jueves, octubre 27, 2011

Menos solos

No hagamos de esto una necrológica, por favor. No lo necesitan ni Kirchner ni el kirchnerismo. A un año de su muerte (ese día tan extraño, de un censo nacional, día estatal si los hay) una certeza casi irrefutable es que su obra política aparece como lo más vital del paisaje argentino. No sólo por ese 54% de Cristina el domingo pasado, sino por todos estos años transcurridos que volvieron a instalar la decisión política como combustible esencial de cualquier transformación social. La política democrática con Kirchner volvió a ser una cuerda que se tensa pero que nunca llega al punto de romperse.

Lo dijimos varias veces, a lo largo de estos años intensos: este país es un país mejor al cabo de estos ocho años. De pocos períodos históricos en la Argentina puede decirse lo mismo. No es poco. No es poco. El peligro del conformismo puede ser tan riesgoso como el del delirio microclimático que corta con los lazos de la realidad. En los próximos cuatro años la política tendrá que continuar reparando y reconstruyendo las heridas de la larga guerra social que atravesó al país hasta 2001. Y también abriendo nuevas agendas, nuevas zonas de restitución o creación de derechos. Lo que falta es mucho, y nada, se sabe, está asegurado de antemano. Alguien decía que la democracia es, en última instancia, un régimen trágico porque siempre los riesgos están presentes. Me parece que ahora estamos en mejores condiciones de enfrentar esos riesgos que hace, 10, 15 o veinte años. Sobre todo porque esta sociedad está mejor que aquella. Y porque la política es ahora algo que conmueve a mucha más gente. Ese es otro consenso mayoritario en medio de toda la excepcionalidad que es la experiencia kirchnerista.

Por último, hace exactamente un año escribí este post. Ahora lo releo y me parece que toda esa emoción fallidamente contenida mezclada con intento de análisis no era un sentimiento del momento, una impresión pasajera. Que estaba bien sentir en el cuerpo ese momento en que la biografía se cruzaba con la política, o, con la historia, mejor dicho. Estoy seguro, sí, de que me equivoqué en el título. No era “más solos”. Era exactamente lo contrario. Que quede así, entonces: Menos solos.

lunes, octubre 24, 2011