Lo de abajo salió excesivamente optimista para el contexto y para la depresión que tenía el domingo. Ok, no quería ponerme demasiado personal, contar que me metí en la cama a mirar al pelado de C5N con su pantallita interactiva en mute, mientras sonaba en la computadora Adagio en mi país de Zitarrosa, una especie de licencia poética setentosa a la que sucumbí intentado evocar por unos minutos la Gran Derrota Gran de la generación perdida. La verdad es que la sensación íntima que tengo es que lo que viene es horrible: Cobos, Reutemann, Macri, De Narváez, gente espantosa, de cartón, con discursos mezquinos, exitosos, gente sin pathos.
Creo que no soporto más esa palabra que se puso de moda desde el año pasado: "consenso". ¿Qué mierda es eso? La escucho, confieso, y se me vienen encima imágenes de muchos garcas alrededor de una larga mesa, posando para las cámaras porque todo está cocinado ya. El consenso es a 2009 lo que la ética fue a 1999. La contraseña vacía donde se reconocen los que forman lo peor de este país, y los cooptados por el síndrome de Estocolmo que les hacen de comparsa. No puedo creer que gente inteligente argumente su posición política usando esos términos, abogando contra la "soberbia" y otros sinónimos que reducen la política a una "lucha de almohadas".
Mi trosco interior me sugiere que se vayan todos a la mierda, pero estoy demasiado cortado por la civilización como para decirlo. Vox Populi Vox Dei, me repito mientras Pino en la tele saluda con su boina de geronte bohemio a los compañeros y habla por enésima vez de la Barrick Gold. Suficiente.
Creo que no soporto más esa palabra que se puso de moda desde el año pasado: "consenso". ¿Qué mierda es eso? La escucho, confieso, y se me vienen encima imágenes de muchos garcas alrededor de una larga mesa, posando para las cámaras porque todo está cocinado ya. El consenso es a 2009 lo que la ética fue a 1999. La contraseña vacía donde se reconocen los que forman lo peor de este país, y los cooptados por el síndrome de Estocolmo que les hacen de comparsa. No puedo creer que gente inteligente argumente su posición política usando esos términos, abogando contra la "soberbia" y otros sinónimos que reducen la política a una "lucha de almohadas".
Mi trosco interior me sugiere que se vayan todos a la mierda, pero estoy demasiado cortado por la civilización como para decirlo. Vox Populi Vox Dei, me repito mientras Pino en la tele saluda con su boina de geronte bohemio a los compañeros y habla por enésima vez de la Barrick Gold. Suficiente.