martes, julio 07, 2009

Manifiesto

Antes de que sea tarde. Tenemos que hacer nuestro horizonte. El de las postales que mandaste desde Ezeiza, papá, tiene los colores gastados. Mamá, convoca más un pastor evangelista que tus sueños postadolescentes de liberación. Ellos buscaron palabras nuevas y armaron hasta en los pabellones. Los únicos que tenemos el cielo vencido somos nosotros. No se preocupen en quemar las naves, ya no sirven para nada. Ni siquiera para volver. No hay nada que conservar. Hay que soltar las amarras. Ir a otros lugares. Hay que mutar. Somos anfibios que todavía no podemos sobrevivir en una nueva tierra. Tenemos que crear nuestra barbarie, ser más rápidos que ellos. No es juvenilismo, no. No tiene que ver la edad, tiene que ver con hacia donde va la mirada. Si te das vuelta te convertís en una estatua de sal. El mundo está fuera de quicio. Todo se tambalea. Yo no quiero quedarme quieto.

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