viernes, julio 28, 2006

Después de la tormenta

Y entonces algunas certezas, aparecidas de relumbrón en la noche, como deben aparecer todas las certezas. Buenos Aires de noche con frío y casi vacía, el día siguiente al diluvio que no fue. Mirar el hielo caer y desear con ansia estar afuera: una escena de la Biblia, de Magnolia, como en una canción de los Manic Street Preachers: came washing over me/can't speak, can't think, won't talk, won't talk.

Y era así, nomás: Ibant obscuri sola sub nocte per umbras.

Y algunas grandes verdades también: Buenos Aires es muy susceptible, pero su belleza no se compara con nada, y en su delirio y en su locura me dejo caer mansamente, rendido, para siempre.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lindo escribis, Mariano.

Henry dijo...

Coincido. La pena es que no se dedique a postear mas cosas de su autoría.

Emilie dijo...

gracias por recordarme la belleza de esta ciudad.

mariano dijo...

soy muy vago, creo que ya lo saben todos. gracias, de todas maneras.

Anónimo dijo...

Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
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