jueves, enero 12, 2006

Las Viñas de la Ira

Hoy (o ayer en realidad) vi a David Viñas. Vi por un instante de cerca al hombre que escribió: "La literatura argentina es la historia de la voluntad nacional". Vi a ese oso que creó la revista cultural que todos siguen copiando desde hace 45 años. Vi esos mostachos flaubertianos o niezscheanos que se curvaron hacia arriba para quitarle definitvamente, para siempre, el aura sagrada a los libros y restituirlos, así, a su calidad de artefactos políticos.
Donde podría ser este encuentro sino enfrente de La Academia. Viñas compraba cigarrillos, yo también. Viñas está muy viejo, yo no. Viñas sabe mucho, yo nada. ¿Pedirle un autógrafo? Sería una ironía sublime y un farsesco gesto rídiculo. Igual lo pensé, no crean. Acababa de comprar Todo un hombre de Tom Wolfe por 5 pesos en una tienda de saldos. La firma de Viñas sobre la primera página de Wolfe.
La hoguera de la vanidades. Sí, hoguera de vanidades.
Después de la mercantil compra Viñas retornó a los billares de La Academia. Yo retorné a la soledad del hogar.
Oh, ciudad! Qué nos deparas con esos encuentros fugaces. La creencia vana de que todos habitamos el mismo mundo, cuando en realidad nos separan años luz de distancia.

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