, bien lejos de mí, y después a seguir sufriendo, ya falta poco, ya toca el timbre, ya termina, dale timbre puto soná de una puta vez.
En la secundaria me encontré con varios pataduras como yo y juntos formamos tal vez la peor defensa de la historia deportiva del Nazional (aunque corre la leyenda que Mario Mactas y Lani Hanglin eran peores que nosotros en los 60s). Javier Alvarez Dasnoy en el arco, Piwi Ferster y Román "el poeta perdido" Antopolsky de centrales, Henry More de 4 y moi de marcador (já) de punta izquierda. Extrañamente, locamente, logicamente, nos hicimos amigos de entrada como si esa carencia de habilidad tan apreciada por los demás nos marcara un destino común no sólo dentro de la cancha sino también afuera, en la vida. Y juntos, siempre juntos, nos escabullíamos de los partidos de fútbol y hacíamos que jugabamos al más civilizado básquet o tomábamos sol o hablábamos de boludeces con Dalago, viejo profe (¿jubilado?) de gimnasia del Nazional.
Todavía hoy me pone incómodo patear una pelota que se les escapa, no sé, a los pibes que juegan en la plaza, tengo pavor de mandarla a cualquier lado, de quedar como un boludo. Y lo peor es que nadie te está mirando, que esa verguenza ya está demasiado adentro como para sacártela de encima tan facilmente como un remate a gol con el arco vacío.
En la secundaria me encontré con varios pataduras como yo y juntos formamos tal vez la peor defensa de la historia deportiva del Nazional (aunque corre la leyenda que Mario Mactas y Lani Hanglin eran peores que nosotros en los 60s). Javier Alvarez Dasnoy en el arco, Piwi Ferster y Román "el poeta perdido" Antopolsky de centrales, Henry More de 4 y moi de marcador (já) de punta izquierda. Extrañamente, locamente, logicamente, nos hicimos amigos de entrada como si esa carencia de habilidad tan apreciada por los demás nos marcara un destino común no sólo dentro de la cancha sino también afuera, en la vida. Y juntos, siempre juntos, nos escabullíamos de los partidos de fútbol y hacíamos que jugabamos al más civilizado básquet o tomábamos sol o hablábamos de boludeces con Dalago, viejo profe (¿jubilado?) de gimnasia del Nazional.
Todavía hoy me pone incómodo patear una pelota que se les escapa, no sé, a los pibes que juegan en la plaza, tengo pavor de mandarla a cualquier lado, de quedar como un boludo. Y lo peor es que nadie te está mirando, que esa verguenza ya está demasiado adentro como para sacártela de encima tan facilmente como un remate a gol con el arco vacío.
El Turco te hace llorar
Si de repente nos encontráramos, Estela, volvería al otro día a caminar por la calle dónde te encontré, puede ser Pasteur, o Corrientes, supongamos que fue en la esquina de Pasteur y Corrientes, claro, para qué más vueltas, fue ahí donde te encontré con tu nena, ibas de compras, por el Once se compra más barato, herencia de la gallega, por eso. Y nos buscamos hoy por Corrientes y Pasteur y seguro que nos encontraríamos, estarías sola, mentiríamos qué casualidad, viniste a cambiar una camisa, claro, qué raro otra vez, viste, hasta que callaríamos, nos miraríamos, nos besaríamos, sin que nos importen los judíos, las vendedoras, los clientes, no te digo nada, paro un taxi, decís que nunca me pudiste olvidar, digo que me parece no pasó nada, en el taxi nos besaríamos nerviosamente, repetís que nunca me vas a olvidar, me hacés decir que nunca te voy a olvidar, que te quise mucho, fotonovelearíamos, decimos que querríamos revivir esa época, bajaríamos como si fuera domingo frente al mismo viejo hotel Biarritz, entramos con el mismo viejo temor, pago en el mismo viejo mostrador, mientras que bajás la cabeza, como antes, caminaríamos por el pasillo, subiríamos al primer piso, abro la puerta, ya estamos en la habitación, cierro con dos vueltas de llave, y después de abrazarnos largamente, lloraríamos.
Jorge Asís, "Estela" en La familia tipo, Planeta, Buenos Aires, 1974.
Jorge Asís, "Estela" en La familia tipo, Planeta, Buenos Aires, 1974.
domingo, marzo 26, 2006
Si te sentís siniestro
Sí, esta semana me he sentido siniestro en más de una ocasión. La señorita Ansiedad, diría Llach. La dama Caída Libre hacia lo Más Profundo, diría yo, que abuso de los gestos melodramáticos. Tengo secretos que no puedo contar ni siquiera aquí. Tengo secretos que no me animo ni a confesarme a mi mismo. ¿Qué se puede hacer un sábado a la noche que no implique herir a alguien? Yo escucho Belle and Sebastian. Y con eso, al menos, no le hago daño a nadie.
sábado, marzo 25, 2006
Help a él
"Ningún libro de esa literatura de la desapareciología, que se puso de moda... ninguno de esos libros hoy se puede leer"
"... construí un experimento ficcional que está mucho más cerca de la realidad que si me hubiera mandado a las islas con un grabador y una cámara de fotos en medio de la guerra. Con la inmediatez de los hechos te perdés."
"En realidad, ellos apostaban a Luder, el candidato del peronismo, pero el plan cultural de la democracia lo escribí yo, en Socma, para Luder."
"Yo deposito en clave un montón de datitos, para que vean que yo me avivé y que todos los demás son unos pelotudos. Es la venganza del tipo que entiende."
Fogwill, hoy en Ñ de Clarín.
"... construí un experimento ficcional que está mucho más cerca de la realidad que si me hubiera mandado a las islas con un grabador y una cámara de fotos en medio de la guerra. Con la inmediatez de los hechos te perdés."
"En realidad, ellos apostaban a Luder, el candidato del peronismo, pero el plan cultural de la democracia lo escribí yo, en Socma, para Luder."
"Yo deposito en clave un montón de datitos, para que vean que yo me avivé y que todos los demás son unos pelotudos. Es la venganza del tipo que entiende."
Fogwill, hoy en Ñ de Clarín.
