jueves, diciembre 08, 2005

Más arbitrariedades salvajes (cultura pop)

Aquellos que prefieren el James Bond de Roger Moore deberían ser confinados a la isla que Quarracino les deseó a los homosexuales. Para los que eligen el Bond de Timothy Dalton no se ha inventado todavía un castigo capaz de hacerles justicia. La intolerancia se llama Connery, Sean Connery.

2 comentarios:

Terra dijo...

Eh... Pero eso no es ninguna novedad, mi viejo.

mariano dijo...

y bue..., no siempre podemos mantener el nivel.