Hoy en la peluquería tuve el súbito deseo de emular a Travis Brickle y pelarme. Después podría matar a un candidato a presidente e intentar redimir la infancia mancillada de una prostituta de doce años. Me falta el taxi, me faltan las armas. No quiero mirarme al espejo y preguntar: ¿estás hablando conmigo? Ahh, me parecía...
1 comentario:
Lo extraño es la carga simbólica que habitualmente se le pone al corte de cabello, cosa que no es solo privilegio del "sexo débil" como podría suponerse. Un cierto fetichismo que nos hace pensar que todo lo malo que hemos acumulado se irá mágicamente bajo las tijeras del "coiffeur". Por suerte o por desgracia, en 15 o veinte días los cabellos crecen y tenemos la oportunidad de iniciar todo nuevamente.
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