Ser lumpen hoy
En la Plaza una bandera solitaria dice:"Ser lumpen hoy". Las columnas del PO ocupan toda la diagonal y no me dejan llegar a la plaza. Camino solo pero mi madre y mi hermana me esperan en algún lugar más adelante. Rubios con cámaras caras sacan fotos de la multitud, conjeturo que pertenecen a algún país europeo, Holanda, Alemania, Suiza. Son como aquellos europeos que en el mundial 78 hacían notas a las Madres en sus rondas, "ustedes son nuestra última esperanza" les decía una Madre y los tipos después, al final del día, a la madrugada, mandaban por avión esas cintas con testimonios desesperados y entrevistas a Pasarella o a Rep y Rensenbrink. Bordeo la plaza por el lado de la Catedral y me cruzo con multitudes de chicas hermosas, los últimos estertores del verano se materializan en musculosas con generosos escotes, jeans gastados y ajustados, en fin. Escucho la voz diciendo la miserias de la gestión K: los presos en Las Heras, el hambre y la bendita referencia eterna a la deuda externa. Pienso en las miserias de la izquierda argentina, pienso que si Lenin (o Altamira o Rieznik) asumiera el poder igualmente surgirían voces denunciando su "entreguismo". Me indigno finalmente cuando escucho sobre los gobiernos populares triunfantes en America Latina: Tabaré, Lula, Evo. K será un hijo de puta, pero al lado de Lula y Tabaré es Rosa Luxemburg. Boludeo un rato más tratando de encontrar a mi madre y a mi hermana. Después paso cerca de la bandera "Ser lumpen hoy" y tratando de encontrarle algún sentido a esa leyenda (tratando de encontrarle algún sentido a algo) me pierdo en las sombras de la calle Reconquista.
viernes, marzo 24, 2006
30
Sí, ya lo sé. Algunos dirán que me dio un extraño brote místico bolañano, que ya ponderé demasiadas veces la escritura del "sudaca volador", que ya está bien con tanta insistencia, que glosar libros es hacerle un flaco favor a la literatura (sea lo que sea la dichosa "literatura"). Hoy es 24 de marzo y mucho se ha escrito sobre el tema estas últimas semanas (la palabra hipocresía me viene a la mente cuando pienso en ciertos suplementos de los diarios, en ciertos informes televisivos, en ciertas declaraciones de recientes conversos). Pienso en la derrota feroz y en la muerte temprana. Pienso en esa puta malvada llamada Historia, siempre dispuesta a arruinar los más perfectos planes, siempre preparada para devolverle a las cosas su viejo orden. Todo pensamiento historicista es conservador, por eso los momentos breves de ruptura del orden son como suspensiones momentáneas de la Historia, islas ahistóricas de libertad que terminan por ser barridas indefectiblemente por el viento pesado, viejo y malvado de la Historia. También nosotros vamos a ser barridos por ese viento. También ellos (ellos que yo no conocí sino por el recuerdo de los que quedaron vivos) fueron limpiados para siempre de esta triste tierra. Ellos están muertos (¿dónde están?) y nosotros estamos vivos. Y esa es toda la diferencia por ahora. Y aunque sabemos que esa diferencia en algún momento ya no va a ser tal, creánme que hoy por hoy es una gran diferencia. Sacrificio, masacre, inmolación. No tengo ganas de discutir esos términos, no tengo ganas ahora de dilucidar qué palabra se ajusta más a la realidad, qué definición es historicamente más exacta. Porque ellos ya no están, porque la muerte es irremediable, porque el dolor de los que quedaron vivos excede cualquier sutileza.
Y para terminar, ahora sí, los dejo con el sudaca volador, con el perro romántico, con el detective salvaje que en su novelita Amuleto escribió lo que sigue y yo no pude dejar de copiar y leer hoy (hoy, sí, justamente hoy) decenas de veces:
"Así pues los muchachos fantasmas cruzaron el valle y se despeñaron en el abismo. Un tránsito breve. Y su canto fantasma o el eco de su canto fantasma, que es como decir el eco de la nada, siguió marchando al mismo paso que ellos, que era el paso del valor y de la generosidad, en mis oídos. Una canción apenas audible, un canto de guerra y de amor, porque los niños sin duda se dirigían hacia la guerra pero lo hacían recordando las actitudes teatrales y soberanas del amor.
¿Pero qué clase de amor pudieron conocer ellos?, pensé cuando el valle se quedó vacío y sólo su canto seguía resonando en mis oídos. El amor de sus padres, el amor de sus perros y de sus gatos, el amor de sus juguetes, pero sobre todo el amor que se tuvieron entre ellos, el deseo y el placer.
Y aunque el canto que escuché hablaba de la guerra, de las hazañas heroicas de una generación entera de jóvenes latinoamericanos sacrificados, yo supe que por encima de todo hablaba del valor y de los espejos, del deseo y del placer.
Y ese canto es nuestro amuleto."
Y para terminar, ahora sí, los dejo con el sudaca volador, con el perro romántico, con el detective salvaje que en su novelita Amuleto escribió lo que sigue y yo no pude dejar de copiar y leer hoy (hoy, sí, justamente hoy) decenas de veces:
"Así pues los muchachos fantasmas cruzaron el valle y se despeñaron en el abismo. Un tránsito breve. Y su canto fantasma o el eco de su canto fantasma, que es como decir el eco de la nada, siguió marchando al mismo paso que ellos, que era el paso del valor y de la generosidad, en mis oídos. Una canción apenas audible, un canto de guerra y de amor, porque los niños sin duda se dirigían hacia la guerra pero lo hacían recordando las actitudes teatrales y soberanas del amor.
¿Pero qué clase de amor pudieron conocer ellos?, pensé cuando el valle se quedó vacío y sólo su canto seguía resonando en mis oídos. El amor de sus padres, el amor de sus perros y de sus gatos, el amor de sus juguetes, pero sobre todo el amor que se tuvieron entre ellos, el deseo y el placer.
Y aunque el canto que escuché hablaba de la guerra, de las hazañas heroicas de una generación entera de jóvenes latinoamericanos sacrificados, yo supe que por encima de todo hablaba del valor y de los espejos, del deseo y del placer.
Y ese canto es nuestro amuleto."
jueves, marzo 23, 2006
Jack y Roberto, dos que estaban en la misma
"Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y tenue. Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como lo he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un Ahhh!"
Jack Kerouac, En el camino (1957).
"Y los seguí: los vi caminar a paso ligero por Bucareli hasta Reforma y luego los vi cruzar Reforma sin esperar la luz verde, ambos con el pelo largo y arremolinado porque a esa hora por Reforma corre el viento nocturno que le sobra a la noche, la avenida Reforma se transforma en un tubo transparente, en un pulmón de forma cuneiforme por donde pasan las exhalaciones imaginarias de la ciudad, y luego empezamos a caminar por la avenida Guerrero, ellos un poco más despacio que antes, yo un poco más deprimida que antes, la Guerrero, a esa hora, se parece sobre todas las cosas a un cementerio, pero no a un cementerio de 1974, ni a un cementerio de 1968, ni a un cementerio de 1975, sino a un cementerio del año 2666, un cementerio olvidado debajo de un párpado muerto o nonato, las acuosidades desapasionadas de un ojo que por querer olvidar algo ha terminado por olvidarlo todo."
Roberto Bolaño, Amuleto (1999).
Jack Kerouac, En el camino (1957).
"Y los seguí: los vi caminar a paso ligero por Bucareli hasta Reforma y luego los vi cruzar Reforma sin esperar la luz verde, ambos con el pelo largo y arremolinado porque a esa hora por Reforma corre el viento nocturno que le sobra a la noche, la avenida Reforma se transforma en un tubo transparente, en un pulmón de forma cuneiforme por donde pasan las exhalaciones imaginarias de la ciudad, y luego empezamos a caminar por la avenida Guerrero, ellos un poco más despacio que antes, yo un poco más deprimida que antes, la Guerrero, a esa hora, se parece sobre todas las cosas a un cementerio, pero no a un cementerio de 1974, ni a un cementerio de 1968, ni a un cementerio de 1975, sino a un cementerio del año 2666, un cementerio olvidado debajo de un párpado muerto o nonato, las acuosidades desapasionadas de un ojo que por querer olvidar algo ha terminado por olvidarlo todo."
Roberto Bolaño, Amuleto (1999).
miércoles, marzo 22, 2006
martes, marzo 21, 2006
Dibujitos II
León de elmediodolor ha dado con la página que buscaba. Al parecer es de un dibujante español llamado Puño, y ahí pueden encontrar más dibujos de inolvidables personajes de películas aún más inolvidables.
Aquí, la de Los Goonies (1985), esa película genial de la factoría Spielberg que nos hacía soñar con barcos piratas escondidos bajo la tierra. Recuerdo el tema de Cindy Lauper, recuerdo al chinito con sus gadgets hoy prehistóricos, recuerdo con horror y compasión a Sloth ese hombre elefante ingenuo y apto para todo público.
Que ganas de verla de vuelta.
Aquí, la de Los Goonies (1985), esa película genial de la factoría Spielberg que nos hacía soñar con barcos piratas escondidos bajo la tierra. Recuerdo el tema de Cindy Lauper, recuerdo al chinito con sus gadgets hoy prehistóricos, recuerdo con horror y compasión a Sloth ese hombre elefante ingenuo y apto para todo público.
Que ganas de verla de vuelta.
Irish Blood, o el hombre que amaba a Parnell
Un pequeño intercambio de opiniones en Dudo de Todo sobre el carácter cultural (?) de la fiesta preferida de rugbiers, punguistas y secretarias del microcentro con reloj biológico acelerado.
El Sol del 24 viene asomando
Hoy alguien (en otra radio) recordaba que la inauguración de Radio 10 ocurrió un 24 de marzo. La derecha simpática con su cohorte de freaks inimputables emite desde entonces inundando el éter (así se llama una escuela del ex compañero de Carlos Varela Eduardo Aliverti) con su mensaje animal: el discurso de los ricos y ofendidos, esa dialéctica pernenne entre el espanto y la satisfacción económica, esa lógica ABC1 consumida por taxistas resentidos por los vahos letales que expelen los motores. Es sabido: el pensamiento de derecha suele ser rudimentario pero siempre revela zonas de lo real que el idealismo de izquierda prefiere relegar a las regiones del "retorno de lo reprimido". Ahora, cuando el sol feriado del 24 asoma entre nosotros, Canal 9 prepara un especial sobre la historia de la dictadura. Ya lo veo al Dani supervisando la isla de edición:
- Pongan lo del robo de bebés.
- Pongan lo de la hijita del capitán Viola (one hit wonder de nuestros fascistas).
- Pongan imágenes de Ezeiza y de la liberación de presos el 25 de mayo.
- No pongan a Martínez de Hoz.
Todo parece darse para que la vulgata interpretativa de aquellos años se cristalice en una serie de imágenes fuertes y televisivas. Pareciera, 30 años después, que todo fue como un rayo en un día soleado, una catástrofe desproporcionada que asoló sin previo aviso las costas mansas de la república. Si hace 15 años el leitmotiv del sentido común argentino era "mirar para adelante", hoy es un compugido y comprometido gesto de adhesión a los DDHH. ¡Si cualquier tilingo coreador del Mundial 78, cualquier imbécil con calcomanías en el 147 o Renault 12 de los "argentinos somos derechos y humanos" hoy dice con voz de circunstancia "Nunca Más"!
Mientras todo eso pasa en el vientre de la sociedad, la paleoizquierda (que grande el Perro) siente que K les está arrebatando las banderas que durante tanto tiempo monopolizaron. Ellos también habían armado su quintita en torno a las figuras queridas de los que nunca más aparecerán. Y ahora un bonapartista, un cesarista, un peronista (oh horror), les arrebata su discurso tan largamente cultivado. El peronismo es un hecho maldito, ya lo sabemos, pero hay otros en esta tierra que son aún más malditos.
- Pongan lo del robo de bebés.
- Pongan lo de la hijita del capitán Viola (one hit wonder de nuestros fascistas).
- Pongan imágenes de Ezeiza y de la liberación de presos el 25 de mayo.
- No pongan a Martínez de Hoz.
Todo parece darse para que la vulgata interpretativa de aquellos años se cristalice en una serie de imágenes fuertes y televisivas. Pareciera, 30 años después, que todo fue como un rayo en un día soleado, una catástrofe desproporcionada que asoló sin previo aviso las costas mansas de la república. Si hace 15 años el leitmotiv del sentido común argentino era "mirar para adelante", hoy es un compugido y comprometido gesto de adhesión a los DDHH. ¡Si cualquier tilingo coreador del Mundial 78, cualquier imbécil con calcomanías en el 147 o Renault 12 de los "argentinos somos derechos y humanos" hoy dice con voz de circunstancia "Nunca Más"!
Mientras todo eso pasa en el vientre de la sociedad, la paleoizquierda (que grande el Perro) siente que K les está arrebatando las banderas que durante tanto tiempo monopolizaron. Ellos también habían armado su quintita en torno a las figuras queridas de los que nunca más aparecerán. Y ahora un bonapartista, un cesarista, un peronista (oh horror), les arrebata su discurso tan largamente cultivado. El peronismo es un hecho maldito, ya lo sabemos, pero hay otros en esta tierra que son aún más malditos.
sábado, marzo 18, 2006
Dibujitos
viernes, marzo 17, 2006
Hannah y sus tristes hermanas
Che, giles, apúrense que abrió la inscripción a la Escuela de Gobierno del Instituto Hannah Arendt. Hoy en el subte "A" vi más afiches del IHA que de Carrió en la época de las elecciones. Una pregunta me atormenta: ¿no hay que tener una mínima experiencia para poner una "Escuela de Gobierno"? ¿Cuál será la experiencia de la angélica doctora Carrió en materia de Gobierno? Digo, además de hacer campaña para gobiernos fracasados (léase 1999), ejercer una yrigoyenista retórica política-meteorológica, y formar parte de la larga lista de personajes pintorescos de la historia política argentina. Sin contar, por supuesto, su nefasto uso de la palabra fascismo hasta gastarla y vaciarla de sentido.
Yo, modestamente, me voy a inscribir en el Instituto Martin Heidegger, sólo para llevarle la contra.
Yo, modestamente, me voy a inscribir en el Instituto Martin Heidegger, sólo para llevarle la contra.
miércoles, marzo 15, 2006
2666 (II)
Terminé de leer 2666. Lo había comenzado a leer en un archivo word que me bajé de internet y había llegado hasta la página 300 aprox. Me quedaba hasta que empezaba a amanecer leyendo la pantalla con los huesos doloridos siguiendo el peregrinar de Pelletier, Espinoza, Morini y Norton por las ciudades europeas y el desierto de México. Siempre siguiendo a Archimboldi, ¿quién carajo era Archimboldi? ¿Por qué había huído del mundo? ¿Qué hacía en Santa Teresa mientras los cadáveres de las mujeres florecían en el desierto? Compré el libro y lo leí en todas partes, como temiendo que las letras, si las abandonaba, se hicieran polvo y ceniza y moléculas locas y se dispersaran para siempre. Y después, por supuesto, el título "2666". ¿Una fecha? ¿Una clave? ¿el número de un prisionero, de un psicópata, de un niño asesino? ¿la patente de los autos negros que se tragan a las obreras de las maquiladoras y luego, en la noche, las escupen ya muertas al desierto? El año del desierto de veras.
"-¿Y cuál es su opinión sobre lo que está pasando allí?
- Bien -dijo el tipo canoso-. Compartiré contigo tres certezas. A: esa sociedad está fuera de la sociedad, todos, absolutamente todos, son como los antiguos cristianos en el circo. B: los crímenes tienen firmas diferentes. C: esa ciudad parece pujante, parece progresar de alguna manera, pero lo mejor que podrían hacer es salir una noche al desierto y cruzar la frontera, todos sin excepción, todos, todos."
"-¿Y cuál es su opinión sobre lo que está pasando allí?
- Bien -dijo el tipo canoso-. Compartiré contigo tres certezas. A: esa sociedad está fuera de la sociedad, todos, absolutamente todos, son como los antiguos cristianos en el circo. B: los crímenes tienen firmas diferentes. C: esa ciudad parece pujante, parece progresar de alguna manera, pero lo mejor que podrían hacer es salir una noche al desierto y cruzar la frontera, todos sin excepción, todos, todos."
martes, marzo 14, 2006
Nueva historia de Rainer: Facultad
"Hegel dice en alguna parte que la historia se repite dos veces: una como tragedia y otra como farsa." Cuando Rainer leyó estas líneas tenía 19 años y había ingresado recientemente a la Facultad. No las leyó donde, todos lo sabemos, fueron colocadas por el místico alemán de iniciales K. M., su famoso folleto Der 18 Brumaire des Louis Napoleon (Die Revolution, New York, 1852), sino en los azulejos del baño del tercer piso de la Facultad, medio escondidos entre el número telefónico de un chupapijas desesperado, un dibujito de una relación sodomita y un "Atlanta Rules!". Esta bien la frase, pensó Rainer, pero ¿quién determina cuál es la tragedia y cuál la farsa? ¿es sólo la sucesión cronológica tragedia - farsa la que nos permite identificarlas? ¿todo lo anterior sería tragedia, todo lo posterior sería farsa? La niñez sería, bajo esta curiosa óptica, pensaba Rainer ya saliendo del baño, la verdadera tragedia del hombre, su punto de máxima hondura y patetismo; la adultez sólo una sucesión de ridículos intentos por emular esos años, por volver vivo lo ya muerto.
Pero la vida universitaria se agitaba en los mares profundos y oscuros de la lucha política, y no había tiempo para especulaciones metafísicas. La Banda del Buho de Minerva, como se conocía a la fracción rouge más radical, intentaba tomar los claustros denunciando el despido del cura Dry, antiguo profesor de teología, por enseñar la ligazón esencial entre los Rollos del Mar Muerto y la polítca latinoamericana de los años 70. "Empiriocriticismo" gemían. "Racionalismo burgués". "Materialismo antiespiritualista". Vagaban por los claustros munidos de pequeñas biblias provistas por la gente de la Iglesia Brasilera del Reino de Dios. "Proletarios del mundo, Paren de Sufrir" era una de sus consignas. A veces se enfrentaban en un pasillo a la Banda de los Hermanos Cínicos, agrupación formada por los remanentes averiados de la antigua Banda del Color Morado y por los restos del naufragio de la VI Internacional Liberal. "Larga vida a los mártires de todas las Revoluciones fallidas", "Vivan los muertos de los gobiernos inconclusos", "Acordaos de los niños que tienen tristeza", esas era algunas de las consignas de los Cínicos. Y bajando las escaleras uno se internaba en el territorio, en el gueto, de otra agrupación: la Banda de los Hombres Decididos, éstos tenían las cosas más claras y sólo propugnaban que los dejaran en paz y lucrando con el negocio de las fotocopias y la organización de fiestas con cerveza a 1 peso el vasito. Rainer los fue conociendo a todos a medida que se veía envuelto en las escaramuzas de los pasillos de la Facultad, en las pequeñas batallas, en las incursiones fríamente planificadas a territorio enemigo, en las desorganizadas retiradas después de la derrota. No simpatizaba con ningún grupo, aunque lo atraía estéticamente un insignificante grupúsculo llamado Pequeño Ejército de los Chicos y Chicas Desesperados por Amor, Valor y Compasión, de inspiración claramente cheeveriana y desviacionista.
Una noche las clases se suspendieron al correrse la noticia de un incendio que había destruido el restó de la Facultad. "Maniobra claramente antipopular, alentada por los elementos más peligrosos del lumpenproletariado antiproletario rémora de instituciones precapitalistas como el impuesto en corvea, el matrimonio entre primos cruzados y el paganismo pitagórico/neoplatónico" dijeron el padre Dry y sus discípulos de la Banda del Buho de Minerva, mientras buscaban el versículo exacto en las epístolas de San Pablo o Sao Paulo según las biblias brasileras. "Operación de vicitimización autoconsciente por parte de los stalinistas de siempre, que no aprendieron las lecciones del XX Congreso del Partido ni las lecciones de los muros que cayeron, que siguen creyendo en el movimiento a motor diesel de la Historia" retrucaron los Hermanos Cínicos. La Banda de los Hombres Decididos, en tanto, lloraba por los jornales caídos ante el siniestro. El Pequeño Ejército cheeveriano-desviacionista se dispersaba a los bares cercanos para hacer los que hacían siempre: llorar, reir, hablar, brindar, consolarse mutuamente ante el horror del mundo que los perseguía como una mala sombra donde quiera que fuesen.
Rainer subió al baño del tercer piso e intentó escribir una nueva frase en los azulejos: "la tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos". Un escudito de Almirante Brown, el teléfono de una puta solitaria y otras frases llenas de locura y amor, no le dejaron ningún espacio.
Pero la vida universitaria se agitaba en los mares profundos y oscuros de la lucha política, y no había tiempo para especulaciones metafísicas. La Banda del Buho de Minerva, como se conocía a la fracción rouge más radical, intentaba tomar los claustros denunciando el despido del cura Dry, antiguo profesor de teología, por enseñar la ligazón esencial entre los Rollos del Mar Muerto y la polítca latinoamericana de los años 70. "Empiriocriticismo" gemían. "Racionalismo burgués". "Materialismo antiespiritualista". Vagaban por los claustros munidos de pequeñas biblias provistas por la gente de la Iglesia Brasilera del Reino de Dios. "Proletarios del mundo, Paren de Sufrir" era una de sus consignas. A veces se enfrentaban en un pasillo a la Banda de los Hermanos Cínicos, agrupación formada por los remanentes averiados de la antigua Banda del Color Morado y por los restos del naufragio de la VI Internacional Liberal. "Larga vida a los mártires de todas las Revoluciones fallidas", "Vivan los muertos de los gobiernos inconclusos", "Acordaos de los niños que tienen tristeza", esas era algunas de las consignas de los Cínicos. Y bajando las escaleras uno se internaba en el territorio, en el gueto, de otra agrupación: la Banda de los Hombres Decididos, éstos tenían las cosas más claras y sólo propugnaban que los dejaran en paz y lucrando con el negocio de las fotocopias y la organización de fiestas con cerveza a 1 peso el vasito. Rainer los fue conociendo a todos a medida que se veía envuelto en las escaramuzas de los pasillos de la Facultad, en las pequeñas batallas, en las incursiones fríamente planificadas a territorio enemigo, en las desorganizadas retiradas después de la derrota. No simpatizaba con ningún grupo, aunque lo atraía estéticamente un insignificante grupúsculo llamado Pequeño Ejército de los Chicos y Chicas Desesperados por Amor, Valor y Compasión, de inspiración claramente cheeveriana y desviacionista.
Una noche las clases se suspendieron al correrse la noticia de un incendio que había destruido el restó de la Facultad. "Maniobra claramente antipopular, alentada por los elementos más peligrosos del lumpenproletariado antiproletario rémora de instituciones precapitalistas como el impuesto en corvea, el matrimonio entre primos cruzados y el paganismo pitagórico/neoplatónico" dijeron el padre Dry y sus discípulos de la Banda del Buho de Minerva, mientras buscaban el versículo exacto en las epístolas de San Pablo o Sao Paulo según las biblias brasileras. "Operación de vicitimización autoconsciente por parte de los stalinistas de siempre, que no aprendieron las lecciones del XX Congreso del Partido ni las lecciones de los muros que cayeron, que siguen creyendo en el movimiento a motor diesel de la Historia" retrucaron los Hermanos Cínicos. La Banda de los Hombres Decididos, en tanto, lloraba por los jornales caídos ante el siniestro. El Pequeño Ejército cheeveriano-desviacionista se dispersaba a los bares cercanos para hacer los que hacían siempre: llorar, reir, hablar, brindar, consolarse mutuamente ante el horror del mundo que los perseguía como una mala sombra donde quiera que fuesen.
Rainer subió al baño del tercer piso e intentó escribir una nueva frase en los azulejos: "la tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos". Un escudito de Almirante Brown, el teléfono de una puta solitaria y otras frases llenas de locura y amor, no le dejaron ningún espacio.
lunes, marzo 13, 2006
Algunas cosas sobre las que no puedo dejar de pensar
1) 2666 de Bolaño.
2) un hipotético viaje de Bolaño a Buenos Aires en los 90. Una borrachera descomunal bajo la mirada puritana y avergonzada de Rodrigo Fresán y Alan Pauls.
3) la sexualidad de Jorge Telerman.
4) el castigo de Tántalo.
5) un asesinato masivo en la ventanilla del departamento de alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales.
6) Mulholland Drive de David Lynch. La rubia y la morocha de Mulholland Drive.
7) la sensación de que nuestras vidas podrían ser una microhistoria de la parte no publicada de 2666. Un borrador en una caja en un desván en una casa de Barcelona, abandonado para siempre, siempre, por su autor.
8) el Fracaso (con F capital).
9) la Soledad (con S ídem).
10) si esto va a cambiar alguna vez.
2) un hipotético viaje de Bolaño a Buenos Aires en los 90. Una borrachera descomunal bajo la mirada puritana y avergonzada de Rodrigo Fresán y Alan Pauls.
3) la sexualidad de Jorge Telerman.
4) el castigo de Tántalo.
5) un asesinato masivo en la ventanilla del departamento de alumnos de la Facultad de Ciencias Sociales.
6) Mulholland Drive de David Lynch. La rubia y la morocha de Mulholland Drive.
7) la sensación de que nuestras vidas podrían ser una microhistoria de la parte no publicada de 2666. Un borrador en una caja en un desván en una casa de Barcelona, abandonado para siempre, siempre, por su autor.
8) el Fracaso (con F capital).
9) la Soledad (con S ídem).
10) si esto va a cambiar alguna vez.
domingo, marzo 12, 2006
La grasa de los capitales
¿Existe algo más grasa que atrincherarte en tu BMW para no pagar las patentes atrasadas?
sábado, marzo 11, 2006
2666 (I)
"¿Cúando empezó todo?, pensó. ¿En qué momento me sumergí? Un oscuro lago azteca vagamente familiar. La pesadilla. ¿Cómo salir de aquí? ¿Cómo controlar la situación? Y luego otras preguntas: ¿realmente quería salir? ¿Realmente quería dejarlo todo atrás? Y también pensó: el dolor ya no importa. Y también: tal vez todo empezó con la muerte de mi madre. Y también: el dolor no importa, a menos que aumente y se haga insoportable. Y también: joder, duele, joder, duele. No importa, no importa. Rodeado de fantasmas."
Roberto Bolaño, 2666, pág. 295.
Roberto Bolaño, 2666, pág. 295.
viernes, marzo 10, 2006
Hombre-Teler
Genial post el de Mavrakis y Valdés sobre nuestro nuevo alcalde y el futuro municipal .
Hago una disgresión: no sé si recuerdan la campaña de Telerman para las elecciones del 2001 a diputados (sólo un political freak como yo puede acordarse de esas cosas). Los afiches simulaban una pared con grafittis insultantes: "Judío de mierda"; "Maricón"; "Zurdo no se qué", etc. Recuerdo que a primera vista me dio la impresión de que eran graffitis reales atacando a nuestro hoy nuevo Chief of Goverment e instantáneamente decidí votarlo como una manera de repudiar tales agresiones. Después, claro, me acerqué al afiche y vi que abajo, muy chiquito, decía algo así como: "Por una ciudad sin discriminación - Jorge Telerman Diputado Nacional". Ubicarse a sí mismo como objeto de insultos para una campaña política me pareció arriesgado y un tanto desmesurado. No recuerdo si al final lo voté.
Hago una disgresión: no sé si recuerdan la campaña de Telerman para las elecciones del 2001 a diputados (sólo un political freak como yo puede acordarse de esas cosas). Los afiches simulaban una pared con grafittis insultantes: "Judío de mierda"; "Maricón"; "Zurdo no se qué", etc. Recuerdo que a primera vista me dio la impresión de que eran graffitis reales atacando a nuestro hoy nuevo Chief of Goverment e instantáneamente decidí votarlo como una manera de repudiar tales agresiones. Después, claro, me acerqué al afiche y vi que abajo, muy chiquito, decía algo así como: "Por una ciudad sin discriminación - Jorge Telerman Diputado Nacional". Ubicarse a sí mismo como objeto de insultos para una campaña política me pareció arriesgado y un tanto desmesurado. No recuerdo si al final lo voté.
miércoles, marzo 08, 2006
Algunas cosas que sé sobre Aníbal
A mi mamá le gustaba Aníbal, a mis hermanas también. En un campo repleto de gente fisicamente horrible como la política, Aníbal era algo así como una mosca blanca: deportista, canchero, joven, exitoso. Además cubría otros perfiles interesantes que excedían lo físico: progre, fiscal contra los militares y Lopéz Rega, concejal impoluto en épocas de Grosso, fundador del Frente Grande con Chacho y Graciela. La contracara exacta del menemismo, Aníbal fue el espejo en que los porteños bienpensantes querían (queríamos) vernos reflejados en aquellos tiempos de trajes versace, corbatas chillonas y fiestas de Ski Ranch. Aníbal escuchaba a Caetano y a Sabina, Aníbal leía a Galeano, Aníbal veraneaba en Gesell o en la Pedrera. Un chico del Nazional, ni más ni menos.
"Qué querés ser cuando seas grande niño del Nazional?
Quiero ser como Aníbal, profesor".
Pero Aníbal tenía también el lado malo de los chicos del Nazional: pocos huevos, poca sensibilidad, lindas frases y vagas buenas intenciones. El futuro, te dicen, está esperandote. Ustedes, dicen, son la quintacolumna de los valores republicanos. Ustedes, mienten, son herederos de la Ilustración argentina, lo que carajo quiera decir eso. Si alguien lo sabe, por favor, digánmelo.
Quién iba a decir, en los días felices del breve ascenso de la progresía porteña al poder, que el golpe final no iba a venir de la derecha inmobiliaria o de los católicos reaccionarios, sino de parte de unos pibes muertos horriblemente una víspera de año nuevo, muertos absurdamente en el boliche de un destacado animador de la primavera alfonsinista (tan lejana, ay!), muertos después de bailar por última vez el rock perdido, nuestro rock perdido.
Adios Aníbal, no creo que te vaya a extrañar demasiado.
"Qué querés ser cuando seas grande niño del Nazional?
Quiero ser como Aníbal, profesor".
Pero Aníbal tenía también el lado malo de los chicos del Nazional: pocos huevos, poca sensibilidad, lindas frases y vagas buenas intenciones. El futuro, te dicen, está esperandote. Ustedes, dicen, son la quintacolumna de los valores republicanos. Ustedes, mienten, son herederos de la Ilustración argentina, lo que carajo quiera decir eso. Si alguien lo sabe, por favor, digánmelo.
Quién iba a decir, en los días felices del breve ascenso de la progresía porteña al poder, que el golpe final no iba a venir de la derecha inmobiliaria o de los católicos reaccionarios, sino de parte de unos pibes muertos horriblemente una víspera de año nuevo, muertos absurdamente en el boliche de un destacado animador de la primavera alfonsinista (tan lejana, ay!), muertos después de bailar por última vez el rock perdido, nuestro rock perdido.
Adios Aníbal, no creo que te vaya a extrañar demasiado.
lunes, marzo 06, 2006
Argentinismos
Santaolalla ganó el Oscar por la música de Brokeback Mountain (de paso, cómo le birlaron el premio mayor a esa película!. ¿Premiaron Crash y en su momento no premiaron Shortcuts de Altman? Váyanse a cagar). Bien por Santaolalla, pero eso de erigirlo en "representante" de la Argentina me suena mal, como si los premios que se da una industria fueran una competición entre naciones... Ya lo sabemos: hay un terremoto en Pakistán, un golpe de Estado en Uganda, un tsunami en Indonesia y los medios corren desesperados a titular "hay 2 argentinos evacuados", o peor aún "no hay argentinos entre los afectados" (la no-noticia). Esa pulsión nacional por creerse un país central, un dato relevante en todas las redacciones del mundo. Supongo que será herencia de la educación tipo "Argentina potencia", los cuatro climas, esa supuesta argentinidad que nunca termina de definirse pero que damos por cierta como una esencia irrefutable, evidente. Baremboim es argentino aunque se fue a los 12 años y ahora tiene como 65; Quiroga era argentino, aunque era uruguayo; Gombrowicz ya era casi argentino, aunque (¡que lástima!) se volvió a Europa antes de que le den el DNI. Basta, please.
Disfrutemos de nuestra capital: Rio de Janeiro.
Disfrutemos de nuestra capital: Rio de Janeiro.
Funeraria "Oscar"
Lo mejor de los Oscars es sin duda la edición fúnebre de los "que partieron" el último año. Podría decir que me quedo hasta tarde esperando ese momento. Aunque no tengo idea de quienes eran el 90% de los mencionados, me puse un poco triste con Anne Bancroft.
viernes, marzo 03, 2006
Historias de Rainer II: Muchacha Punk
A R.E.F, con indisimulada admiración.
En diciembre de 1998 Rainer hizo el amor con una muchacha punk. "Hizo el amor" es, en realidad, una treta fascista del lenguaje, porque lo que Rainer y la muchacha punk hicieron no se parecía en nada al "amor". Veamos: si esa noche en las calles de Buenos Aires el calor rozaba los 30 grados, adentro de la cueva inmunda donde tocaban los "Muertos al Nacer" la temperatura podría considerarse venusina, propia de un planeta tiranizado por el Sol. Los "Muertos al Nacer" no eran una buena banda, de hecho era una banda horrible, pero el baterista había sido compañero de Rainer en los años del Nazional y, a pesar de haber sido expulsado en tercer año por colocar una foto del Pepe Firmenich en la galería de ex alumnos notables, seguía manteniendo cierto contacto con Rainer. Como decía, los "Muertos al Nacer" le hacían honor a su nombre: un aborto musical intolerable.
Rainer se asaba lentamente al fondo del lugar. La banda arremetía un cover de Pixies, y Rainer deliró con el nombre de la banda: cuatro fetos abortados tocando como bestias, pequeños nonatos escapados de los frascos de formol del laboratorio de Biología y tomando por asalto la sala de música. La vieja Del' Halcón (antigua profesora de solfeo del Nazional) infartándose de asco: actitud punk. Después las vió. Un grupo de muchachas punk pasándose la ginebra entre ellas, moviendo los borcegos al ritmo de la música. Eran tres, la del medio estaba buena. El calor asfixiante le había derretido el maquillaje y una pequeña cicatriz simulada en su mejilla se había borroneado. Las otras eran horribles, parecían loros negros, loros con chupines negros. Pero ella estaba buena de verdad, "hasta parece una chica del Nazional", pensó Rainer. De hecho le preguntó si iba al Nazional, de hecho le preguntó cualquier cosa con tal de acercarse a ella mientras las dos amigas lo miraban con odio. A la salida de la cueva Rainer se ofreció a acompañarla a la casa, Rainer asegura que fue ese gesto demodé de chico nazionalista el que terminó de asegurar el levante.
La muchacha punk vivía en un piso de la calle Posadas, enfrente del Palais de Glace. La casa estaba vacía porque el padre estaba de viaje de negocios en Londres. Ni bien entrar Rainer miró la biblioteca: mayormente eran catálogos de armas e historias de la Segunda Guerra Mundial. Historias de la Segunda Guerra del lado alemán. Le preguntó a la muchacha a qué se dedicaba el padre: trabajaba para el Gobierno, ella no podía decir nada más. Rainer no insistió.
"Hicieron el amor" en la cama del padre. Rainer desviaba la vista a la mesita de luz y chocaba con una pila de libros de poesía. El viejo además de "service" también era poeta, al parecer. Ella le clavaba las uñas, el lamía la falsa cicatriz.
- Mi fascista, mi pequeña adorable fascista - lanzó Rainer segundos antes de acabar.
- Papá - decía ella - Papá. Nada más eso, era raro. Parecía que no se lo decía a él, que se lo decía al otro.
Se quedó un rato medio adormecido a su lado. Cuando los pájaros comenzaron a atronar en su cabeza, Rainer se levantó y juntó sus cosas. Era imperioso no dejar rastros, desaparecer completamente de ese departamento. En el ascensor revisó que no le faltara nada. En la calle volvió a comprobar que no se hubiese dejado nada olvidado. Era prudente Rainer: el padre de la muchacha punk parecía un tipo muy peligroso.
Blog abierto a los enemigos
Llach, cansado de los hackers, pone en práctica viejas teorías comunitaristas y abre su blog al dominio público. Aira alista sus éjercitos de la nueva derecha bajo la sombra de la plaza San José de Flores.
jueves, marzo 02, 2006
Cables de noticias
En las épocas tibias de las Pax Kirchnerista repaso las noticias:
- las papeleras continúan su construcción, César Aira necesita desesperadamente papel para sus múltiples novelas.
- creíamos haber asistido al robo perfecto, pero resultaron seres pasionales atrapados por el resentimiento femenino y el abuso de los teléfonos de línea. Phil Collins no protagonizará jamás esa película.
- un ex-alumno del Nazional lucha por su inocencia. Rainer no firmaría nunca solicitadas a su favor.
- un ex-taxista con cara de buen tipo es criticado por la mafia de siempre. Desde aquí lo bancamos, siempre pondremos por delante la virtud al éxito.
- las papeleras continúan su construcción, César Aira necesita desesperadamente papel para sus múltiples novelas.
- creíamos haber asistido al robo perfecto, pero resultaron seres pasionales atrapados por el resentimiento femenino y el abuso de los teléfonos de línea. Phil Collins no protagonizará jamás esa película.
- un ex-alumno del Nazional lucha por su inocencia. Rainer no firmaría nunca solicitadas a su favor.
- un ex-taxista con cara de buen tipo es criticado por la mafia de siempre. Desde aquí lo bancamos, siempre pondremos por delante la virtud al éxito.
Confesión
Confieso escuchar Radio 10. Podrá ser masoquismo, ganas de hacerme mala sangre, regodeo con lo peor de los estereotipos "argentinos", o simple sublimación de mi fascismo interior. La cuestión es que hago zapping continuamente a Radio 10 y me detengo a escuchar a su fauna: Eduardo, el Negro, el Dr. Zin, Marcelo, Baby, Chiche, Jacobson, Toni, el imitador (ver post más abajo), los oyentes, las locutoras con esas voces de gatos de Hipopotamus o Rond Point. Siempre en el lado del Mal, siempre defensores de las peores causas, siempre reproduciendo clisés que cualquiera diría que existían sólo en las caricaturas que el "campo popular" hacía del gorilaje treinta, cuarenta años atrás. Pero no, esa gente existe y es escuchada. Esa gente incluso ha inventado el concepto de "derecha simpática", como dijo alguna vez Daniel Hadad.
Hace años veía como una curiosidad "Después de hora" y me iba con una puteada a la cama. Ahora tengo toda una radio a mi disposición para ejercitar la misma rutina: zaping-indignación-incredulidad-puteada-descarga y zaping otra vez para volver a empezar.
Atrapado en el cruel juego pavloviano del estímulo-respuesta.
Hace años veía como una curiosidad "Después de hora" y me iba con una puteada a la cama. Ahora tengo toda una radio a mi disposición para ejercitar la misma rutina: zaping-indignación-incredulidad-puteada-descarga y zaping otra vez para volver a empezar.
Atrapado en el cruel juego pavloviano del estímulo-respuesta.
miércoles, marzo 01, 2006
Señoras gordas/Clases sociales
El gran diario de la familia Mitre cuenta hoy la historia de un taller literario para señoras de La Lucila. Mientras sus maridos se encargan de la reproducción ampliada del capital, ellas dan rienda suelta a la "espiritualidad" largamente reprimida por las normas sociales de la burguesía que las obligaron a casarse jóvenes y a ocupar el lugar de vientres reproductores de zona norte. Cuenta la tallerista: "Hay muchas profesionales entre mis alumnas, que buscan en las clases algo distinto, pero hay muchas mujeres que se casaron muy jóvenes y poseen altos niveles de inteligencia; tienen ese caudal en reserva y sienten que en dos horas por semana pueden compartir pensamientos muy elevados", explica. Agrega: "Muchas veces la respuesta de un ama de casa me deja pensando por la profundidad y brillantez".
También anudan lazos personales en el transcurrir de las clases: amistad, compañerismo y "viajes: en 1993, 22 alumnas de este grupo originario viajaron a Grecia acompañadas de su profesora. "Tuvimos el privilegio de sentarnos en Efeso para leer poesías de Borges", recuerda Marta Herrera. Volvieron a Europa en 1995, esta vez a Sicilia y a Roma".
Yo también di alguna vez un taller literario. Era en Avellaneda, cerca de donde mataron a Kosteki y Santillán. Entre mis alumnos había un chico muy talentoso con salidas ambulatorias del Borda, otro atendía la parrilla de la cancha de Independiente, había una jubilada de Wilde, muchos adolescentes con ganas de escribir "lindo", un peluquero de señoras de Domínico que vivía con la madre. Dejaban de venir por semanas y reaparecían de pronto, contando lo que habían hecho en ese tiempo y con nuevas cosas escritas. Era un caos, pero estaba bueno. Nunca fuimos a Efeso, está más que claro. Tampoco tocamos las costas de Sicilia o Roma. Pero una vez, sí, hicimos una excursión a Dock Sud y leímos a Lamborghini contra el cielo gris de los barrios peronistas.
También anudan lazos personales en el transcurrir de las clases: amistad, compañerismo y "viajes: en 1993, 22 alumnas de este grupo originario viajaron a Grecia acompañadas de su profesora. "Tuvimos el privilegio de sentarnos en Efeso para leer poesías de Borges", recuerda Marta Herrera. Volvieron a Europa en 1995, esta vez a Sicilia y a Roma".
Yo también di alguna vez un taller literario. Era en Avellaneda, cerca de donde mataron a Kosteki y Santillán. Entre mis alumnos había un chico muy talentoso con salidas ambulatorias del Borda, otro atendía la parrilla de la cancha de Independiente, había una jubilada de Wilde, muchos adolescentes con ganas de escribir "lindo", un peluquero de señoras de Domínico que vivía con la madre. Dejaban de venir por semanas y reaparecían de pronto, contando lo que habían hecho en ese tiempo y con nuevas cosas escritas. Era un caos, pero estaba bueno. Nunca fuimos a Efeso, está más que claro. Tampoco tocamos las costas de Sicilia o Roma. Pero una vez, sí, hicimos una excursión a Dock Sud y leímos a Lamborghini contra el cielo gris de los barrios peronistas.
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